Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

¿Quién dice la verdad y quién miente?

Desde calle 30, No. 4710, entre 47 y 49, Nueva Gerona, Isla de la Juventud, denuncia Oscar Soria Cabrera la inseguridad que experimenta con respecto al Instituto Nacional de Seguridad Social (Inass).

Cuenta que se jubiló como trabajador en la empresa de servicios portuarios Manuel Porto Dapena en marzo de 2022, antes de que allí pagaran las utilidades de 2021. Estas al fin llegaron en abril de 2022. Y Recursos Humanos de la empresa le proporcionó la tarjeta SNC 225 con los datos de este pago para que los llevara a la filial municipal del Inass en Nueva Gerona, se añadiera el monto acumulado y le hicieran el recálculo de su pensión por jubilación.

Así lo hizo Oscar, y la filial de Nueva Gerona envió la solicitud al Inass central el 24 de abril. Informaron que había atrasos, pero en cuatro meses debía tener el incremento. Que no se preocupara, pues la diferencia se pagaría cuando se aprobara. Pasaron cuatro meses, y nada. Esperó a completar el quinto mes, y se comunicó con el Inass central. Le dijeron allí que aún él no aparecía en el sistema. Siguió llamando todos los meses y la respuesta siempre era la misma.

En noviembre de 2022 llamó de nuevo al Inass central, y le indicaron que el 7 de septiembre de ese año se había emitido la Resolución 2988, en la cual se expresa que no procede la solicitud, pues la filial de Isla de la Juventud no mandó la documentación necesaria.

Con esa información Oscar fue de nuevo a la filial de Nueva Gerona. Allí la Directora y quien atiende esos casos le explicaron que el documento sí se había enviado. Y le mostraron prueba. No obstante, le aseguraron que lo enviarían nuevamente.

Oscar siguió esperando y llamando al Inass central. Y nada. El 4 de enero fue de nuevo a la filial de Nueva Gerona, y le ratificaron que se había mandado el documento. Entonces llamó de nuevo al Inass central y le plantearon que no había llegado.

«Continuo llamando al Inass nacional y visitando el de Nueva Gerona, afirma, y todo sigue igual. En agosto próximo se cumple un año de mi jubilación y no se resuelve el problema. Ya no sé qué más puedo hacer. Me pregunto hasta cuándo debo esperar. ¿O será que me harán el incremento cuando ya no lo pueda disfrutar?», concluye Oscar.

Por desinterés…

Carmen de la Guardia (Goicuría 481, entre Carmen y Patrocinio, Víbora, La Habana) denuncia las ineficiencias de la distribución de la prensa a los suscriptores por la zona postal Habana 5 de Correos de Cuba.

Cuenta que es suscriptora del periódico Granma desde hace años, y siempre ha habido irregularidades con la permanencia de la mensajera. Pero ahora se jubiló y el asunto se «resolvió»: Ya no hay mensajero a quien reclamar.

Ella vive a cinco cuadras loma arriba del local de la zona postal y es limitada físico-motora y de la tercera edad, lo que implica un mayor esfuerzo para recoger a diario el periódico. Habló con uno de los dos mensajeros que a diario pasan por su casa y muy amable le dijo que él le hacía el favor de traérselo, pero lo único que pedía es que le ubicaran el periódico en su paquete, de modo que no tuviera que perder tiempo pidiéndolo todos los días.

Entonces Carmen se dirigió al que realiza dicha función en la zona postal, quien también le respondió que con eso no había ningún problema, que hablaría con el mensajero para que se lo recordara. Pero no llega el periódico.

Se personó allí a recoger la prensa de una semana, y de paso solicitar que se resuelva el problema. La atendió una persona que, ante su reclamo de volver a contar con un mensajero, le respondió que eso le toca a Recursos Humanos. Y que esa oficina no era un almacén de periódicos, por lo que solo se los guardarían tres días.

Y Carmen cuestiona:

«¿Recursos Humanos está esperando que caiga un mensajero del cielo? Ya mencioné que pasan dos por el frente de mi casa. ¿No es posible asignarle a uno de ellos mi entrega? ¿Cuál es el problema, el presupuesto, el bloqueo…?

«Estas son las cosas que por falta de iniciativa, creatividad, y por el desinterés por prestar un servicio —que en este caso es objeto social de Correos de Cuba—, disgustan tanto a la población, y que se pueden resolver.

«Voy a enviar una copia de esta misiva a Atención al Cliente de Correos de Cuba, no para que venga una comisión a darme explicaciones. Solo pido una solución a este problema, que no es tan difícil».

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