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¿Qué busca Obama en África?

El Presidente norteamericano inició este miércoles su gira por el continente africano, con escalas en  Senegal, Tanzania y Sudáfrica

Autor:

Jorge L. Rodríguez González

Estados Unidos no quiere perder terreno en África. El jefe de la Casa Blanca, Barack Obama, comenzó este miércoles su gira por el continente —muy cuestionada por los cien millones de dólares que se gastará—, la que aprovechará para convencer a los Gobiernos africanos de que «no hay mejor amigo y socio» que Washington, tal y como hicieran sus antecesores, el demócrata William Clinton y el republicano George W. Bush, con mucho más entusiasmo y empuje financiero.

Sobre este viaje, la Casa Blanca anunció que su objetivo es tratar acerca de los lazos para el desarrollo económico, las inversiones, el comercio, el «refuerzo» a las instituciones democráticas y contactar los nuevos liderazgos en ascenso.

El periplo de Obama por Senegal, Tanzania y Sudáfrica, llega poco después de que el presidente chino, Xi Jinping, realizara su gira por el continente africano, en marzo pasado, con escalas en dos de esos países: Sudáfrica y Tanzania. Washington se siente rezagado con respecto al gigante asiático, cuya inversión allí ha experimentado un crecimiento acelerado en los últimos años y ha multiplicado por diez, en menos de una década, su comercio con esa región.

Sudáfrica es una escala obligada: se trata de la locomotora económica del continente y un socio comercial importante de Washington. Se calcula que unas 600 empresas norteamericanas radican en ese país, que además es uno de los principales destinos de las exportaciones de la potencia americana.

Pero en otros países de la región, las compañías estadounidenses sienten estar perdiendo un gran granero del que pueden sacar sustanciosas ganancias. Por eso algunos sectores políticos y del empresariado estadounidense han criticado que Obama haya demorado su visita al continente, más allá de la estancia de 22 horas que hiciera en Ghana hace casi cuatro años. Hoy, Obama llega a África acompañado de un séquito económico que evidencia las intenciones de mayor acercamiento a una región rica en reservorios de recursos naturales y cuyas economías han mantenido un crecimiento sobre el cinco por ciento en los últimos años.

Sin embargo, China se ha encargado de cultivar con creces sus relaciones con ese continente. Beijing es hoy el primer socio comercial de África, desplazando a Estados Unidos y Europa. Según cifras oficiales, en 2011 el comercio bilateral alcanzó un récord de 160 000 millones de dólares, un 28 por ciento más que el año previo, y se estima que en 2012 sobrepasó los 200 000 millones de dólares.

El gigante asiático propone a África acuerdos comerciales y de cooperación muy favorables para ambas partes. Beijing consigue los recursos naturales y energéticos que necesita su expansiva economía, y los africanos ganan en comercio, infraestructura, alivio de la deuda externa, créditos preferenciales, ayuda para el desarrollo y apoyo político en foros internacionales. Además, la relación con China tiene un ingrediente esencial: no exige concesiones políticas, ni derecho a intromisiones en los asuntos internos, algo que siempre ha caracterizado la relación de la Casa Blanca con los Gobiernos africanos.

Pero el incremento de las relaciones comerciales no es el único móvil de la visita de Obama, aunque sí el que más ha publicitado la Casa Blanca. De seguro, también abordará el tema de la seguridad, al que sí le ha puesto mucha más energía durante su mandato, específicamente, a las acciones del Comando Militar de EE.UU. para África (Africom), un proyecto de militarización disfrazado de humanitarismo y colaboración que está presente en todos los países del continente, aunque su cuartel general se mantenga en Alemania.

La inclusión de Tanzania en el periplo de Obama puede responder a esta preocupación, pues este país, al que Estados Unidos valora por hacer progresos en materia de gobernanza y liberalización económica, pertenece a una región muy inestable. Y el impulso a la militarización de la política exterior estadounidense con respecto a África ha sido uno de los derroteros de Obama.

El inquilino de la Casa Blanca también podría estar enviando un mensaje a la vecina Kenya sobre los «avances» que debe lograr la tierra de su padre en materia de «democracia» y estabilidad, para merecer una visita del Presidente estadounidense.

Como en otros momentos, África no debe hacerse ilusiones con la gira de Obama, quien en sus casi cinco años de gobierno solo ha respondido a los intereses del complejo militar industrial, el verdadero gobernante en Washington.

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