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Teníamos que defender nuestras ideas

En 1977 periodistas de la televisión sueca acompañaron al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz por lugares históricos de Santiago de Cuba relacionados con el 26 de Julio. De esa filmación son los fragmentos que JR ofrece a sus lectores, a 70 años del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes

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PERIODISTA: Comandante, ¿pero la estrategia del Moncada era tomar ese campamento para armar luego al pueblo y seguir una guerra?

FIDEL: Nosotros pensábamos ocupar las armas del campamento, pensábamos hacer un llamamiento a la huelga general de todo el pueblo partiendo de la situación de descontento y de odio hacia Batista, y pensábamos utilizar las estaciones nacionales de radio para un llamamiento a la huelga general. Si no se lograba la paralización del país, el objetivo nuestro era después ir hacia las montañas para librar una guerra irregular en las montañas.

PERIODISTA: Así que el plan de la guerrilla ya lo tenía elaborado.

FIDEL: Tenía dos variantes. Una, tratar de provocar un levantamiento nacional para el derrocamiento de Batista. Caso de no lograrse el levantamiento nacional o en el caso de que Batista pudiera reaccionar con fuerzas superiores y atacarnos aquí en Santiago de Cuba, la idea nuestra era con la armas del Cuartel Moncada, marchar a la montañas y librar la guerra irregular en las montañas. Fue exactamente lo que hicimos tres años después. La estrategia que elaboramos para el Moncada fue la misma que nos condujo después a la victoria, solo que en la segunda ocasión no comenzamos por el Moncada, sino comenzamos por la Sierra. Hicimos la guerra en la Sierra, y al final liquidamos a Batista con esa misma estrategia en esencia. De modo que la estrategia del Moncada fue la estrategia que seguimos —en rasgos generales— después y con la cual derrocamos a Batista. Pero no fue en ese momento. Ahora, estoy convencido de que si hubiéramos podido tomar el Cuartel y ocupar las armas, y hubiéramos iniciado en ese entonces la guerra contra Batista, habríamos liquidado a Batista antes. [...] Yo pienso que si hubiéramos liquidado a Batista en 1953, el imperialismo nos habría aplastado; porque entre 1953 y 1959 se produjo en el mundo un cambio en la correlación de fuerzas muy importante.

PERIODISTA: La guerra fría estaba todavía en pleno auge.

FIDEL: Y el Estado soviético era todavía relativamente débil en esa época. Y hay que ver que a nosotros nos ayudó decisivamente el Estado soviético, que en 1953 no lo habría podido hacer. Esa es mi opinión. Es decir, un triunfo en 1953 posiblemente habría sido frustrado después por el imperialismo. Pero seis años más tarde, era el momento preciso, muy ajustado, en que un cambio en la correlación de fuerzas del mundo nos permitía a nosotros sobrevivir. Tal vez en 1953 no habríamos sobrevivido, si hubiésemos triunfado.

PERIODISTA: Se hubiesen radicalizado y...

FIDEL: Pero habiendo triunfado en 1959, hubo una oportunidad de sobrevivir. Esas es mi apreciación.

PERIODISTA: Una oportunidad.

FIDEL: Sí, sí, una oportunidad.

PERIODISTA: Eso es significativo, que usted diga una oportunidad; porque realmente fue bastante estrecha para...

FIDEL: ¿Qué habríamos podido hacer en 1953? Habríamos triunfado, habríamos llevado a cabo el programa revolucionario que entonces habíamos concebido, ese programa habría desatado la agresión imperialista, y nos habrían aplastado. De modo que si la revolución triunfa en 1953 no habría podido sobrevivir. Esos son los azares de la historia.

PERIODISTA: Bien, Comandante, ¿podemos seguir con usted?

FIDEL: Hacemos lo que ustedes quieran. ¿Quiere que le enseñe las armas aquí? Venga. Ese es el único fusil M-1 que teníamos, la única arma de guerra. Esta es una selección del grupo de armas que nosotros utilizamos. Esta es la única arma de guerra que había, un fusil M-1, que era de la Universidad. Entrenábamos allí en la Universidad con ese fusil. De este fusil teníamos tres, pero este es un fusil de la época de Búfalo Bill más o menos, un fusil 44. El grueso de nuestras armas era de este tipo de escopeta, calibre 12, calibre 16 y fusiles de 22 milímetros. Con estas armas... estas las compramos en armerías todas. Pero yo diría que eran armas eficientes, eran fusiles automáticos, y estos 111 también eran automáticos, que tenían cartuchos especiales que se habían comprado. Y pienso que son armas eficientes, aún hoy pienso que son armas eficientes. Claro, no teníamos ninguna bazooka, ningún cañón antitanque, ningún mortero. Habría sido mucho mejor todo eso. Pero en aquella época teníamos esas armas, y esas fueron las armas con las cuales nosotros organizamos el ataque al Cuartel Moncada. Otro hecho: nosotros habíamos adquirido uniformes del Ejército, todos nuestros uniformes eran uniformes del Ejército, que los habíamos adquirido a través de un compañero nuestro que estaba en el Ejército de Batista, y entonces los 135 hombres tenían uniformes militares. El elemento sorpresa era el factor decisivo de la operación con estas armas y con estos uniformes del Ejército. Al Ejército de Batista íbamos a tomarle la segunda fortaleza militar del país, que tenía más de mil hombres. Y se habría podido tomar. Aún hoy, pienso que el plan no era un mal plan; era un buen plan.

