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El embajador de Malasia y Sergio Corrieri. Foto: Roberto Suárez A 50 años de haberse sacudido el yugo del colonialismo británico, Malasia es una nación de éxito, tanto en lo económico como en el logro de altos niveles de desarrollo social, lo que desdice los malos augurios de quienes creían que el país no podría manejarse por sí solo.
Los extraordinarios avances alcanzados por esa nación del sudeste de Asia, durante las cinco décadas de soberanía que se cumplen este 31 de agosto, fueron resaltadas ayer en un encuentro amistoso celebrado en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), que contó con la presencia de su presidente, Sergio Corrieri, y el embajador del hermano país, Zainol Abidin Omar.
En alusión a los nexos entre Malasia y Cuba, el presidente del ICAP subrayó que estos se caracterizan «por su alto espíritu de comprensión y apoyo mutuo», reforzado por los intercambios de visitas entre los líderes de ambas naciones, y apuntó la coincidencia de intereses en ampliar las relaciones comerciales, científico-técnicas y de colaboración.
Por su parte, el embajador malasio puntualizó que pocos países han logrado tanto en tan poco tiempo, y ejemplificó con el dato de que, 50 años atrás, el 50 por ciento de la población vivía bajo el nivel de pobreza, un índice que se ha reducido en la actualidad hasta el 5,7 por ciento.
Malasia, miembro del Movimiento de Países No Alineados, muy activo en la defensa del multilateralismo, constituye una federación de 13 estados y su forma de gobierno es la monarquía constitucional. Su población asciende a 27,2 millones de habitantes, cuya multiplicidad de religiones, lenguas y costumbres no son obstáculo para su convivencia armoniosa.
