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Parece que se solucionará

El pasado 2 de febrero, desde el central Amistad, en Güines, Mayabeque, Liyan Pintado contó aquí que su padre de 76 años está operado de cadera hace 12 años, y lleva cinco meses con la prótesis desprendida. Una parte se le encarnó en la pelvis, con fuertes dolores. No puede caminar; apenas lo hace con muletas y arrastrando el pie derecho. Ha tenido sepsis urinarias y fiebre alta. Siente como golpes en el pie. Ha ido dos veces a consulta al hospital Frank País, en La Habana; y desde Güines eso significa un gasto de 5 000 pesos cada viaje.

En la consulta el médico le informó que había que operarlo de nuevo, y le ordenó análisis preoperatorios. Le explicó que las prótesis están en el país, pero no se habían distribuido. En la segunda consulta le indicó verse con la hematóloga y que enseguida que tuviese el resumen clínico de Hematología lo llamara, que habían entrado prótesis.

El señor terminó con todos sus análisis y al llamar al médico éste le dijo que había más de 300 personas esperando para operarse y le dio turno para verle los análisis.

«Por favor, decía Liyan, ¡un hombre que no puede ni caminar y que vive en otra provincia! Sé que la situación es crítica para dar respuesta a todas las personas pendientes, pero debe haber un nivel de prioridad. No es lo mismo el que espera para operarse por primera vez que quien ya lo está, pero con condiciones que arriesgan su salud. La calidad de vida de mi papá está muy deteriorada».

Y vuelve a escribirme Liyan, para agradecer la publicación del 2 de febrero, pues ya al siguiente día se remitió la queja a la Dirección Provincial de Salud de Mayabeque, y de allí a la Dirección Municipal de Salud. Y el 7 de febrero el anciano fue atendido por el doctor Ismael, quien aparte de su especialidad, ocupa un cargo de dirección en el hospital.

«Desde que llegamos al hospital, dice, nos recibió la secretaria del Director, con una amabilidad y una gentileza sin precedentes, queriéndole facilitar hasta una silla de ruedas a mi papá, quien estaba muy agotado por un viaje tan largo; pues para esta atención se nos facilitó desde el municipio una ambulancia, pero veníamos convoyados con otros pacientes, que iban para diferentes hospitales. Y eran ya las dos de la tarde y desde las 7:30 a.m. andábamos en carretera.

«Recibí una atención muy positiva por parte del doctor Ismael, y mi papá será ingresado el 21 de febrero próximo. Muchas gracias a usted, al Ministerio de Salud Pública, a la Dirección Provincial de Salud de Mayabeque, a la Directora Municipal de Salud de Güines, a la secretaria del Director del Hospital. Y al doctor Ismael», concluye.

Todo parece indicar que el caso de ese señor será al fin  solucionado. Ahora solo queda esperar la respuesta de Salud Pública.

Atención esmerada

Arístides Rondón Velázquez (Juan Bruno Zayas, No. 271, Santa Clara) recientemente estuvo ingresado en el hospital militar Manuel Piti Fajardo de esa ciudad, y afirma que allí recibió una atención esmerada.

«Esa institución médica, dice, es orgullo de la medicina de Villa Clara y de Cuba. Quisiera poder mencionar a todos los que allí me atendieron. Siendo imposible, menciono a los doctores Wilian, Marilisis, Frank, Eilin… a Claudia y Baby, paramédicos de un gran humanismo.

«Se aprecia, además del trato admirable que recibimos los pacientes, una alimentación adecuada, una limpieza total de todo el hospital. Resulta significativo que el paciente no tiene que llevar nada para su estancia hospitalaria.

«Deseo expresar la enorme satisfacción que mostramos todos los pacientes que somos atendidos allí por médicos, paramédicos y personal auxiliar», concluye.

Deprimente «higiene»

Felicia Bonamusa Lachiondo (Minerva, No. 8, altos, entre Céspedes y Ayllón, Cárdenas) refiere que en esa ciudad hace unos años se estableció una ruta de calles por las que deben transitar los coches tradicionales y las denominadas guagüitas tiradas por caballos. Y eso implica que tales vías necesiten de una atención especial en cuanto a la limpieza por la acumulación diaria de estiércol.

Y en el caso de la calle Minerva, desde Céspedes hasta Sáez, dice, hay un barrendero que de forma muy inestable ejecuta su trabajo y con muy mala calidad. En reiteradas veces ella se ha quejado al respecto, y Servicios Comunales no le da una solución definitiva al deprimente  estado de higiene de esta calle, dice.

 

 

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