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Cómo se construye la madera plástica

La madera plástica fabricada a partir de materiales reciclados por un colectivo de emprendedores tuneros puede convertirse en un rubro de exportación

Autor:

Juan Morales Agüero

Las Tunas.— Los participantes de la última ronda de negocios celebrada en esta provincia observan con curiosidad un mueble expuesto en uno de los pabellones. «¿De qué material será?», se preguntan, desconcertados. Alguien del grupo conjetura que es de hormigón pigmentado. Otro supone que es de asfalto sólido. Ante la duda, un tercero propone preguntarle al expositor. Y la atinada sugerencia fue la génesis de este reportaje.

«Durante varios años me dediqué a diseñar y fabricar muebles de metal —dice Mario González Bahamonde, un geólogo devenido innovador—. Cuando los tubos comenzaron a escasear, recurrí a internet en busca de alternativas. Para mi fortuna, hallé información de cómo producir madera plástica. El método no es nuevo. Incluso en Cuba lo aplican en Sancti Spíritus. Pero para mí fue un hallazgo que comienza a rendir frutos».

González Bahamonde asegura que este rubro puede generarle beneficios netos al país, pues en su hechura se emplean, amén de aserrín y paja de arroz, frascos plásticos de aceite, refrescos, medicamentos y agua mineral, piezas inservibles, cajas rotas, bolsitas de leche y yogur… Sus proveedores son la Empresa Provincial de Materias Primas y los recolectores contratados por el Fondo Cubano de Bienes Culturales.

Perfiles plásticos

«Lo primero es seleccionar la materia prima y separar la de nailon para aglutinarla en un equipo especial diseñado por nosotros que eleva su densidad
—dice González Bahamonde—. El plástico se muele aparte en forma de hojuelas y luego se unifica con el nailon ya procesado y con la fibra vegetal referida.

La masa resultante se humedece y se introduce en la máquina extrusora, que la oprime, fusiona, moldea, presiona y empuja hacia los moldes que les dan formas de perfiles. Después estos se enfrían en una piscina mediante un choque térmico.

«Te lo explico grosso modo, pero es un proceso complejo. Al principio los perfiles plásticos se doblaban, se quebraban, carecían de brillo, no tenían textura… Mis colaboradores y yo trabajamos durante casi un año para resolver esos problemas, hasta que finalmente obtuvimos la mezcla y la temperatura ideales. Nuestro producto tiene poco de artesanal. Cada paso lleva implícito la aplicación de la ciencia y la técnica».

Me muestra piezas de madera plástica obtenidas en su pequeña industria. Tienen distintos tamaños y formas y pueden utilizarse con varios propósitos: muebles, marcos de ventanas y puertas, postes, encofrados… Además, no se pudre, es inmune a los hongos, resiste elevadas temperaturas, no la afecta la salinidad y no se degrada. Se puede
aserrar, clavar, cortar y tornear igual que la madera tradicional.

«Por lo que hemos logrado hasta ahora, las perspectivas son grandes —afirma González Bahamonde—. Estamos por montar nuestro equipamiento en un almacén que nos arrendará la Empresa Universal.

«Eso, lógicamente, llevará un incremento de la plantilla, integrada hoy por diez trabajadores, la mayoría con estudios superiores. Y desde luego, potenciará la producción. Soñamos con exportar un día nuestros perfiles».

Todo bajo control

El grupo que apuesta por la fabricación de madera plástica transita por la senda del trabajo por cuenta propia, pero aspira a convertirse en una pequeña industria privada. De tenerlo todo organizado se ocupa Yoan Silva Sánchez, quien mantiene actualizada la parte económica del proyecto, maneja sus hilos en materia de contratos y estrecha sus vínculos con la academia, con la que mantiene excelentes relaciones.

«La última ronda de negocios nos dio a conocer en Las Tunas —dice—. Y eso lo conseguimos gracias al apoyo de la filial provincial del Fondo Cubano de Bienes Culturales y la Asociación Cubana de Artesanos Artistas. El éxito fue tal que obtuvimos reconocimiento y firmamos 16 cartas de intención con importantes entidades del sistema empresarial cubano, como Acinox, Palmares, Turismo, Metunas y Zeolita Holguín».

Al decir de Silva Sánchez, Plásticos
Bahamonde —nombre comercial del proyecto— se retroalimenta de lo que produce la Universidad tunera en cuanto a investigaciones científicas. Y lo dice con propiedad, pues él mismo adoptó el asunto como tema de su tesis de Maestría en Administración de Negocios, en la que defiende cómo la economía
circular puede reciclar productos para
reincorporarlos a la industria.

«Fabricar perfiles plásticos a partir del reciclaje podría impactar positivamente en el desarrollo de los municipios, pues además de su aporte económico reduce la deforestación, favorece la descontaminación, sustituye importaciones, crea nuevos empleos y alienta el emprendimiento empresarial. Ya un proyecto agrícola tunero negocia con nosotros el
remplazo con madera plástica de buena parte de las estructuras de sus casas de cultivo, que utilizan madera rolliza; y hay perspectivas en la comercialización de postes para cercas y elementos de valor agregado, como mobiliarios variados».

Hablemos de marketing

La publicidad y la comunicación en Plásticos Bahamonde la atiende Yuri Cutiño, licenciado en Matemáticas y Computación.  A pesar de ser un nuevo ingreso en el equipo encabezado por González Bahamonde, su trabajo en esas áreas ya se aprecia.

«Nuestro proyecto figura entre los primeros que se insertan en las redes sociales para dar a conocer su perfil —asevera—. Ya disponemos de una página en Facebook que en el último mes cuantificó 12 000 visitas, muchas de estas de otros países.

«Mantenemos vínculos con empresas y trabajadores por cuenta propia, en especial del ramo de la carpintería convencional. Se nos han acercado algunos especializados en la construcción de muelles y puentes marítimos. Están enterados de que los perfiles plásticos no se deterioran con el agua salada y quieren aprovechar esa característica en sus labores».

Pero la gestión de Cutiño es mucho más ambiciosa si de iniciativas se trata. Su campaña divulgativa incluye el propósito de elaborar y publicar un catálogo donde aparezca en imágenes toda la línea de producción de Plásticos Bahamonde junto con el afiche y el logotipo que la identifican.

«También hacemos gestiones para tener nuestro sitio web en internet —refiere—. Y pronto pondremos en práctica una idea a todas luces novedosa: subir a la red social YouTube tutoriales donde se explique todo el proceso que se debe seguir para obtener perfiles plásticos. Creo que esta propuesta tendrá una excelente acogida».

Habla el tecnólogo

 

El ingeniero Emilio Enrique Guerrero es el científico de Plásticos Bahamonde. Cuando alguien trae a colación el tema de fabricar perfiles plásticos, siempre tiene algo interesante que decir. Domina la historia y el devenir de esta práctica, sus particularidades y perspectivas. Su palabra trae implícita una gran carga de enseñanza y todos la aprecian.

«El hombre conoce desde hace mucho tiempo las características físico-mecánicas de la madera natural; ahora su reto es conocer las de los perfiles plásticos y hacerlas compatibles con sus incuestionables bondades —explica—. La madera plástica tiene ventajas ante la humedad, es más rígida y más resistente y es invulnerable a hongos e insectos».

En tanto, Plásticos Bahamonde y sus trabajadores prosiguen a toda máquina desarrollando su proyecto colectivo y acariciando sus sueños. Tienen la mirada puesta en el futuro, y hacia allí orientan sus esfuerzos. Pensar como país y contribuir al logro de una economía próspera y sustentable figuran en su agenda. Por eso también ganan reconocimiento.

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