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72 latidos por segundo

Tecleros de varias provincias se unieron para festejar los cuatro años de tertulia en Las Tunas, vividos al calor de la Tecla Ocurrente y la Tecla del Duende, secciones de nuestro diario

Autor:

Katherine Subiaut Azcanio

Los duendes tuneros quisieron buscar amigos para celebrar sus cuatro años, vividos al calor de la Tecla Ocurrente y la Tecla del Duende, secciones de nuestro diario. Como obsequio, no pedían una estrella azul, solo sinceridad y cariño a prueba de cuentamillas y largas distancias telefónicas.

En respuesta a la invitación, el amor, que no entiende de geografía, invadió trenes y ómnibus para llegar hasta el campismo Cerro de Caisimú, donde construyó con besos una escalera al cielo de la hermandad.

Hubo juegos, cantos y abrazos, competencias tiernas de niños grandes, aunque algunas abuelas invirtieron pícaramente la cifra de sus años. Un retoño de albaricoque, sembrado por muchas manos, quedó como huella natural de la unión. Con la bendición del Sol, crecerá hasta convertirse en robusto guardián de aquellas tierras.

La propuesta más deliciosa fue la propia presencia de los 72 tecleros. Nieves, "la Bala", en función de anfitriona, y el Cañón de ayudante, provocaron tanto ruido bélico como el sonido de sus risas. Por compartirse entre Pinar del Río y Artemisa, Mairin recibió doble regalo. Los de La Habana, Villa Clara y Santiago de Cuba trajeron equipaje reducido y ganas multiplicadas. Los matanceros, casi demasiados, contagiaban con su entusiasmo en la pista de baile.

La tertulia de Florida dijo ¡presente!, con la tenacidad usual. Las Tunas se lució con el anuncio de nuevas tertulias. ¡Y cómo olvidar a la delegación de Holguín! Por cada cabello encanecido acumulaban diez motivos para sonreír.

¿La despedida? Simplemente no existió. Nos alejamos como si el reencuentro estuviera a la vuelta de la esquina. Y es que la Tecla no pasa de moda, no puede calcularse ni reducir plantillas; es un espacio para cocinar ilusiones y sazonar tristezas, el lugar perfecto para quien tenga fe en la bondad y en los amigos, en el corazón enorme de esta Cuba hermosa.

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