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La «googletización» de Internet

El cada vez mayor poderío del más conocido buscador de la web comienza a preocupar a muchos expertos, organizaciones e incluso países

Autor:

Amaury E. del Valle

Millones de usuarios en todo el mundo, incluyendo los cubanos, sufrieron en el día de ayer varias horas ante la caída de algunos de los servicios del megabuscador Google, incluyendo el propio sitio de acceso a las búsquedas.

Una vez más, por «problemas técnicos», quedaron inhabilitados múltiples servicios como el correo electrónico gratuito Gmail, de amplio uso mundial, así como sus sistemas de búsqueda, de pago online e incluso de descarga de aplicaciones.

El hecho en sí no es nuevo, ni tampoco afectó a la totalidad de los usuarios. Aunque pululan las hipótesis sobre la causa, ante la falta de una explicación clara por parte del servidor, todo hace pensar en un problema con la conectividad de las redes, que provocó que el tráfico web a los servidores de Google tuviese que ser redireccionado a través de Asia.

Así, al menos una cuarta parte de los usuarios vieron cómo sus búsquedas o correos funcionaban muy lentamente o, simplemente, no funcionaban, mostrándose errores, según un análisis sobre el fenómeno publicado en el blog de Arbor Networks, una firma dedicada a la seguridad y gestión de redes de comunicaciones.

Lo cierto es que, más allá de las molestias e incluso las posibles pérdidas económicas que pueda haber causado el incidente, este ha servido para llamar la atención sobre la excesiva «googletización» de Internet y sobre las pocas opciones válidas existentes ante este fenómeno.

Omnipresencia «googlística»

Hace poco más de una semana que Gmail, el correo electrónico de Google, celebró su noveno cumpleaños convertido en uno de los clientes de e-mails más usados en todo el mundo, al haber logrado desplazar en muy poco tiempo a competidores que se habían hecho tradicionales como YahooMail o Hotmail.

Fue el 1ro. de abril de 2004 cuando el buscador anunció la apertura de un servicio de correo electrónico único y diferente a todo lo demás disponible hasta la época, trayendo como principal novedad una oferta de 1 GB de almacenamiento gratuito, lo que para el momento era más de lo que se podía imaginar, ya que la competencia entregaba menos de 10 MB por cuenta.

En su lanzamiento Gmail se mantuvo como un servicio privado, al cual uno se podía registrar solo mediante invitación, por lo que incluso llegaron a venderse informalmente algunas de ellas a través del comercio electrónico, hasta que el 7 de febrero de 2007 el servicio finalmente se abrió a todo el público.

Según la Internet World Stats (IWS), si la población mundial actualmente ronda los 7 017 846 900 personas, de ellas unos 2 405 millones son usuarios de Internet, y casi la totalidad emplean servicios de correo electrónico. Lo curioso de esto es que las estadísticas indican que de ellas usan Gmail unos 425 millones de usuarios, lo cual lo ubica como uno de los clientes de correo más usados en todo el planeta cibernético.

Solo en Estados Unidos, por ejemplo, Google abarca el 44 por ciento del mercado de las búsquedas web, el 62 por ciento en el de la publicidad contextual online y el 43 por ciento en los videos en Internet (sumados Google Video y YouTube), según reveló recientemente en su blog el analista Nicholas Carr, quien se pregunta con toda razón si no es hora de cuestionarse ya el poder monopólico de esta empresa.

El experto señala que sin duda la compañía hoy domina el mundo de las búsquedas web y de la publicidad (en países como España tiene el 90 por ciento del mercado), pero también posee una fuerte influencia en el tema de los contenidos y servicios, incluyendo en estos últimos su predominio en el mercado de los celulares, gracias a su sistema operativo Android.

Esta preocupación, expresada cada vez con más fuerza por instituciones y gobiernos como el de China, ha encontrado eco incluso en organizaciones como la plataforma FairSearch, que agrupa a 17 compañías en favor de la igualdad de condiciones en las búsquedas por Internet, la cual hace unos días presentó una queja ante la Comisión Europea (CE) por una supuesta maniobra de Google contra la libre competencia en el sector de los móviles.

FairSearch denunció que Android, el sistema operativo móvil de Google, es la plataforma dominante al estar presente en el 70 por ciento de los dispositivos a finales de 2012, y afirmó que la empresa lo está utilizando para «bloquear», algo que ya había expresado oficialmente el Gobierno chino, el cual llegó a considerar esta fortaleza como una seria amenaza al desarrollo de las comunicaciones móviles en el gigante asiático, el país con más usuarios de celulares en todo el mundo.

«Google está utilizando Android como un Caballo de Troya para engañar a sus socios, monopolizar el mercado móvil y controlar los datos de los consumidores», indicó a la prensa Thomas Vinje, presidente ejecutivo de FairSearch en Europa, la cual representa a compañías como Expedia, Nokia, Oracle, TripAdvisor e incluso Microsoft.

Sin 2x3

Aunque nadie duda de la calidad y constante innovación en los productos y servicios que ofrece Google, lo cual explica en buena medida su auge y aceptación, sería engañoso creer que posee la visión idílica de sus inicios, cuando fue creada por dos jóvenes estudiantes universitarios, Larry Page y Sergei Brin.

En realidad, el que primero fuera apenas un buscador exitoso por su interfaz sencilla y colorida, pero también por la novedosa forma de organizar los resultados de las indagaciones, es actualmente un megamonopolio con ramificaciones mundiales y fuertes intereses de los accionistas quienes, más allá de la tecnología, piensan primero en las fluctuaciones de la Bolsa de Valores.

Así, su influencia y extensión es cada vez más creciente, y las cifras indican que los capitales que mueve son muchas veces mayores que los de muchos Estados del mundo, mientras que sus proyectos de extensión de servidores, del cual poco se sabe por el secretismo con que lo llevan, indican que las apuestas son a seguir aumentando el poderío monopólico.

Lo paradójico del tema es que, si bien los cuestionamientos a este «omnipoder» son cada vez mayores, pocas alternativas existen en el panorama tecnológico actual para escapar a la égida de Google, ya sea en el campo de las búsquedas, la publicidad e incluso el correo electrónico.

Cuba, en ese sentido, tampoco parece ser la excepción. Aunque las estadísticas completas sobre el uso de Internet, los sitios más visitados o los servicios que se prefieren no son  hoy de conocimiento público, puede constatarse, por diversas vías, el uso mayoritario de Google como buscador y de Gmail como servidor de correo gratuito.

Esa realidad se ve potenciada, entre otras razones, por la falta de buenos y confiables buscadores de factura nacional, al menos insertados en sitios o portales internos, pues el proyecto de buscador cubano 2x3 (www.2x3.cu), apenas se ha quedado en el intento y todavía tiene enormes lagunas que llenar en cuanto a calidad de funcionamiento.

Algo similar sucede con el correo electrónico, por lo cual muchas personas recurren a los gratuitos que ofrece Internet, ante la carencia de acceso a un servicio nacional de este tipo.

No se trata de igualar o, todo lo contrario, cuestionar la calidad de Google o su Gmail, lo cual está fuera de duda. Pero sería bueno analizar la necesidad de poder contar, como ya tienen o planifican hacer muchos Estados, con alternativas propias a estos servicios, no solo por cuestiones de seguridad nacional, sino porque inevitablemente forman parte de la necesaria soberanía tecnológica que debe construirse cada país, especialmente Cuba, bloqueada durante más de 50 años por Estados Unidos… donde radica Google.

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