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Viaje a la semilla

Ediltrudis Cintra Verdecia no sabe qué hacer, porque el cielo se le ha unido con la tierra, como dicen los que hiperbolizan los conflictos de la vida cotidiana con imágenes catastróficas.

La señora, de 63 años, reside en calle 77 número 3210, entre 320 y 322, en el reparto René Fraga Moreno, de la ciudad de Matanzas. Y está criando dos nietos —ya en edad escolar— desde que falleciera su hija. A esa delicada y amorosa misión se le agrega que ha tenido que hacerse cargo también de su propia madre, quien es una paciente siquiátrica.

La madre de Ediltrudis siempre estuvo bajo el cuidado de la abuela y de la tía de la remitente. Y al fallecer estas, la señora se quedó viviendo con una sobrina en El Mamey, en Ciego de Ávila. Cuando esa sobrina inició los trámites para la Asistencia Social, le solicitaron el carné de identidad de la anciana. Y es cuando se descubrió que la madre de Ediltrudis no se encuentra inscrita en el Registro Civil, por aquello de que en años lejanos y hace mucho tiempo superados, venía gente a este mundo en lugares perdidos que no era inscrita, y vivía en el anonimato civil, al punto de burlar estadísticas y controles.

En enero pasado, Ediltrudis llevó a vivir con ella a su señora madre, y comenzó a hacer los trámites de cambio de dirección, para poder «residenciarla» en su casa, inscribirla en el Registro de Consumidores y para otras gestiones. Y no ha podido avanzar en nada, porque la anciana no posee carné de identidad.

La remitente acudió al Registro Civil de Matanzas y allí realizaron la búsqueda: no aparece constancia de la señora en ninguno de los sitios donde ha vivido. Por lo tanto, le comunicaron que no pueden inscribirla. Tiene que llevar a la anciana al poblado donde nació: Pilón, en la actual provincia de Granma.

Pero mucho se interpone entre Matanzas y Pilón: distancia, posibilidades económicas para tan largo viaje, los 87 años de la anciana, sus achaques y enfermedad síquica. Los médicos que la atienden no autorizan empresa tan arriesgada para organismo tan vulnerable.

Y aquí es donde se traba todo y se angustia Ediltrudis. Porque las disposiciones no pueden ser ciegas y mecánicas. Los enfoques globales, cual tábulas rasas, no tienen en cuenta las excepcionalidades. ¿Será posible que la anciana no pueda viajar a su semilla y arreglar sus papeles identitarios sin moverse de su propia casa, para disfrutar lo que le queda por vivir? ¿No posee el Registro Civil un servicio especial para casos tan delicados?

La segunda carta la envía Juan Rodríguez, desde Bloque 17-A, apartamento 10, en el reparto Camilo Cienfuegos, de la ciudad de Santa Clara. Él es profesor de Seguridad, Higiene y Salud de la Escuela de Hotelería y Turismo Alberto Delgado Delgado, de Villa Clara. Y como tal, es un preocupado por los componentes de los alimentos que pueden ser beneficiosos o perjudiciales para la salud humana.

En tal sentido descubrió que varios refrescos instantáneos de los que se venden en nuestras tiendas recaudadoras de divisas, contienen sustancias que pueden ser nocivas para la salud, como el ciclamato de sodio y la sacarina de sodio, si se consumen sistemáticamente. Y la preocupación se basa en el hecho de que son los niños, muchas veces estimulados por sus padres, los consuetudinarios consumidores de esas bebidas.

El uso del ciclamato de sodio, precisa, está prohibido en la fabricación de bebidas y alimentos en varios países. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que no debe sobrepasarse el consumo diario de esa sustancia más allá de 11 miligramos por kilogramo de la persona. O sea, que un niño que pese 10 kilogramos solo puede aceptar 0,11 gramos diarios. Y en el caso de la sacarina, la OMS recomienda un consumo diario de 200 miligramos por kilogramo de peso.

El profesor considera que en Cuba debe regularse el consumo de estas sustancias por distintas vías: que se alerte en las envolturas de esos productos que el consumo prolongado de ellos puede ser pernicioso; algo así como el aviso de las cajetillas de cigarro. Y también el hecho de que aparezcan las dosis y cantidades de esas sustancias en los productos.

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