Montego Bay, Jamaica.— La unidad es el único camino posible para que, entre todos, los hijos de Nuestra América emerjan del dolor que largo tiempo de coloniaje sembró en ellos. Por eso un encuentro que imbrique voluntades —como la 39 Reunión Regular de la Conferencia de Jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe (Caricom) que ha comenzado aquí este miércoles y se extenderá hasta el próximo día seis— tiene indudable valor.
En los estados miembros de la Caricom, situados en la cuenca del mar Caribe, gravitó con fuerza la dominación colonialista. En su mayoría son islas cuyos hijos son predominantemente afrodescendientes, aunque también les corre por las venas sangre amerindia y asiática, sin olvidar que en todo «encuentro» de culturas quedan mezcladas las trazas de quienes impusieron el dominio colonial (provenientes sobre todo de Inglaterra, Francia y Holanda).
Los años sesenta del siglo XX marcaron a esa zona geográfica por rebeliones populares solo antecedidas por la revolución antiesclavista de Haití. Cuando Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago alcanzaron la independencia a través de sagas que marcaron en lo profundo al universo caribeño, establecieron al unísono relaciones diplomáticas con nuestra Isla. Fue ese un abrazo inolvidable, en 1972, cuando la Revolución cubana no era reconocida por muchos, incluso en el hemisferio, y enfrentaba, como hoy, el cerco feroz del imperialismo.
Nació entonces una confraternidad que se ha venido fortaleciendo entre nosotros y las naciones integrantes de la entidad caribeña, curso que llevó a articular, desde 2002, las Cumbres Caricom-Cuba. Esos lazos tienen una fuerza que, por encima de todo, proviene de los mismos dolores y anhelos: la Mayor de las Antillas y sus hermanos caribeños tienen en común una historia de colonialismo y esclavitud, de batallas por la independencia y por el crecimiento en económico y lo espiritual.
La zona caribeña, marcada por la insularidad y por una posición clave en el mapa —trascendencia que Simón Bolívar tuvo en cuenta para los destinos del mundo— también lleva el signo de la intensidad y la firmeza: los países miembros de la Caricom han dado ejemplo de posición unida, de relaciones en lo económico y en lo político signadas por la solidaridad, la cooperación y la complementación.
La Conferencia de Jefes de Gobiernos que la ciudad jamaiquina acoge por estos días está definida como la instancia suprema de la Comunidad del Caribe. El segundo órgano en importancia es el Consejo de Ministros de la Comunidad, el cual tiene el rol de hacer coordinaciones estratégicas en las áreas de integración económica, cooperación funcional y relaciones exteriores. Este órgano ejerce, además, la función preparatoria de la Conferencia.
La agenda de esta ocasión contempla entre sus temas el referido al cambio climático, al crimen y a la violencia, a la gestión de desastres y a la economía común. Son preocupaciones conocidas en un mundo cada día más frágil en lo ecológico, cada vez más peligroso y lleno de desigualdades en lo social y en lo económico, enfermo de racismo y de otras intolerancias, de muros y de guerras que terminan desmantelando naciones enteras.
En medio de ese contexto planetario no favorable a los sueños de integración, paz y desarrollo, el Caribe vive en estas horas otro encuentro para avanzar en la ruta de ser más próspero, equitativo y sostenible.
Nacimiento, Propósitos e integrantes
La Comunidad del Caribe (Caricom por sus siglas en inglés) nació el 4 de julio de 1973 a través de la firma del Tratado de Chaguaramas, Trinidad y Tobago, suscrito por los primeros ministros de Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago. Propósitos fundamentales la definen; entre ellos, mejorar la vida de los habitantes de la región a través del crecimiento económico que puede tener entre sus premisas el desarrollo de un mercado común, el desarrollo del comercio y estrechar relaciones con otras naciones.
Cuba ha firmado acuerdos básicos de cooperación con los Estados miembros de la Caricom y tiene colaboradores en todos ellos. Hasta el 30 de marzo de 2018 contábamos con 1 644 cooperantes; de ellos, 1 357 del sector de la Salud. El programa Yo sí puedo ha alfabetizado 429 mil 196 personas; y la Operación Milagro ha realizado 136 097 operaciones para devolver o mejorar la visión de los beneficiados.
Los países que integran la Caricom son: Antigua y Barbudas, Mancomunidad de Las Bahamas, Barbados, Belice, Mancomunidad de Dominica, Granada, República Cooperativa de Guyana, República de Haití, Jamaica, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, República de Surinam, República de Trinidad y Tobago, Federación de San Cristóbal y Nieves, y Monserrat, territorio de ultramar dependiente del Reino Unido de Gran Bretaña. Son miembros asociados Anguila, Bermuda, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán e Islas Turcas y Caicos, todos territorios dependientes.
