Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Breve historia de los Festivales

Proclamar la paz y luchar contra el imperialismo distinguen a estos eventos. Cuba ha sido anfitriona en 1978 y 1997

Autor:

Marianela Martín González

Hace 60 años, la juventud progresista desfilaba por las calles de Praga. Los Festivales Mundiales de la Juventud y los Estudiantes surgieron cuando el olor a muerte dejado por la Segunda Guerra Mundial estaba apenas extinguiéndose.

Cuando nacieron solo habían transcurrido dos años del fin del holocausto, que como saldo arrancó 54 800 000 vidas en todo el planeta.

La paz y la lucha contra el imperialismo son los principales incentivos de estos eventos, organizados periódicamente por la Federación Mundial de Juventudes Democráticas (FMJD), que desde su génesis en 1945, valora el contexto histórico para proponer los puntos de encuentro y la agenda de trabajo.

Escenarios y razones

El I Festival se celebró del 25 de julio al 17 de agosto de 1947 en Praga, capital de la antigua República Socialista de Checoslovaquia. A la cita acudieron más de 17 000 jóvenes de 72 países.

En el escenario mundial se respiraban los aires de la guerra fría que se avecinaba, y la ruptura de la coalición antihitleriana movía al temor.

Se chantajeaba, además, al mundo progresista con la aplicación en Europa de la doctrina Truman y el plan Marshall; y se ponía en alerta la paz y la seguridad de las naciones con el poder destructivo de la bomba atómica, lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki.

Cuba no asistió a la primera cita mundial de los jóvenes, que en esa edición llamó a la unidad en la lucha por la paz firme y duradera.

El II Festival se celebró en agosto de 1949 en Budapest, capital de la entonces República Popular de Hungría.

La causa de la lucha anticolonialista librada por esa época en Indochina, Indonesia y Malasia fue defendida por delegados de 80 naciones.

El voto de «vivir felices en un mundo que no conozca jamás la miseria y la guerra», proclamado en la clausura, fue compartido por los presentes, entre quienes se encontraban por primera vez delegados cubanos.

La intensa agudización de los conflictos internacionales, y el peligro de una nueva conflagración, enrarecían el escenario histórico cuando en agosto de 1951, Berlín, capital de la antigua República Democrática Alemana (RDA), abrazó a jóvenes y estudiantes de 104 países que participarían en el III Festival.

Todavía exhibía la RDA las huellas de la guerra, y no era conveniente para los círculos anticomunistas y con intereses bélicos una cita tan comprometedora, por lo que desplegaron campañas difamatorias para sabotear la asistencia de las delegaciones.

Allí tuvo su primera celebración el Día del Estudiante, y estuvo presente la combatiente francesa Raimonde Diem, quien impidió, con su cuerpo expuesto sobre la vía férrea, que el gobierno galo trasladara armas para el ejército de su país que sometía al pueblo vietnamita.

La cuarta cita reunió en el verano de 1953, en Bucarest, capital de la entonces República Popular de Rumania, a delegados de 111 naciones, Cuba entre ellas.

No servir a la muerte y a la destrucción constaba en la declaración oficial del evento, que celebraba el recién decretado armisticio en Corea.

El compañero Raúl Castro, entonces militante de la Juventud Socialista, debía participar junto a otros compatriotas en el Festival, pero los sucesos del 26 de Julio, de ese mismo año, impedirían su presencia.

Varsovia en 1955 fue la sede de la quinta edición de los festivales juveniles. La otrora República Popular de Polonia acogió del 31 de julio al 15 de agosto al movimiento progresista mundial.

La reunificación de Alemania y la eliminación de las tensiones creadas por el imperialismo, fueron los temas más recurrentes esta vez.

Dos años más tarde el verano moscovita daba la bienvenida a los delegados de 131 pueblos, entre ellos el nuestro, que junto con el VI Festival se disponían a festejar el aniversario 40 de la Gran Revolución Socialista de Octubre.

La juventud contra el imperialismo

Cuba ha sido anfitriona de estos eventos en dos ocasiones, en 1978 y en 1997.

Hasta entonces los festivales solo se realizaban en países socialistas. Pero en la séptima ocasión, celebrada en 1959, el Movimiento Juvenil Mundial se traslada a un país capitalista para lanzar sus reclamos.

Hasta Viena, Austria, llegaron 6 000 mercenarios políticos para sabotear el evento. Trataron de introducir ratas en lugares de las celebraciones, entre otras atrocidades, pero nada frustró el encuentro de jóvenes de 112 nacionalidades.

