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El mundo marchó

El Primero de Mayo repercutió en todo el mundo, y festejos, marchas o protestas no tuvieron un minuto de receso durante las 24 horas de este Día Internacional de los Trabajadores, y abarcaron latitudes y longitudes del planeta

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Juventud Rebelde

Para unos, fue celebración; para otros, lucha. El Primero de Mayo repercutió en todo el mundo y festejos, marchas o protestas no tuvieron un minuto de receso durante las 24 horas de este Día Internacional de los Trabajadores y abarcaron latitudes y longitudes del planeta.

Mientras en Caracas, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro anunciaba un aumento del 30 por ciento en el salario mínimo vital de los trabajadores, durante el acto masivo de celebración en la plaza O’Leary; en La Paz, el presidente Evo Morales también aprobaba cuatro decretos a favor de los bolivianos, que incluía un incremento del sueldo mínimo general y a los funcionarios públicos, gracias a la estabilidad económica y política que goza el país andino.

Sin embargo, Estambul amanecía bloqueada y el Día del Trabajo en Turquía degeneró en violentos disturbios al prohibir el Gobierno las celebraciones en la céntrica Plaza de Taksim —guarnecida con tanquetas y vehículos blindados— y ser las marchas sindicales duramente reprimidas por la policía, movilizada en número de 25 000 agentes. Al menos 245 personas han sido detenidas, reportaba  El País.

La festividad de larga tradición en Alemania, se vio sacudida este viernes por el ataque de un grupo de Jóvenes Nacionalistas, organización juvenil del neonazi NPD, que irrumpió con violencia en una concentración de la Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB) que celebraba el Día de los Trabajadores en la ciudad deWeimar y el ataque se saldó con cuatro heridos y 29 detenidos.

Los neonazis también salieron a la calle con iguales propósitos antisindicalistas en Berlín, donde 30 000 personas se congregaron ante la puerta de Brandeburgo para exigir, bajo el lema «el trabajo del futuro lo organizamos nosotros», un empleo justo y bien remunerado y para defender el salario mínimo que aprobó el actual Gobierno de gran coalición, dijeron agencias noticiosas.

El reclamo salarial primó en la mayoría de las manifestaciones. Así lo hicieron miles de sindicalistas que marcharon por Tegucigalpa, reclamando la restitución de sus derechos laborales, unidas las tres centrales obreras y con la presencia de líderes del Partido Libertad y Refundación (Libre) que encabeza el ex presidente Manuel Zelaya, informó Xinhua.

Por miles, y de forma pacífica, recorrieron los trabajadores colombianos sus ciudades, pero EFE asegura ue la jornada concluyó con disturbios en la céntrica Plaza Bolívar de Bogotá cuando unos 400 manifestantes se enfrentaron con palos y piedras a la policía, que les lanzó gas lacrimógeno y bombas aturdidoras. Como cada año pedían garantías de empleo digno y mejores condiciones laborales, reivindicaban el derecho al trabajo, mejores salarios y pedían la paz del país.

Miles de ecuatorianos participaron en Quito en sendas marchas a favor y en contra del Gobierno que lidera el presidente Rafael Correa, en ocasión del Día Internacional de los Trabajadores, reportaba PL. En su discurso ante miles de seguidores de la Revolución Ciudadana que desbordaron la Plaza de Santo Domingo, el Presidente recordó los logros en materia laboral, y entre ellos destacó la elevación del salario mínimo, la eliminación de la tercerización y de los contratos a plazos fijos, y la disminución de la tasa de desempleo. Somos el gobierno de los trabajadores, sentenció Correa.

Imposible reseñar cada evento o incidente de la jornada mundial, pero no está de más el reporte desde Estados Unidos, país que no reconoce este día, a pesar de que fue la solidaridad con los obreros ejecutados en Chicago en el siglo XIX la que dio origen al Día Internacional de los Trabajadores.

Allí las protestas contra la violencia policial se han multiplicado en numerosas ciudades, ahora en apoyo a la población afroamericana de Baltimore, estado de Maryland, donde el pasado 19 de abril murió bajo custodia policial el joven Freddie Gray.

Este viernes, sin embargo, la justicia pudiera tener un atisbo cuando la fiscal Marilyn Mosby declaró que la muerte de Gray fue un homicidio, y detalló públicamente las acusaciones contra los seis policías implicados en la detención «ilegal» del joven —porque el arresto se produjo sin que Gray hubiera cometido ningún crimen.

Los agentes podrían enfrentarse a cargos que abarcan desde homicidio involuntario —que acarrea una pena de hasta 30 años de prisión— hasta asalto y negligencia. El sindicato de policías, sin embargo, ha declarado a la agencia Associated Press que los agentes actuaron bajo la «legalidad». La impunidad también asoma y no hay dudas de que en el sustrato de la discriminación racial que aún permea a la sociedad estadounidense está la explotación clasista.

Bagdad, Iraq.

Seúl, Corea del Sur.

Barcelona, España.

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