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Niños migrantes hacinados en celdas de concreto en Texas

Autoridades de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos ofrecieron el pasado miércoles un recorrido por una estación de la Patrulla Fronteriza en Brownsville, Texas, donde estos niños y adolescentes son procesados antes de ser transferidos a refugios para luego reunirlos con algún familiar en este país

Autor:

Juventud Rebelde

BROWNSVILLE, Texas, junio 19.— Miles de niños inmigrantes que entraron sin permiso legal a Estados Unidos están retenidos y hacinados en celdas malolientes en el sur de Texas hasta que son transferidos a refugios.

Autoridades de Aduanas y Protección Fronteriza ofrecieron el pasado miércoles un recorrido por una estación de la Patrulla Fronteriza en Brownsville, Texas, dijo AP.

Se trató del primer recorrido en la estación desde que el presidente Barack Obama dijo que se trataba de una «situación de urgencia humanitaria» el arribo de 47 000 menores migrantes sin compañía.

La mayoría de los que están en la estación Fort Brown son adolescentes y niños. Están en celdas de concreto y duermen en el piso. Los menores fueron detenidos al cruzar la frontera en medio de un aumento de la inmigración desde Centroamérica en semanas recientes. Son procesados en Brownsville y Nogales, Arizona, antes de ser transferidos a refugios para luego reunirlos con algún familiar en Estados Unidos, agrega AP.

El portal de noticias Breitbart, citado por Notimex, divulgó este viernes fotografías del interior de uno de esos centros de detención que muestran a decenas de inmigrantes indocumentados, incluidos niños, hacinados en celdas de concreto, similares a las de una cárcel.

Las fotografías tienen fecha del 27 de mayo de 2014 y dan cuenta de decenas de inmigrantes durmiendo en el piso de salones o cuartos, sin ningún colchón o cobertor, mientras que en otras se observa a decenas de niños compartiendo una celda.

«Las fotos iluminan las condiciones de los centros de procesamiento de la Patrulla Fronteriza, así como la inmensa tarea que la Patrulla Fronteriza enfrenta», indicó Breitbart.

La colaboradora de Breitbart, Sylvia Longmire, al difundir las imágenes criticó a las autoridades por su falta de medidas preventivas ante esa situación en los centros de detención.

«Teniendo en cuenta las condiciones de seguridad y económicas en deterioro en los países de América Central, de donde proviene la mayoría de estos niños y adultos inmigrantes, es difícil entender cómo el Departamento de Seguridad Nacional no vio venir esto», señaló.

«Ahora, los resultados de esta mala gestión son miles de personas que viven en condiciones inhumanas por un período indeterminado de tiempo», agregó Longmire.

Breitbart no informó cómo obtuvo las fotografías que fueron difundidas en su portal (más de una docena), pero aseguró que eran del Gobierno federal.

Un vocero de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos dijo que esa agencia no ha «difundido oficialmente fotos en este momento con el fin de proteger los derechos y la privacidad de los menores no acompañados» que están bajo su cuidado, agregó Notimex. Efe reporta que dos padres guatemaltecos están viviendo la pesadilla que siempre quisieron evitar, desconocer dónde están dos de sus hijos, perdidos entre los centenares de menores indocumentados que fueron retenidos este mes por la Patrulla Fronteriza cuando trataban de ingresar a Estados Unidos.

«Me decía: “Mami, sácame de aquí, te lo suplico”».  Ese fue el ruego que Elba Marroquín escuchó de su hijo Ángel, de diez años, el pasado 8 de junio, día en que un agente de Inmigración se comunicó con ellos para decirles que los dos menores estaban bajo custodia de las autoridades federales.

Desde entonces Marroquín ha tratado de saber en qué albergue se encuentra  Ángel y su hermana Dulce, de 7 años, pero los esfuerzos hasta ahora han sido en vano.

«He llamado al teléfono que me dio Inmigración, al Consulado, a los albergues, ya tengo todos los números y nada, no encuentro ni una pista», explicó a Efe.

La historia de esta familia inmigrante comenzó hace casi seis años, cuando  Ángel Rosales decidió buscar un mejor futuro para sus hijos y llegó a trabajar a Rialto (California, EE.UU.). Unos meses después se le unió su esposa, Elba. Los niños se quedaron en la localidad guatemalteca de Chimaltenango bajo el cuidado de la abuela materna.

Aunque Marroquín se opuso por muchos años a traer a sus pequeños de forma indocumentada, la extrema violencia que tenía amenazados a los niños y las promesas de que los menores estarían seguros si ingresaban solos por la frontera la hizo aceptar. Le aseguraron que los niños solo estarían, a lo sumo, tres días bajo custodia de Inmigración.

Con lo que no contaban es que existiera un incremento del flujo de menores que desbordase las previsiones de la Patrulla Fronteriza y la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) y que estas agencias no tuvieran la capacidad para atender tantos casos al mismo tiempo.

«Se siente uno perdido, tengo miedo de no volverlos a encontrar. No tenemos un número de caso, nadie sabe dónde están ni cómo están», explicó a Efe el angustiado padre.

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