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Continúa decreciendo la población cubana

Autor:

Luis Alejandro Yero

Los pronósticos vaticinan que podríamos no llegar a los 12 millones de habitantes y por el contrario, disminuiremos en 25 000 para 2020

Aunque en 2008 ocurrieron alrededor de 10 000 nacimientos más que en 2007, la población cubana disminuyó por tercera vez consecutiva, debido a las defunciones y la cantidad de personas que emigraron.

Según datos ofrecidos por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en 2008 ocurrieron más de 86 000 fallecimientos, cifra récord desde 1963 y momento en que comienza a tomarse tal registro. A la vez, casi 37 000 personas se marcharon del suelo nacional.

A pesar de la ligera recuperación en la natalidad, 10,9 nacimientos por cada mil habitantes, este valor aún no llega a compensar el saldo negativo dejado por las defunciones y las emigraciones.

«En términos estadísticos, la población cubana está estabilizada. Dentro de 11 millones de habitantes no es significativo un aumento o disminución en unos miles. No obstante, la tendencia sí apunta hacia un decrecimiento evidente y pronunciado, de no revertirse las tendencias en los tres factores que influyen en el crecimiento demográfico: mortalidad, migraciones y fecundidad», comentó Enrique González Galbán, jefe del Departamento de Población del Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE) de la ONE.

El Consejo Económico para América Latina (CEPAL) declaró que Cuba es el único país latinoamericano cuya población está en disminución. Mientras la región reporta una tasa media de crecimiento del 1,3 por ciento, en 2006 la Isla descendió en -0,04 por ciento; y desde entonces los valores no han dejado de ser ne-

gativos. En estos tres últimos años, el número de habitantes cubanos se ha reducido en 7 737 personas. Se pronostica que para 2020 seremos casi 25 000 personas menos en relación con 2008.

Números en rojo

A partir de 2006 la cantidad de habitantes cubanos volvió a poner los números en rojo. Esta vez la bajísima cantidad de nacimientos ocurridos inició la tendencia negativa.

González Galbán aporta varias pistas sobre el fenómeno: «Los valores de la natalidad cada año han venido contrayéndose. El 2006 fue el de más bajo nivel en toda la historia, lo cual determinó que fuese el de mayor decrecimiento en estos tres últimos años».

Al sacar la proporción, por cada mil habitantes hubo 9,9 nacimientos. En 1960 la relación era más de tres veces superior.

Si en naciones africanas como Níger, los valores llegan a ser de 7,6 hijos por mujer, Cuba reportó en 2008 una fecundidad de 1,5, el más bajo en América Latina. Solo los países desarrollados cuentan con estas cifras. En Europa es de 1,4.

«En Cuba no hay nivel de reemplazo poblacional desde 1977. Fue el último año en el que las mujeres dejaron más de dos hijos como promedio. Y una población no es capaz de reproducirse a sí misma si no se supera ese valor. En 1978 cayó por debajo de dos y nunca más hemos vuelto a sobrepasarla», asegura González Galbán.

La socióloga Clotilde Proveyer, profesora de la Universidad de La Habana, explica las causas de los bajos niveles de fecundidad: «Hoy la mujer cubana tiene la opción de elaborar su proyecto de vida, que muchas veces no tiene a la maternidad como prioridad inmediata. Cobran mayor protagonismo la realización personal, insertarse en el ámbito laboral y la superación profesional. Ello está motivado por las políticas de géneros implementadas a través de estos 50 años. La planificación familiar mediante el acceso total a métodos anticonceptivos, y la posibilidad del aborto, también constituyen una causa relevante».

En 2007 las féminas constituían el 65,6 por ciento de los trabajadores profesionales y técnicos del país.

«También influyen factores económicos como la necesidad de vivienda, las dificultades para criar un bebé y el costo adicional que significaría para una familia tener otro individuo que mantener», concluye Proveyer.

Las otras variables de la fórmula demográfica

La baja natalidad detonó el comienzo del descenso demográfico. Sin embargo, desde 2007 se ha reportado un aumento de la cantidad de nacimientos, y los números continuaron disminuyendo. Una de las respuestas está en las cifras récord de fallecidos. Es entonces cuando entra en juego un cuarto elemento: el envejecimiento poblacional.

