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De «cándida» nada

La segunda causa de vulvovaginitis es una levadura que forma parte de su microbiota vaginal

Autor:

Aileen Infante Vigil-Escalera

Con frecuencia las mujeres escuchamos de otras que padecen un episodio de candidiasis vulvovaginal (CVV), también conocida como moniliasis, un escozor molesto que puede llegar a ardentía en casos de recurrencia, con secreciones vaginales más abundantes de lo normal, que también puede darse en hombres ocasionalmente.

Nuestra sección conversó con la máster en Ciencias Mayda Rosa Perurena Lancha, responsable del Laboratorio Nacional de Referencia de Micología del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), donde se estudió la etiología, susceptibilidad in vitro y factores predisponentes a la CVV, en un grupo de cubanas con sospecha de padecerla.

La especialista refirió que el 75 por ciento de todas las mujeres sexualmente activas desarrollan un episodio de esta afección durante su vida. El 20 por ciento de ellas llega a segundos episodios y el cinco por ciento tiene cuadros de recurrencia (más de cuatro en un año), lo cual constituye un reto para la atención ginecológica, debido a la multiplicidad de factores endógenos (de la propia mujer) y exógenos que pueden exacerbar la presencia de Candida albicans, hongo común en la microbiota vaginal.

Entre los primeros se destaca el estrés, que impacta a todo el organismo, y entre los exógenos el uso de dispositivos intrauterinos (DIU), cuyo hilo suele actuar como reservorio; la anticoncepción oral (ACO), porque su alta concentración estrogénica favorece las condiciones nutritivas de este hongo; y la terapia con antibióticos, porque desequilibra la microbiota normal de la vagina, principal baluarte defensivo del ecosistema vaginal frente a los hongos, y por tanto incrementa la colonización y la infección por Candida.

Otro factor desencadenante es el embarazo: los altos niveles estrogénicos gestacionales propician el aumento del glucógeno producido por el epitelio vaginal y su capacidad de adherencia del agente causante de la CVV. No en vano se orientan exudados con cultivo durante los tres trimestres del embarazo, pues «si la madre tiene un episodio de candidiasis al momento del alumbramiento, el niño o niña puede adquirirla en el canal de parto», acotó.

Desde temprano

Una investigación de la  doctora María Caridad Arboláez Goicochea, máster en Atención integral al niño, advierte que Candida albicans constituye la causa más frecuente de vulvovaginitis micótica en niñas y adolescentes cubanas. Los síntomas fundamentales son el flujo vaginal y prurito o escozor vulvar. En ambas etapas la afección se asocia a tratamientos previos con antimicrobianos, y en adolescentes además a relaciones sexuales desprotegidas y uso de ACO.

Se pueden sumar otros factores, como la predisposición genética, la humedad acumulada bajo las almohadillas sanitarias o los culeros y protectores diarios, y la higiene incorrecta por defecto o exceso.

Para prevenir la CVV a cualquier edad se sugiere evitar las duchas vaginales, lavar por separado la región vulvar y la anal o asearse de adelante   hacia atrás y no usar ropa muy ajustada, sobre todo si es de tejido sintético, que no permite a la piel transpirar. Lo adecuado es usar jabón solo en el aseo matutino, durante el baño diario y después de tener relaciones sexuales. El agua debe estar limpia, pero no es necesario hervirla siempre, solo durante el tiempo de la afección, para ayudar al tratamiento.

En cuanto a los DIU y los anticonceptivos orales, ante la aparición de una candidiasis que no cede a la intervención médica es necesario evaluar alternativas de planificación familiar, como los métodos de barrera (condón o diafragma).

Sobre el abuso de los medicamentos, antibióticos o no, Perurena Lancha alertó que en los estudios de susceptibilidad in vitro algunas cepas de Candida mostraron más resistencia a unos u otros fármacos tradicionales, por tanto insistió en la necesidad de acudir al médico ante cualquier síntoma para diagnosticar y tratar correctamente las causas.

Asimismo, insistió en que la CVV por sí sola no indica una ITS. A veces su reiterada aparición provoca serios trastornos de ansiedad en quienes la padecen, porque genera dudas en cuanto a la fidelidad de la pareja… o viceversa. Muy pocas veces es el hombre el que manifiesta síntomas, lo cual no significa que no sea él quien actúa como reservorio de la levadura y por tanto el principal causante de la reinfección de la mujer, si no se incluye oportunamente en el tratamiento.

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