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Tetris o la técnica es la técnica

Con más de tres décadas de creado y pese a su simplicidad, uno de los videojuegos más populares de la historia sigue encantando a los más jóvenes

Autor:

Amaury E. del Valle

Hace más de 30 años, el Tetris, un juego digital aparentemente sencillo y que ya existía desde mucho antes en la vida real, causó un verdadero furor entre los poseedores de computadoras, al iniciar una vida virtual que se ha extendido hasta el presente.

A pesar de que muchos niños y adolescentes de hoy se asombran ante la sencillez de trazos y colores, y ante la aparente simplicidad de la distracción, como lo evidencia un video recientemente divulgado en YouTube, lo cierto es que muchos todavía se enganchan con ese juego.

No obstante, muy pocos conocen la historia de este videojuego, que consiste en ordenar la mayor cantidad de figuras geométricas en un mismo espacio, y mucho menos que su padre original fue un matemático ruso, quien lo creó para una computadora soviética y solo para probar su funcionamiento.

Juego o espionaje

En 1984, Alekséi Pázhitnov era un catedrático que trabajaba en el Centro de Computación de Dorodnitsyn, en la Universidad de Moscú, donde estaba inmerso en el proyecto de desarrollar una computadora totalmente rusa, la Elektronika 60.

La historia más oficial dice que Pázhitnov puso en marcha el juego el 6 de junio de 1984, con el objetivo de probar el funcionamiento de la máquina.

Otras fuentes, en cambio, sugieren que lo hizo inspirado en la arquitectura rusa de la época, muy ortodoxa en cuanto a formas geométricas. También hay quienes aventuran la hipótesis de que se trataba de una forma de hacer propaganda, y no faltan los que sugieren que escondía códigos para robar información de las máquinas donde se instalara.

También su nombre ha sido muy debatido, aunque la versión más aceptada es que se trata de la combinación de las palabras «tetra» —prefijo griego que significa cuatro, porque todas las piezas están formadas por cuatro cubos— y «tenis», que era el juego preferido de su creador.

El segundo padre del Tetris fue Vadim Gerásimov, otro profesor del centro, quien se encargó de realizar una versión para computadoras norteamericanas IBM, la cual poco a poco comenzó a difundirse y tuvo casi inmediatamente un éxito increíble.

Por supuesto, la historia tuvo también sus lados oscuros, ya que en 1985 Robert Stein lanzó una versión comercial espuria que llegó a Estados Unidos, y ese año los rusos vieron cómo el juego que ellos habían creado para propósitos investigativos se convertía, sin su consentimiento, en un tremendo éxito comercial.

La verdad fue que Alekséi Pázhitnov, su creador, no sacó ni un centavo por el Tetris. Solo con los años, luego de emigrar de su país y ya en Estados Unidos, se dedicó a la industria del videojuego y a elaborar aplicaciones para móviles, de lo cual vive hoy.

Mientras tanto, Stein debió pasar por un proceso de reclamación ante tribunales de la entonces Unión Soviética, que se saldó con un arreglo judicial, una indemnización y la obtención de los derechos para el desarrollo del videojuego para computadoras personales por Henk Rogers, de Nintendo.

Sucede que Stein les había vendido la idea a los directivos de Nintendo en 1988, quienes pagaron un dinero «secreto» para tener la exclusividad del Tetris en la consola portátil Game Boy, que comenzó a comercializarse a gran escala, ya para entonces convertido en todo un clásico.

A la vez, sin mucho escrúpulo que digamos, Stein trató de negociar en la oscuridad con Ataris, el gran competidor de Nintendo. Además, en una maniobra más sucia todavía, tan solo un mes antes de que la Game Boy saliera al mercado, Sega —otra corporación de la competencia— sacó una versión del mismo juego, que debió retirar ante la amenaza de una demanda millonaria.

Ediciente terapia

Ubisoft, la actual empresa propietaria de los derechos del Tetris, cuando  el 6 de junio este cumplió 30 años, dio protagonismo a Alekséi Pázhitnov y a Henk Rogers como sus dos padres fundamentales.

Lo cierto es que, debido a que el juego ha tenido ya tantas versiones, su historia ha sido tan enredada y han intervenido en su desarrollo tal multiplicidad de programadores y diseñadores, hace rato dejó de ser de alguien en específico.

El Tetris se ha convertido en todo un clásico de los videojuegos, incluso para los millennials, como se les conoce a los miembros de la Generación del Milenio, los niños y adolescentes nacidos a finales del siglo pasado y en la primera década de este, para quienes la computación, teléfonos móviles e Internet son un hecho consumado.

Ellos llegaron cuando ya existían, y por ende, el Tetris, que se jugaba en antiguas computadoras de discos flexibles e incluso de casetes, les parece algo entretenido; pero muy distante de las actuales distracciones que contienen elementos en tercera dimensión y hasta de realidad virtual.

A pesar de ello, al igual que ha sucedido con otros videojuegos clásicos como el Súper Mario, los cubos apilables se han ido modificando y modernizando, para lanzar constantemente nuevas variantes cada vez más sofisticadas, pero manteniendo sus principios originales.

Esa vuelta a los orígenes en el mundo de los videojuegos, que se evidencia en el éxito de los mencionados anteriormente o de otros como el Zuma, que consiste en equiparar bolas de un mismo color, se explica por el furor que siguen despertando las distracciones electrónicas más simples.

Según expertos en el tema, en ello confluyen desde la facilidad que representan, tanto desde el punto de vista físico como intelectual, hasta el hecho de que en la mayoría de los casos son la antesala hacia creaciones más sofisticadas y, por ende, se convierten en puerta de entrada al mundo de los videojuegos de muchos niños y adolescentes.

Carentes de elementos nocivos como la violencia, promotores de la coordinación de movimientos, del pensamiento lógico, del conocimiento de formas y colores, los psicólogos recomiendan juegos como el Tetris para los más pequeños. Asimismo, se ha demostrado la efectividad de su uso terapéutico en pacientes con dificultades motoras o de coordinación de ideas, ya sean consecuencia de padecimientos congénitos o adquiridos tras algún tipo de enfermedad o accidente traumático.

En sus más de 30 años, el Tetris quizá haya ayudado, cual sui géneris fisioterapia, a desarrollar o recuperar habilidades a más de una persona, aunque no son pocos los que en otra cara del fenómeno se han enviciado de tal forma con este juego, que descuidan sus ocupaciones y actividades habituales.

No hay tecnología buena o mala. Es el uso que le demos lo que determina su bondad o maldad. El Tetris ha vivido en los dos lados de la orilla. Todo depende de a qué lado haya cruzado usted como nadador.

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