Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Javier Dueñas

Frente al espejo

La información también es importante

«Leí sobre el caso de Katia Barceló (Peor que antes, José Alejandro Rodríguez, Acuse de Recibo, 6 de septiembre), y esperaba que lo de volver a romper la calle Infanta solo fueran rumores, pero si esa era la causa de la falta de agua había que pedir cuentas a los responsables. Ahora veo reflejado que el trabajo de Infanta quedó con la calidad requerida (Aguas y la imagen, Acuse de Recibo, 11 de octubre). Y aunque considero que el compañero que dirige Aguas de La Habana tiene motivos para sentirse molesto ante el “daño a la imagen de su empresa” (...), no son José Alejandro ni su columna los culpables de ello. La falta de información que esa entidad debe proporcionar a los clientes conspiró contra los esfuerzos realizados —y me consta, he sido beneficiado por estas labores— para mejorar el abasto de agua en la capital. Trabajar bien es lo primero, pero la información veraz a los clientes también es importante». (Ale)

«Osviel: la personalidad es única e irrepetible, pero el aspecto sobre el que hablas en este maravilloso y acertado comentario depende casi ciento por ciento de la educación de la cuna, que luego arrullan las instituciones, desde el barrio hasta el centro de trabajo (Esos ríos profundos, Osviel Castro Medel, 11 de octubre).

«A tu pregunta de si es muy difícil extender conductas como esta, no das total respuesta. Es necesario tener bases sólidas en la educación; no me refiero a la instrucción, sino al ABC de la educación y la formación. Enseñar que es necesario andar limpio, pulcro, sin más aditamentos, que las marcas no son imprescindibles, que los equipos electrónicos no aportan oxígeno ni otro elemento esencial para vivir. Ponderar la acumulación de materia, perecedera, se convierte en una peligrosa ley que se extiende hacia la cotidianidad. Hay que retomar valores esenciales del sentido de la vida, y esos pueden ser comunes a todos por distintos que seamos». (Diana)

«Figuerola y Silvio Leonard fueron, por muchos años, las figuras de la velocidad cubana (El “Fígaro” que volaba bajito, Francisco Mastrascusa, 11 de octubre). Desde hace muchos años tenemos una “sequía” que me asusta. ¿Cómo es posible que antes tuviésemos tan buenos corredores y hoy no? Encontremos al nuevo ídolo de los cien metros desde los niños de diez años hasta 15 años. Seguro hay algún diamante escondido en Cuba; debemos buscarlo». (Hernández)

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