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¿A dónde quiere llegar Donald Trump?

El Pentágono y los jefes militares del área de Washington están en alerta roja

Autor:

Juana Carrasco Martín

Aunque les parezca mentira, pero como el absurdo es parte intrínseca de la administración trumpiana, en estos días finales de año y también de la presidencia de Donald Trump, el Pentágono y los jefes militares del área de Washington están en alerta roja.

Parece que ellos también, llevados por la suspicacia y quizá por lo que han visto o conocido de cuatro años de mandato del magnate-presidente, temen cualquier idea descabellada —supongo que de los fanáticos seguidores de Trump, alentados por la constante negativa de este a reconocer que perdió las elecciones y su reiterada acusación de que se las robaron— que pueda llevar a que el presidente saliente decrete la ley marcial.

El problema es que Newsweek ha publicado que «los comandos militares responsables de Washington DC están involucrados en la planificación secreta de contingencias en caso de que las fuerzas armadas sean llamadas a mantener o restaurar el orden civil durante el período de inauguración y transición».

«He estado asociado con el ejército por más de 40 años y nunca he visto las discusiones que se están teniendo en este momento, la necesidad de tales discusiones», le dijo a esa publicación —en condición de anonimato por temor a represalias— un oficial retirado, actualmente contratista de defensa que ha asesorado a los líderes superiores de su servicio.

Y se menciona la posibilidad de que Trump trate de reunir a los grupos paramilitares y milicias privadas que están a su favor en un esfuerzo por interrumpir la transición y llevar la violencia a la capital. Los rumores llegan hasta la posibilidad de movimientos que detengan la certificación del presidente electo, Joe Biden, en la sesión conjunta del Congreso el 6 de enero.

Sería una desestabilización total del proceso de la democracia estadounidense, prácticamente impensable en Estados Unidos, hasta ahora, cuando la irracionalidad se ha apoderado de quien se muestra renuente a ceder la Casa Blanca.

Son varios los militares retirados y en estos momentos contratistas que expresan esos temores, pero también su confianza de que los uniformados en servicio mantengan fría la cabeza.

Sin embargo, los ruidos sobre el tema parecen ser tantos y tan altos que el secretario del Ejército Ryan McCarthy y el jefe del Estado Mayor del Ejército, James McConville, se sintieron obligados a emitir una declaración conjunta el viernes pasado: «No hay ningún papel para el ejército estadounidense en la determinación del resultado de una elección estadounidense».

Es que las señales no son pocas, y cuando Trump le dio el perdón presidencial a quien fue su primer asesor de seguridad nacional, el teniente general retirado Michael Flynn, este se dedicó de inmediato a intervenir en mítines multitudinarios de los seguidores del mandatario y a dar declaraciones y entrevistas a canales conservadores en los cuales expresó, sin ningún tipo de tapujos, llamados subversivos como que Trump «podía tomar capacidades militares y podía básicamente volver a ejecutar una elección»… «El Presidente tiene que planear para cada eventualidad porque no podemos permitir que esta elección y la integridad de nuestra elección vayan como están», dijo.

The New York Times reportó que el presidente Trump convocó a una reunión en el Despacho Oval el pasado viernes en la cual participaron la abogada Sidney Powell y Michael Flynn y ambos lanzaron la escandalosa sugerencia de anular las elecciones, aunque se dijo que otros presentes la habían invalidado.

El 20 de diciembre, como para tranquilizar los ánimos y aplacar los temores sobre ese encuentro con dos de las figuras héroes del movimiento QAnon, @realDonaldTrump tuiteaba: «Ley marcial = Noticias Falsas. Justo más, a sabiendas de malos informes!».

 A pesar de ese «desmentido», la preocupación existe.

También el hecho cierto de que ese mismo domingo 20, Trump volvió una y otra vez sobre su cuenta en Twitter y retuiteó 11 cuentas vinculadas a QAnon, el movimiento de extrema derecha relacionado con una de las principales teorías de la conspiración, la que detalla una supuesta confabulación secreta contra Donald Trump y sus seguidores, organizada por un presunto «Estado profundo» donde ubican, entre otros, a intelectuales progresistas de Hollywood y a políticos demócratas como Hillary Clinton y Barack Obama.

 Los seguidores de QAnon ven a Trump como un mesías enviado por Dios, y a la vez el FBI identifica a estos extremistas como una amenaza de terrorismo nacional… 

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