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Casi dos años para algo tan sencillo

Jacqueline Girón Rosales (calle 65 No. 72A39, entre 72A y 72B, Cienfuegos) cuenta que el 25 de junio de 2017 se presentó en la oficina comercial de la Empresa Eléctrica que radica en la calle Santa Cruz, para solicitar el cambio de lugar del contador y el breaker de su casa, que hace años están a sol y sereno y se mojan.

Y también solicitaba ese servicio, porque la raíz de un árbol se había introducido entre el contador y el breaker y la pared donde están ubicados. El árbol se cortó, pero la raíz sigue ahí haciendo de las suyas, al punto de que se cayeron las tapas de ambos dispositivos eléctricos.

Aquel 25 de junio de 2017, cuando fue a esas oficinas, le atendieron y le tomaron todos los datos, le chequearon el comprobante del último mes pagado del consumo eléctrico, y le cobraron seis CUP por el servicio de cambio de lugar, que aún hoy no ha recibido.

Jacqueline volvió en julio de 2017, y no aparecía su solicitud. Se hizo nuevamente. Ante la demora, el esposo de ella fue, y le cobraron seis CUP de nuevo. En septiembre de ese año, Jacqueline retornó por allí, y le dijeron que ya habían pasado la solicitud a la sede de la Empresa Eléctrica en el municipio, la encargada de dicho trabajo. Debía aguardar. Esperó y esperó tanto que se cansó. En diciembre de ese año fue al Departamento de Atención al Cliente de la Empresa Eléctrica en el municipio. Y le dijeron que había demora. ¡Tenía que esperar!

Volvió en marzo de 2018 al referido Departamento de Atención al Cliente, y fue entonces cuando le dijeron que en  julio de 2017 habían visitado su casa, pero no había nadie. «Tampoco habían dejado aviso ni recado con un vecino, señala ella, y al cabo de tantos meses es que me entero que visitaron mi casa y no había nadie, porque los tres que vivimos en ella trabajamos».

Allí le pidieron el número del teléfono de su trabajo y de la casa, y le prometieron que a la semana siguiente  el trabajo estaría concluido.

«Hasta ahora no han ido a resolver la situación, enfatiza, ya han pasado casi dos años y el problema está pendiente de solución. Ya estoy cansada de tanto peloteo. Va a llegar la temporada ciclónica y temo que con los aguaceros se produzca un cortocircuito, se me quemen los equipos electrodomésticos, o se incendie la cuadra entera debido a la peligrosa situación», concluye Jacqueline.

El misterio de la piquera de taxis

Desde Peñas Altas, en la localidad habanera de Guanabo, exactamente desde el apartamento 29 del edificio H-12 que está en la avenida 420, entre 19 y 21, Daniel Jiménez Acosta relata el misterio de una piquera de taxis fantasma.

Cuenta que a principios del cuarto trimestre de 2018 instalaron en una esquina de Peñas Altas una caseta y un letrero que decía: Piquera de taxis. Y los vecinos, sin información oficial alguna, se motivaron con aquella señal.

Pero a finales de ese trimestre se llevaron la caseta, para asombro de los pobladores. Y a principios del primer trimestre de 2019, trajeron de nuevo la caseta, lo que desató aún más los rumores, especulaciones y comidillas de los vecinos.

Al final del primer trimestre de 2019, la caseta seguía allí, pero solitaria y sin taxis. Y a principios del segundo trimestre, exactamente el 6 de abril cuando Daniel nos escribió, la caseta estaba allí, como el dinosaurio de Monterroso. Y peor: bajo lluvia, sol y sereno, languideciendo como una señal confusa, o como un sueño frustrado…

Problemas con el suministro de agua

Desde el reparto Mazorra, en el municipio capitalino de Boyeros, escribe Viviam Guerra Hernández, vecina de calle 212, entre 265 y Final, para revelar que hace más de dos años afrontan problemas con el suministro de agua.

Primero se rompió la bomba que la impulsaba. Trajeron otra de menor potencia, y el agua no les llega como antes. Traen pipas, afirma, pero hay muchos salideros y redes ilegales que también interfieren.

«Luego de ir al gobierno municipal y a los directivos de Acueducto en Fontanar, no hemos resuelto nada, señala; solo respuestas vacías e incongruentes. También nos han visitado inspectores de Aguas de La habana, pero seguimos sin respuestas.

«¿Es la solución más gasto de combustible y de piezas de repuesto en camiones-pipa que arreglar un motor o sustituirlo?», concluye Viviam Guerra.

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