Foto: Calixto N. Llanes «Me encanta Cuba. Me siento muy tranquila aquí, y cada vez que llego, es como llegar a casa».
Así refiere la australiana Olympia Karanges su visión de nuestro país, en esta su segunda visita a la Isla como parte de la Brigada Cruz del Sur, que realiza tareas agrícolas en áreas del Campamento Internacional Julio Antonio Mella, en Caimito.
De origen griego y nacida en Australia, Olympia forma parte de la Sociedad Australiana de Amistad con Cuba, país que conoció «por contactos con la izquierda internacional, de la que Cuba es ejemplo», y a través de su padre «que era comunista y dedicó su vida a luchar por los derechos de los pueblos».
«El primer contacto que tuve con esta nación fue en Grecia y luego en Australia, por las organizaciones surgidas en los años 80, que eran muchas, promovidas por los refugiados de América Latina y cuyo principal objetivo era luchar contra las dictaduras e injusticias del Cono Sur».
Es la segunda vez que visita Cuba, y en ambas ha tenido que pagar más de 3 000 dólares para costear el viaje. Está aquí desde el 28 de diciembre, y recibió el año nuevo en nuestro país.
«Hemos visitado varios lugares y trabajado en distintas faenas agrícolas. Siempre me siento muy bien aquí, las personas tienen mis mismos ideales y principios. (...) En la visita anterior estuve con una familia en Pinar del Río y esta vez iremos a Ciego de Ávila. Es algo que siempre nos acerca mucho a la realidad cubana».
La brigadista, quien se formó como profesora de Inglés, dijo sentirse muy identificada con la cultura cubana: «He aprendido mucho por las canciones, tienen una música muy potente», y confesó su preferencia por Carlos Puebla, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.
«Tengo una hija de 18 años, quien planea venir este año, también como parte de una brigada internacional», afirmó, y añadió que a ella le ha transmitido ideales de justicia y dignidad.
«En Australia hay mucho respeto para el pueblo cubano, y una gran admiración por su firme lucha contra el poder de Estados Unidos. Cuba siempre fue, y es, la luz de esperanza para toda la izquierda».