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Nadie ha ido por allí

De agobiante e insostenible califica Carlos Manuel Rodríguez la situación de su familia y las otras tres que residen en el edificio sito en Martí 168, entre Facciolo y La Piedra, en el municipio capitalino de Regla.

Precisa el remitente que el pasado 12 de abril detectaron que la cisterna del inmueble estaba contaminada, por la rotura de la tubería de servicios pluvial y sanitaria, que vierte todas esas aguas sucias en la primera.

Entonces, se le comunicó a la delegada de la circunscripción y a la Dirección Municipal de la Vivienda, donde los mandaron a vaciar la cisterna. Luego vino el técnico, quien hizo la defectación y determinó que había que repararla y hacer el cambio de redes pluviales y sanitarias, por estar obstruidas. Y esas labores le fueron encomendadas a la ECAL 6, de Regla.

«Todavía nadie se ha presentado aquí para solucionar el problema, alerta Carlos Manuel. La cisterna se ha vaciado dos veces y se vuelve a llenar, porque las aguas albañales se depositan. Y también van a parar allí todas las aguas que la Madre Naturaleza nos manda, que no han sido pocas en los últimos tiempos.

«Se podrá imaginar el criadero de mosquitos, sin contar las penurias que pasamos para tener agua. ¿Les importamos a alguien? ¿Hay que esperar un brote de enfermedades, para entonces hacerse los diligentes, cuando en realidad solo ha habido indolencia y abandono? ¿Hasta cuándo hay que esperar?», concluye Carlos Manuel.

Suprimido el salidero, pero...

El pasado 1ro. de junio Magaly Pereira Hernández denunciaba aquí que a finales de 2017 irrumpió un salidero de agua potable frente a su casa, en Calle B no. 72, Arroyo Naranjo, La Habana, y aún no había sido reparado.

De inmediato, Magaly lo reportó y fueron operarios de Aguas de La Habana. Abrieron, y al ver que la rotura requería una pieza llamada abrazadera, se marcharon. Pero por la insistencia de los vecinos volvieron.

«Con mal carácter y sin deseos, refería Magaly, cogieron unas ligas de goma y las enrollaron en la tubería. No se resolvió la situación y llegamos a mayo, el salidero continúa y la dichosa pieza no aparece. Por la rotura, el agua puede contaminarse y enfermar a todos los que nos beneficiamos de esa tubería maestra», concluía.

Al respecto, respondieron el pasado 29 de junio Eladio Cobas Martínez y Halina Guerra Castro, subdirector de Atención al Cliente y jefa del Departamento de Atención al Cliente, respectivamente, de Aguas de La Habana.

Y la respuesta, quizá la más escueta que hayamos  recibido en tantos años, expresa:

«En visita al lugar, nuestra compañera Zully Leguen Borrel, jefa del territorio de Arroyo Naranjo, pudo comprobar que la brigada de acueducto de nuestra empresa realizó el trabajo de suprimir el salidero el 6 de junio de 2018, y se ejecutó la obra civil el 15 de junio de 2018, quedando solucionada la problemática. Como constancia de su conformidad firmó la propia recurrente, Magaly Pereira Hernández (Adjuntamos copias)».

Hay que agradecer que, a raíz de lo publicado, se haya suprimido el salidero en cinco días, y que el hueco quedara tapado definitivamente nueve días después. Pero no se explica el porqué, si desde finales de 2017 se dilapidaba agua potable y fue reportado, con la revelación de la denuncia aquí, fue que se resolvió.

No se aclara por qué al faltar una pieza clave no volvieron, y lo hicieron ya a insistencia de los vecinos. Ni se precisa por qué cuando regresaron, trabajaron «con mal carácter y sin deseos», y apelaron a un remiendo de ligas de goma que no resolvió el mal.

Con tantos años que este redactor lleva explicando lo que es una respuesta integral y abarcadora, que esclarezca cada asunto de la queja con transparencia, todavía a estas alturas prevalece cierta ligereza en no pocas cartas institucionales recibidas, que debían rendir cuentas claras a los ciudadanos y no solo resolver tardíamente los asuntos, ante la evidencia de lo publicado.

Como ya lo he hecho en varias entidades, estoy dispuesto a continuar colaborando con ministerios e instituciones con una especie de disertación que he titulado: ¿Qué es una respuesta transparente y abarcadora a la denuncia ciudadana?

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