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Debut ante las urnas por el futuro

Más de 400 000 jóvenes cubanos mayores de 16 años se estrenarán como votantes el próximo 25 de septiembre en el Referendo del Código de las Familias

Autores:

Odalis Riquenes Cutiño
Monica Lezcano Lavandera
Dorelys Canivell Canal
Laura Brunet Portela

Hasta ayer cuidaban las urnas; entre los estudios y travesuras su única relación con votaciones y procesos electorales era la de aquel amanecer de completo uniforme y actitud marcial en que se convertían en menudos custodios de la democracia cubana.

Hoy el tiempo les depara nuevas responsabilidades ciudadanas y las asumen con la prisa y expectativas de su andar actual, convencidos de que aprovechar su estreno como votantes para decidir por una Cuba mejor, más inclusiva y justa, es defender su propio futuro.

Más igualdad, menos violencia

«Empezar a ejercer el derecho al voto me llena de felicidad; marca mi madurez para participar en la toma de decisiones de la Patria que queremos», comentó con regocijo el cienfueguero Kevin Rafael Echemendía Acosta, estudiante del Centro Mixto Henry Reeve, ubicado en la Ciudad Nuclear.

El próximo 25 de septiembre, con el Referendo popular sobre el Código de las Familias, Echemendía Acosta tendrá su primera asistencia a las urnas como votante; un acto que hasta ahora había visto de lejos, y que define como un derecho que todos debemos valorar y realizar «sabiamente, sobre todo, en favor de los intereses colectivos».

«Es muy importante para mí votar por primera vez con una ley tan polémica como esta, con todo el potencial para cambiar a Cuba, para avanzar hacia una nación con más derechos, más amor. Por lo tanto, creo que es una responsabilidad mayor», consideró.

Con solo 17 años Echemendía Acosta entiende los lazos colectivos que entraña el Código: «no es solo una responsabilidad con el país, sino con nuestros amigos, vecinos y familiares que se ven representados ahí, y que tienen en ese documento un guardián de sus derechos», valoró.

Echemendía Acosta se inspira en una frase de la Madre Teresa de Calcuta que dice que «todos somos una gota en el océano, pero sin esa gota el océano estaría incompleto», por eso afirma que su voto cuenta, y vale.

«La familia cubana ha ido evolucionando hacia nuevas formas, por lo tanto era ya muy necesario un documento que incluyera a aquellas personas que tienen esos lazos familiares. Es imposible no sentirse representado, aunque sea indirectamente, nos permite convivir y desarrollarnos en un entorno de más igualdad, amor y menos violencia, para el sano desarrollo de todas las personas», definió. 

Su escuela ha devenido escenario de sensibilización sobre lo que representa el Código para las futuras generaciones. Debates que han trascendido hasta los espacios más íntimos de los piquetes, en el que sus docentes conforman equipo con los vocales electorales, han servido para orientar a los votantes noveles en el Centro Mixto Henry Reeve, «para que asistamos a los colegios con el mayor conocimiento posible. Estas puertas que vamos abrir con el Código no volverán a cerrar», consideró Echemendía Acosta.

En una palabra: inclusión

Similares motivaciones tiene la pinareña Beatriz Eugenia Jeréz Cuello, estudiante de 11no. grado del IPVCE Federico Engels, quien de cara a su estreno ante las urnas es toda expectativa.

«El Código es una gran oportunidad para todos los cubanos, esencialmente para nosotros los jóvenes que, por primera vez, por nuestra edad, podemos votar. Creo que el Código enmarca muchísimos derechos que de alguna manera ya se tenían, pero que ahora se concretan más aún. Sería muy importante que todos tuviéramos conocimiento sobre los derechos de los niños, niñas y adolescentes, a partir de las modificaciones que trae el Código, las cuales acogen nuevas formas de ampararnos y nos garantiza un crecimiento sano, acompañados de las personas que quieren lo mejor para nosotros.

Kevin Rafael, estudiante cienfueguero. Foto:Cortesía de los entrevistados

«El Código fue debatido también en nuestras escuelas con mucho rigor, para que conociéramos nuestros derechos, para que nos quedaran claras cuáles eran esas modificaciones, y actualizaciones. Sin dudas, vamos a votar por el sí, para que Cuba sea más inclusiva.

«Es momento de demostrar que realmente la juventud no está perdida, como promulgan en muchas redes sociales, es el momento para reafirmar que los jóvenes cubanos defendemos la igualdad de derechos, sin importar raza, sexo, edad.

«Si pudiera definir el Código con una sola palabra sería inclusión. En él se tienen en cuenta niños, jóvenes, adolescentes, ancianos, no importa la orientación sexual, la identidad de género, las formas de pensar... solo importan las personas, los sentimientos, su valor humano, aquello que nos hace grandes de verdad. Esta es una oportunidad para refrendar la garantía de gozar de nuestros derechos».

También la santiaguera Sheyla Ibatao Ruiz, este 25 de septiembre será de las primeras en su colegio electoral; hasta allí llevará el ímpetu de su estreno como votante y la convicción de que su sí es una oportunidad para encauzar esos cambios que promueve y precisa el país.

«Cuba lo necesita», insiste. Para esta dirigente estudiantil y estudiante de 2do. año de Técnico Medio en Derecho, la nación precisa conquistar nuevos peldaños en pos de la igualdad, y participar en el Referendo popular es mejorar la sociedad en su visión y expectativas, es decidir por la inclusión.

El código que me representa

Ese primer voto no se olvida, y más cuando se participa de manera consciente para un mejor futuro. Bien lo sabe Isnel Alejandro Cárdenas Figueredo, estudiante de guitarra de la Escuela Nacional de Arte.

«Este proceso alienta y representa a los jóvenes y familias, por tanto participar se torna emocionante; significa mucho, ya que por primera vez estaremos depositando en las urnas el Sí para que se consolide esta Ley que nos da la posibilidad de poder interactuar en la sociedad y decidir sobre nuestro futuro».

Desde los meses previos a las vacaciones, comenta este joven de 16 años, recibió en su centro de estudios una explicación amplia sobre el tema. «Creo que este Código refrendará cosas muy satisfactorias pues reconoce a todas las familias que se encuentran en la sociedad, consolida muchas de las problemáticas presentes en nuestro país y preserva aún más el interés superior del niño», argumenta el secretario de la Enseñanza Artística de la FEEM.

Su sentir es claro: «El mensaje que le doy a los jóvenes como yo, es que voten sí por el respeto, la solidaridad, la pluralidad, la búsqueda de la felicidad, la diversidad; que voten sí por el propio ser humano».

Para Leinay Alfredo Álvarez Fonseca, arribar a la edad necesaria para realizar este ejercicio democrático también representa una gran responsabilidad. «Para mí este proceso significa todo lo luchado a lo largo de la década anterior por la juventud, y me siento identificado con él; poder dar mi primer sí en un referendo de gran impacto social. Me satisface y me llena de orgullo vivir en un país que acepta y protege a los jóvenes tal y como son».

En el IPU Mártires del 12 de Septiembre, este estudiante ha recibido amplia información sobre el Código y los aspectos novedosos que trae. Asimismo, desde los barrios, los Comités de Defensa de la Revolución y la FEEM, que se ha involucrado de lleno en el tema; el texto del Código, al decir de Leinay Alfredo Álvarez, representa la vida misma de los jóvenes, las familias, los barrios. 

Por eso, como líder estudiantil, insiste: «Los invito a votar por nuestro futuro; no pierdan la oportunidad de cambiar todo lo que deba ser cambiado, de lograr la igualdad y libertad plenas; este referendo es para el bien de todos», sentenció.

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