González Galbán explica: «Hoy los mayores de 60 años constituyen el 17 por ciento de la población cubana, y esto influye en el aumento de la mortalidad. A mayor número de ancianos, mayor posibilidad de defunciones. Y eso fue lo ocurrido el pasado año. El crecimiento de la vejez, unido a los bajos valores de natalidad, provoca que cada vez muera más gente y nazcan menos niños». Para 2020, los más envejecidos serán el 21,6 por ciento de la población.

La relación de la cantidad hombre-mujer surge como un quinto factor que también influye en la complicada ecuación demográfica. Desde 1959 cada año nacen como promedio cerca de 6 000 varones más que hembras. Pero al poseer estas mayor esperanza de vida, mueren alrededor de 7 800 varones más que féminas. En Cuba, por cada mil mujeres existen 1 003 hombres.

Niuva Ávila Vargas, socióloga del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la Universidad de La Habana, dice: «Aún no se ha podido explicar el porqué de esta relación en los nacimientos. No obstante, el número de ambos sexos se compensa gracias a la sobremortalidad masculina, fenómeno determinado por múltiples causas de tipo sociocultural.

«Por ejemplo, hay más hombres que mujeres en la construcción, las fábricas y los cultivos, y esto causa en ellos una mayor mortalidad por accidentes. Los esfuerzos físicos son superiores en los varones. A un niño se le da mayor libertad que a una niña, y eso los hace estar más expuestos a riesgos de muerte».

En el segmento de mayor fecundidad, de 20 a 29 años, la balanza entre ambos sexos se inclina hacia el lado masculino. De 20 a 24, hay 1 066 hombres por cada mil mujeres; mientras de 25 a 29, asciende a 1 074 varones. ¿Esto qué significa? Menos vientres que permitan nacimientos. Según las estadísticas de la ONE, por debajo de los 40 años la relación numérica es mayor por la parte masculina, y a partir de esa edad, por la femenina.

Si se observa el aumento de la cantidad de nacimientos en estos dos últimos años, la relación numérica varón-hembra quedaría desechada como causa determinante en la actual disminución de la natalidad. El incremento de la cifra de hijos por mujeres, la mayor desde el 2004, podría ser la fuerza equilibrante.

El crecimiento de la fecundidad contrarresta el efecto negativo de los valores desproporcionados entre vientres y hombres. No obstante, la relación entre ambos sexos sí constituye una de las variables a tener en cuenta al analizar el decrecimiento poblacional. De acuerdo con las circunstancias demográficas que la rodean, influirá de forma evidente, imperceptible o nula.

Casi 8 000 habitantes menos

Ante el fenómeno del decrecimiento poblacional el Gobierno ha respondido con la creación en 2006 del Grupo para la Atención a las Tendencias Demográficas. Convocado por el Ministerio de Economía, en este participan 14 instituciones, entre las que se encuentra la ONE. González Galbán habla sobre algunas de las medidas discutidas: «Si antes en las telenovelas aparecían familias con un hijo, ahora queremos que aparezcan con dos o tres niños. O sea, la creación de mensajes que estimulen una mayor descendencia.

«Desde hace cuatro años el padre u otro familiar puede acogerse a la licencia de maternidad para poder cuidar al recién nacido, la cual, además, se extendió por otro año. Hay otras medidas cuyo costo económico hace imposible que se apliquen en estos momentos, como la solución de las dificultades con la canastilla, la cuna, el corral y la alimentación».

¿Qué significaría para Cuba el descenso poblacional? Ávila Vargas ofrece su punto de vista: «Para la economía significará un gran reto, porque disminuirá la fuerza productiva, fenómeno agudizado por el envejecimiento poblacional. Las personas tendrán más carga de trabajo, y ello obligará a una mayor eficiencia. Cuba no es Japón, país donde la automatización de la producción permite mayores resultados con menor cantidad de individuos. Para nosotros se impone el reto de generar más con menos, y ahí entra en juego la innovación y la mayor eficiencia en el uso de los medios existentes».

Cuba ya se encuentra en el proceso de la transición demográfica, suceso propio de países desarrollados. ¿Llegaremos a los 12 millones? ¿Cada vez seremos menos? ¿Nos mantendremos estables? Solo el futuro tendrá las respuestas.

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