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Destaca las potencialidades para el desarrollo turístico en Cuba. Efectúa una valoración del panorama político español
La posibilidad de llevar adelante convenios de cooperación en el sector del turismo entre la Comunidad Autónoma de Islas Canarias y Cuba, fue validada ayer por el presidente del gobierno canario, Paulino Rivero, en rueda de prensa celebrada en La Habana, con la presencia del vicepresidente del Consejo de Ministros José Ramón Fernández.
Canarias, destacó el distinguido visitante, puede aportar mucho conocimiento en el área del turismo, en la que es potencia mundial, pues con una población de dos millones de habitantes, recibe unos 11 millones de turistas anualmente.
Según Rivero, Cuba tiene inmensas posibilidades para el desarrollo turístico, por sus condiciones medioambientales, su diversidad paisajística, sus buenos servicios públicos y su seguridad. Hay gran interés de las autoridades cubanas en profundizar en este tema, y esperamos que pueda alcanzarse un convenio en tal sentido, subrayó.
De igual modo, el Presidente canario reconoció que nuestro país recibió con los brazos abiertos a los canarios que huyeron de la pobreza en su tierra. Hoy que la situación ha cambiado, y las Islas han alcanzado un alto grado de desarrollo, es un deber ético y moral mirar hacia afuera.
En relación con la cooperación de las autoridades canarias con Cuba durante los últimos 15 años, Rivero la ubicó en el orden de los seis millones de euros. Actualmente se trabaja en 11 proyectos por una cifra de 600 000 euros, en instalaciones de la salud y en objetivos relacionados con la educación y la conservación del patrimonio.
Interrogado por JR sobre su valoración del panorama político español de cara a las elecciones de marzo de 2008, Rivero indicó que su partido (Coalición Canaria) aspira a recuperar el grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, para que Canarias tenga una plataforma que le permita defender las condiciones singulares del archipiélago, que demandan políticas legislativas y económicas diferenciadas de las de otras comunidades autónomas en la Península.
Asimismo, afirmó que la legislatura que comenzó en abril de 2004 ha sido «la más convulsa de toda la etapa democrática española», por la «confrontación tan abierta entre los dos principales partidos, el Popular y el Partido Socialista Obrero Español (en el gobierno)».
Dicho nivel de enfrentamiento, apuntó, comenzó a partir de las últimas elecciones, cuyo resultado fue para algunos una consecuencia de los atentados del 11 de marzo. A los que perdieron, les faltó humildad para reconocerlo, y para aceptar el hecho de que, por los ataques, acudieron a votar muchas más personas que las que normalmente votan.
En marzo de 2008 «puede ocurrir cualquier cosa», aseguró. El PP tiene un voto muy fiel, de 10 millones de electores, y el PSOE depende de si los ciudadanos que se movilizaron a su favor en 2004, siguen creyéndole a Zapatero. Una alta participación beneficiará a los socialistas, y una baja, les pondrá en peligro el resultado electoral.
