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Solucionado, pero…

El pasado 18 de septiembre, la holguinera Maritza Vincench se quejaba aquí de la excesiva demora en ejecutarse el traslado de su servicio telefónico: ya llevaba casi 27 meses de haberse mudado para otra dirección, y aún no se lo instalaban.

Cuando se mudó, le comunicaron que el problema era «la falta de capacidad en las líneas». Sin embargo, con el paso del tiempo, continuaba recibiendo y pagando las facturas de un servicio del cual no disponía. Solicitó una entrevista con el gerente general de ETECSA en la provincia, y se logró que le devolvieran el dinero erróneamente pagado.

En marzo de 2010 ella conoce de la posibilidad de solución de su caso. Y como en julio aún permanecía sin respuesta, se entrevistó con el Director de la empresa a nivel municipal, quien le solicitó unos días para responderle.

Una semana después, la brigada de ETECSA colocó en el poste cercano al domicilio de Maritza una caja con diez pares telefónicos. Quince días más tarde, como no la citaban, ella fue de nuevo a las oficinas municipales.

Allí le respondieron que esa caja aún no estaba registrada mediante el proceso administrativo y que no disponían de equipos para instalar. Pertinaz, Maritza les dijo que poseía el equipo, cajas y cables interiores. Lo anotaron en una planilla… y nunca volvieron, hasta que ella escribiera a esta columna, y contara el último episodio de una dilatada historia: «Hoy 23 de agosto me comuniqué con la Oficina Comercial… y cuál no sería mi asombro cuando me dicen que continúo como hace casi 27 meses, a pesar de estar tan cerca la solución».

Al respecto, responde la ingeniera Hilda Arias, vicepresidente comercial y de Mercadotecnia de ETECSA:

«Cuando el día 20 de septiembre trasladamos a la Dirección Territorial Holguín la inquietud de la lectora, conocimos que precisamente el día antes de la publicación, Maritza fue atendida por un especialista del Centro de Telecomunicaciones Holguín, quien le informó que, al concluir los trabajos de mejoramiento de la red telefónica, existían ya las facilidades técnicas para ejecutar su instalación. Que solo restaba que la Oficina Comercial emitiera la consiguiente orden para ello, acción esta que concluyó el 25 de septiembre con la instalación del referido servicio».

Agrega que posteriormente contactaron telefónicamente con Maritza para explicarle la causa de tamaña demora: el alto grado de saturación que presentan las redes telefónicas en la urbe holguinera. Y concluye presentándole disculpas a la cliente por las molestias ocasionadas.

Agradezco la respuesta y la definitiva solución del caso. Pero, de acuerdo con lo narrado por Maritza, quedan muchos cabos sueltos en esta historia. Todo parece indicar que no le hablaban claro y le levantaban expectativas parciales, hasta que volvió al punto cero en la última entrevista. Lo otro es que no se esclarece por qué después de mudarse, y ya sin el servicio telefónico, continuó recibiendo facturas.

Defensa del elogio

Desde el apartado 4143 de la Zona Postal 4, en el Vedado capitalino, el profesor Ángel D. Najarro escribe para expresar su agradecimiento por la atención recibida en varias ocasiones por parte de María Esther, la funcionaria que atiende Reclamaciones en el correo Zona Postal 6, sito en los bajos del Ministerio de Informática y Comunicaciones.

Significa Ángel la amabilidad y seriedad con que le ha atendido la funcionaria, en contraste con ese síndrome del maltrato que ha cundido en no pocas personas que prestan servicios.

También elogia el carácter servicial y la celeridad de la joven Oraime, del correo Zona Postal 4, de Línea y Paseo, cada vez que él solicita la correspondencia en su apartado.

Alguien me decía hace unos días que era contraproducente reseñar este tipo de notas de agradecimiento, porque esos trabajadores sencillamente están cumpliendo con su deber elemental. No dejaba esa persona de tener razón en parte; pero, entre tantas historias feas, cada vez que aparece un gesto decente y hermoso, al menos el publicarlo estimula un tanto la virtud.

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