Las nuevas condiciones políticas de Cuba permitieron que una amplia delegación representara a la recién triunfante Revolución.

Helsinki, la capital finlandesa tres años después abriría las puertas al VIII festejo mundial de los jóvenes progresistas, a pesar de la propaganda orquestada contra las fuerzas convocadas.

Yuri Gagarin, primer cosmonauta del mundo, y Angela Davis, luchadora por los derechos civiles en Norteamérica, estuvieron entre los que exigieron prudencia para sobrevivir. Cuba aprovechó el marco para esclarecer su posición política.

El IX Festival se celebró en julio de 1968 y tuvo por sede a Sofía, la capital búlgara. Delegados de 138 estados del planeta se pronunciaron por la solidaridad, la paz y la amistad, en medio de un ambiente belicista implantado en Vietnam por el gobierno estadounidense.

Para la décima celebración se escoge por segunda ocasión a Berlín, en 1973. Los asistentes celebraron el fin de la guerra en Vietnam, el triunfo de la Unidad Popular en Chile y la liberación de Angela Davis de las cárceles norteamericanas.

Por primera vez se organizó la Tribuna Internacional La juventud acusa al imperialismo, en la cual se desnudó el carácter agresivo del régimen capitalista.

Cuba llevó una delegación de 500 jóvenes escogidos entre la vanguardia.

La celebración del Festival en La Habana, en 1978, marca un hito en la historia de estos certámenes: por primera vez la fiesta de los jóvenes del mundo abandona el territorio europeo y se traslada al hemisferio occidental, en el verano de ese año.

Los pueblos que luchaban por su libertad, como Puerto Rico, Chile, Palestina, Namibia, Zimbabwe y África de Sur recibieron apoyo unánime de las fuerzas progresistas presentes.

Moscú vuelve a ser la anfitriona de las fiestas por la paz del 27 de julio al 3 de agosto de 1985. El XII Festival celebra entonces los aniversarios 40 de la creación de la FMJD y de la victoria contra el fascismo.

Problemas como el despliegue de los misiles norteamericanos en Europa, la Guerra de las Galaxias, los focos bélicos en el Oriente Medio y el peligro de la intervención estadounidense en Nicaragua, suscitaron el debate entre los participantes.

Nuestros jóvenes solicitaron en Moscú el respaldo a las posiciones de Cuba, en cuanto a la necesidad de que la impagable deuda externa de los países del Tercer Mundo fuese cancelada.

No a las guerras, sí a la paz

El XIII Festival se celebró en los ocho primeros días de julio de 1989, en Pyongyang, capital de la República Popular de Corea. En medio de las primeras señales del desmoronamiento del bloque socialista, Cuba portó el mensaje de prestigiar al socialismo.

El entorno mundial de aquel momento estaba signado por las guerras sucias contra Nicaragua, Angola, Mozambique y Afganistán, así como la existencia del régimen del apartheid en Sudáfrica y la masacre de los palestinos.

El XIV Festival se realiza en La Habana en el verano de 1997. Los conflictos finiseculares motivan a sus participantes a retomar las mejores tradiciones de estos eventos.

A la memoria del Guerrillero Heroico se dedica la jornada reflexiva, que arremetió contra la política imperialista y defendió las posiciones soberanas de los pueblos, la democracia y los derechos de la infancia, entre otros temas.

El XV Festival tuvo lugar en Argelia del 8 al 16 de agosto de 2001. Jóvenes de 110 países compartieron experiencias para combatir la dominación imperialista.

Se reflexionó principalmente sobre la paz y la seguridad de las naciones, la democracia, los derechos humanos y la globalización y el desarrollo.

La República Bolivariana de Venezuela atesora los recuerdos más frescos de estas experiencias. El XVI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en agosto de 2005, reunió en Caracas a delegados de 144 países.

Los principales pronunciamientos estuvieron relacionados con la exigencia de eliminación de las bases militares extranjeras, las armas nucleares químicas y biológicas, y las pruebas nucleares.

«El imperialismo no es invencible como pretende hacer ver, por el contrario, su cada vez más profunda crisis es estructural, y su agresividad no tiene otra alternativa que no sea la victoria total de los pueblos», se reconoció en la declaración final de la cita juvenil que promovió la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) como una manera sabia y humana de combatir los designios del imperio.

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