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Trump y el caos en Washington (II)

Autor:

Lázaro Fariñas

¡Y dale con Trump!  Parece ser que se hace imposible, para cualquiera que escriba sobre política en Estados Unidos, no hablar constantemente del Presidente de esta nación.  El caballero que nos mandamos de primer mandatario de este país, como dije en mi comentario de la semana pasada, ha enloquecido a tirios y a troyanos. No hay forma de dejarlo a un lado. Trump, que es un inculto y un mentiroso, sí sabe muy bien cómo mantener su nombre constantemente en los medios. Curiosamente, mientras más es atacado, más hace para que lo vuelvan a atacar.

Trump quizá no sepa nada de la cultura universal y quizá tampoco comó resolver una fórmula algebraica, pero sí sabe cómo contar el dinero y sabe lo que tiene que hacer para que otros hablen de él. Es por eso que su fortuna sigue aumentando por hora y su nombre se oye y se ve hasta en la sopa. 

Cada vez que le está explotando algún escándalo, y eso es casi todos los días, inventa algo que lleve a la prensa a comentar. Es el clásico caso de distracción  de la opinión pública, desviándola hacia otro lugar, hacia donde menos le perjudique. Lo hace una y otra vez. Es la corriente de los medios que avanza en un sentido, y la contracorriente del Presidente que avanza al mismo tiempo y en sentido contrario, enfrentándose a la otra.

Decía en el comentario anterior que Donald Trump tenía enloquecida a gran parte de las estructuras de poder del país, pero me faltó decir que ese enloquecimiento no se limitaba solamente a esas estructuras sino que también se extendía a la esfera internacional. Tanto aliados como enemigos no acaban de encontrar la forma para relacionarse con el Presidente Trump. El hombre, lo mismo trata de humillarlos en un minuto, que los alaba y los engrandece en el siguiente.

En lo que va de mes, los aliados de Estados Unidos han recibido del primer mandatario de este país toda una serie de críticas que los ha dejado sin respuesta.  El Presidente criticó a los países que componen la OTAN por no aportar la suficiente cantidad de dinero a dicha organización para su defensa y los amenazó con recortar lo que Estados Unidos aportaba si no aumentaban sus cuotas.

Ofendió a Alemania y su Canciller acusándolas de estar en las manos de Rusia por la compra de gas que estas hacían a la República Rusa, criticó a la Primera Ministra de Inglaterra por la forma de esta llevar la salida de la Unión Europea, también al Presidente de Francia y llegó a ridiculizar a Montenegro por el tamaño de su territorio. Después, en la conferencia de prensa que hizo con el Presidente ruso, Vladimir Putin, dejó ver sus dudas sobre los informes de sus propios organismos de inteligencia.

Por su actitud y su forma de comportarse en Europa, Trump recibió numerosas críticas, tanto de políticos como de la prensa nacional. Su reunión con el presidente Putin fue vista como un gesto de debilidad por parte de Trump.  Para gran parte de la población estadounidense, Rusia es su peor enemigo. Eso se lo han metido hasta en el ADN de este pueblo desde la época de la Unión Soviética, así es que cualquier tipo de entendimiento con aquel país no es bien visto aquí.

Personalmente, creo que Trump tiene razón al tratar de buscar una buena relación con su homólogo ruso.  En definitiva, Rusia es una potencia nuclear de primer orden y esa constante confrontación existente no es nada positiva, pero lo que se cuestiona no es solamente la posición de Trump respecto a mejorar las relaciones entre ambos países, sino el motivo por el cual lo está haciendo. Los medios norteamericanos están bajo la impresión de que los rusos le saben algo personal al Presidente estadounidense y que esa es y no otra la razón por la cual este está buscando ser amistoso con Rusia.

Trump regresa de Europa y se encuentra que en Washington está ocurriendo un hecho que está acaparando la atención de la prensa nacional y es que las autoridades que están investigando al exabogado del Presidente, Michael Cohen, han recibido la autorización de oír las grabaciones que este le hizo a su cliente, sin el consentimiento del mismo. 

El Fiscal Especial tiene al menos cien grabaciones de este tipo en su poder, el abogado, que más que abogado de Trump era su arreglaproblemas, parece tener la costumbre de grabar sus conversaciones y eso no es nada bueno para el Presidente, además, todo parece indicar que el hombre va a cantar como un canario, cuando lo llamen a contar.

Así es que los problemas de Donald Trump se entretejen unos con otros y no creo que exista nadie en este país que tenga la menor idea de cómo es que va a terminar este caos creado por esta personalidad tan complicada. ¿Terminará el Presidente en las Cortes, en el Congreso, en la cárcel?  Responder eso es como contestar la famosa pregunta de los 64 000 pesos.  

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