Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La paz nace del monte

Autor:

Rocío Trujillo Olivares

Cadetes de años terminales de todas las especialidades de los centros de enseñanza militar del país ejecutan su salida en campaña

Por entre la maleza de un monte al oeste de La Habana, a cualquier hora del día o de la noche, hacen su estadía en campaña los cadetes de los años terminales de todos los centros de enseñanza militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

«Ellos están doblando los cargos que ocuparán cuando se gradúen. Se ejercitan en las especialidades que estudiaron, como la defensa antiaérea, infantería, tanques, artillería, comunicaciones, entre otras. También se vinculan a este entrenamiento los guardiamarinas de la Academia Naval Granma y los cadetes de la Escuela de Medicina Militar, explicó el coronel Enrique Ezquivel, jefe de la Sección Política del Instituto Técnico Militar José Martí, Orden Antonio Maceo.

Esta es la actividad práctica fundamental que realizan los cadetes en su programa de estudio. En ella se mezclan las diferentes especialidades, porque en un combate real participan todas las armas de forma mancomunada para contribuir al éxito de las operaciones.

Recuento

La salida en campaña, de manera simultánea entre todos los centros de enseñanza militar, no se hacía de esta forma hace unos años. Antiguamente las escuelas se iban a la práctica de manera independiente y en diferentes escenarios.

«Ahora estamos tratando de que los ejercicios se hagan de conjunto, para que en la medida de lo posible todas las especialidades se ejerciten simultáneamente», aseguró el teniente coronel Geovanis Chacón, de la Dirección de Preparación Combativa del MINFAR.

En los meses de febrero y marzo se realizará la salida en campaña de los cadetes de las Escuelas Interarmas de las FAR, General Antonio Maceo y General José Maceo, de Santiago; el Instituto Técnico Militar José Martí; la Escuela Militar Superior Comandante Arides Estévez; la Academia Naval Granma; la Escuela Nacional de Tropas Especiales Baraguá y la de Medicina Militar.

En el terreno

Cuando se estudia una carrera militar lo que más anhela el cadete es llevar a la práctica los conocimientos, hábitos y habilidades adquiridos en las aulas. Claro, este deseo siempre va unido al de que no sea a través de una guerra.

«En la salida en campaña, los cadetes, bajo un fondo táctico, aplican lo aprendido en las aulas y viven casi a la intemperie en esas semanas. Desayunan, almuerzan, comen, se bañan, duermen, hacen recreación, y sobre todo se preparan para la guerra», agregó el coronel Ezquivel.

Para el cadete Lionard Hernández es fundamental este ejercicio porque le da la posibilidad de practicar el enmascaramiento personal y de la técnica, la preparación del combate, las emboscadas... «Esta preparación es importante pues en tiempos de paz es cuando debemos prepararnos para la guerra».

Según el cadete Yusnel Verdecia, en las chabolas —instalaciones de campaña construidas por los propios combatientes— una noche que llovió mucho, todo se inundó y se llenó de fango. «En la mía dormíamos y tuvimos que mudarnos para otra área bajo lluvia. Al final éramos cinco en una chabola de dos».

No obstante, asegura que el sacrificio vale la pena porque así pueden formarse como verdaderos oficiales. «Esto nos educa en todos los aspectos. Aquí una indisciplina pesa en los resultados que esperamos alcanzar».

Pedro Lázaro Delis piensa que como son cadetes de varias especialidades se ha fortalecido el sentido de hermandad y apoyo hacia el compañero. «Dormimos incómodos, apretados y pasamos frío, pero esta preparación es primordial para culminar nuestros estudios».

Y en eso llegó la doctora

La cadete Elizabeth Monje, futura médica militar, considera que en esta etapa de prácticas tiene la oportunidad de aprender a sobrevivir en campaña, y prepararse física y psicológicamente para un futuro combate.

En este período a los futuros oficiales se les da alarma de combate y realizan diferentes dinámicas en situaciones diurnas y nocturnas. Para ello emplean el teatro de operaciones militares constituido por las cuevas y obras de ingeniería creadas por las FAR y otras características del terreno.

La cadete Norvis Castellón, también futura galena, considera que para las mujeres ha sido un poco más difícil, pero que con la ayuda de sus compañeros y el esfuerzo propio han podido desarrollar su trabajo sin complicaciones.

«En el campamento hemos atendido hasta el momento casos manejables, como cefalea, catarro común y faringo-amigdalitis, propiciadas principalmente por los cambios de tiempo. Aquí tenemos las condiciones para remediar eso», asegura Elizabeth, quien a pesar de fungir como médica de una pequeña unidad hizo una tremenda alergia a los mosquitos y a las hormigas santanillas.

Pero también el «pica-pica cuando bate el aire suelta unas pelusitas que son las que en realidad provocan una comezón tremenda. Es que como dormimos en la tierra todo llega más rápido».

Los varones las ayudaron a construir las chabolas donde duermen, y abriendo un claro en medio del monte espeso para que las muchachas tuvieran un poco más de comodidades para descansar.

Cuando Norvis se vio por primera vez en medio de aquel verdor se puso algo triste. Pero luego hizo nuevas amistades y se le fue pasando ese temor inmenso a la oscuridad de la noche porque trata de estar en colectivo. «En las FAR los muchachos consienten mucho a sus compañeras. Me confieso motivada con este entrenamiento».

Estas jóvenes también actúan como sanitarias del campamento. Ellas realizan cada mañana un recorrido para evitar que haya fecalismo al aire libre, comprobar la limpieza en las letrinas, y dar charlas educativas.

Por si la moscas

Como refiere un antiguo refrán popular «guerra avisada no mata soldado». Por eso los nuestros han de estar bien preparados no solo en la teoría aprendida en la escuela de cadetes, sino también con el uso de la técnica de combate en el terreno.

«La salida en campaña es la culminación del sistema de actividades prácticas de la carrera del cadete en su formación como oficial. Ellos ejecutan las acciones de la manera más cercana posible a lo que sería un combate real, y actúan de forma integrada con otras especialidades. De ahí la importancia de esta actividad», puntualiza el mayor Gustavo García.

Estos jóvenes cadetes, futuros oficiales de las FAR, que en caso de una agresión estarán en la primera línea del combate, trabajan hoy, día y noche, para garantizar el bienestar de nuestro pueblo. Tanto sacrificio no es en balde. Ellos ven en esta salida en campaña la necesidad de contribuir a la defensa del país.

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