Acuse de recibo
Como una falta de respeto calificó aquí Lázara Maseda, el 10 de diciembre pasado, que en el policlínico Machaco Ameijeiras, del municipio capitalino de Guanabacoa, no hubiera modelos de recetas para prescribir la medicación a los pacientes.
«Soluciones hay —manifestaba—, solo que hay que sentir el deseo de buscarlas. La Revolución ha luchado mucho porque exista una salud pública digna, para que vengan indolentes a permitir que esto suceda. Es una pena escuchar palabras muy duras de personas enfermas y no poder decir nada. Además, no tenemos ni certificados médicos para los medicamentos por tarjetones, ni certificados para las dietas médicas; un total desastre».
Al respecto responde el doctor Emilio Delgado Iznaga, director de Medicamentos y Tecnologías Médicas del Ministerio de Salud Pública, que una comisión investigadora de esa institución, presidida por él, se entrevistó con Lázara, con los directivos y médicos asistenciales del policlínico, funcionarios de la Dirección Municipal de Salud, trabajadores del almacén municipal y de la Empresa Provincial de Aseguramiento a la Salud de La Habana (Epash).
También revisaron las tarjetas de entrada y salida de los modelos de recetas médicas en el policlínico, en los almacenes y en la empresa. Y verificaron los registros de los casos atendidos en las oficinas de Atención a la Población.
La comisión evidenció que en ese policlínico no contaban con la existencia de recetas médicas que dieran respuesta a la necesidad total, en el momento de publicada la insatisfacción.
Los directivos de ese centro asistencial no realizaron las acciones oportunas para garantizar las recetas. Y se comprobó que en ocasiones el abastecimiento de esos modelos es inestable por parte de los administrativos de la Dirección Municipal de Salud.
Se corroboró que no existió falta de recetas médicas en la Epash durante 2019, ni tampoco de certificados para medicamentos, para dietas médicas, métodos y otros modelos.
Asimismo, señala, la Dirección Municipal de Salud de Guanabacoa no priorizó la distribución de modelos de recetas en el policlínico Machaco Ameijeiras, lo que, según el doctor Delgado, «traduce una ineficiente gestión administrativa para garantizar la cobertura de tan importante recurso, procedimiento que se rectificó y solucionó».
Como resultado de los análisis, afirma, se aplicaron medidas organizativas y disciplinarias: a la jefa del Departamento de Medicamentos del policlínico Machaco Ameijeiras y a la administradora de ese centro asistencial se les aplicó un descuento del 25 por ciento de sus respectivos salarios por un mes, «por la falta de control y seguimiento hasta el final del proceso de entrega de las recetas médicas a los profesionales».
Y a la directora del policlínico, el administrador de la Dirección Municipal de Salud, la fármacoepidemióloga municipal y la jefa del Departamento Municipal de Medicamentos, se les aplicaron amonestaciones ante el Consejo de Dirección, «por falta de gestión y control».
Finalmente informa que·se socializó el caso en la reunión de directores municipales de Salud en la provincia de La Habana, para que hechos como este no se reiteren, y significó que parte de los miembros del Consejo de Dirección Municipal de Salud en Guanabacoa son de reciente incorporación.
Carlos Mateu Pereira (2da. No. 14-B, entre Cruz Verde y 28, reparto Chibás, Guanabacoa, La Habana) cuenta que, como parte del programa de recuperación de los daños del tornado en la capital, se construyó en ese municipio la zona residencial Castanedo, con mucha calidad y belleza.
Lo triste, según Mateu, es que un parque biosaludable con aparatos, inaugurado como parte de esas obras, a solo unos meses ya presenta un abandono deplorable.
Confiesa que se presentó en la oficina de la presidenta del Gobierno municipal y le expuso a la secretaria de aquella la situación. Han pasado varios días, añade, y todo sigue igual.
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