PERIODISTA: El problema fue el desvío de la otra fuerza.

FIDEL: El problema fundamental es que con motivo de los carnavales, que nosotros habíamos planificado nuestra acción en el carnaval, durante el carnaval, para poder movilizar más fácilmente a nuestras fuerzas, en esos días precisamente ellos redoblaron la guardia, y establecieron una posta cosaca alrededor del regimiento. Y lo que complicó la situación definitivamente fue el choque nuestro con la guardia cosaca, una guardia cosaca que pusieron a todo alrededor del Cuartel y por la calle principal por donde íbamos nosotros. Y origina un combate fuera del Cuartel. De lo contrario, nosotros habíamos podido tomar el Cuartel perfectamente bien.

El histórico alegato de Fidel, conocido como La historia me absolverá, fue demoledor para la tiranía.

PERIODISTA. Se puede sacar una foto ahí.

FIDEL: En este pozo escondimos las armas, y sobre este pozo Abel Santamaría, que era el compañero responsable de esta casa y dirigente del Movimiento, colocó esta tinaja. En esa tinaja echó tierra y sembró un árbol. Así que nuestras armas estaban debajo de un árbol que se sembró aquí. Y así estaba todo hasta el día 26 de Julio, que quitamos el árbol, quitamos la tinaja y sacamos las armas.

[La entrevista continúa mientras Fidel conduce el jeep, rumbo al Cuartel Moncada.]

PERIODISTA: ¿Cuántos carros eran en total?

FIDEL: Eran, en total... Primero salieron los carros que iban a tomar el Hospital Civil; eran tres. Después, los carros que iban a tomar la Audiencia; eran dos. Y después conmigo iban los carros que iban a tomar el Cuartel, que eran alrededor de 14 carros los que iban conmigo. Yo llevaba alrededor de 90  hombres para tomar el Cuartel.

PERIODISTA: ¿Entonces el total era asignado a otros objetivos?

FIDEL: Sí, había 35 destinados a tomar el Hospital Civil y la Audiencia, para rodear el Cuartel.

PERIODISTA: ¿Su hermano Raúl, Comandante, qué misión tuvo?

FIDEL: Raúl iba a tomar el Hospital Civil, el Hospital Civil no, la Audiencia de Santiago de Cuba, que rodea el Cuartel. Y Abel iba al Hospital Civil. Yo a los compañeros responsables, al segundo jefe del Movimiento, que era Abel, lo mandé al Hospital Civil por si me mataban a mí en el Cuartel, ¿comprende?, que no fuera a quedar el grupo sin dirección. Y Raúl iba a la Audiencia. Nosotros tomábamos los edificios alrededor del Cuartel simultáneamente con el ataque al Cuartel. Ya se imaginará que íbamos tensos por aquí, por este camino; pero en realidad muy decididos. Ciertamente no teníamos ninguna duda del éxito. Lo más difícil hasta este momento se había logrado: organizar los hombres, entrenarlos, adquirir las armas y preparar el ataque.

PERIODISTA: Claro, sin caer en la represión.

FIDEL: Claro.

[Fidel y los periodistas arriban al Cuartel Moncada, donde prosigue el relato.]

Entonces le voy a decir dónde se produce la crisis; la crisis se produce aquí. ¿Por qué? Porque la posta cosaca venía en esta dirección hacia acá, y nos la encontramos aquí; pero un carro había pasado delante de nosotros, que es el que tenía que desarmar la posta, y el carro llegó —llevaba cien metros delante de nosotros— y desarmó la posta. Pero la posta cosaca vio pasar el primer carro y se quedó mirando; y cuando vio que el carro desarmó a la posta allí, se puso en actitud de guardia, de alerta. Entonces me quedaba a mí aquí al lado la posta cosaca, y yo estaba sacando la pistola para hacer prisionera a la posta cosaca. Y en ese momento, la posta cosaca se da cuenta de que nosotros estamos al lado, y hace un ademán de disparar y yo le tiro el carro a la posta cosaca arriba. Aquí mismo fue, en este lugar, más o menos. Entonces la posta cosaca se retira para allá, yo me bajo... Porque yo estuve haciendo tres movimientos: con esto por aquí, manejando por aquí, la pistola por acá. Entonces, cuando yo me paro, los carros que vienen detrás piensan que están dentro del Cuartel y se bajan y asaltan este lugar aquí. Entonces yo tengo que bajar a sacar a la gente de este edificio para continuar el ataque; pero invierto como cinco o seis minutos en eso. Cuando ya nosotros montamos otra vez en el carro, monto otra vez en el carro, un carro avanzó y retrocedió y chocó con el mío. El resultado fue que el combate se empieza a desarrollar fuera del Cuartel, y el combate tenía que desarrollarse dentro del Cuartel...

PERIODISTA: Entonces se movilizó el Cuartel.

FIDEL: Entonces se movilizó el Regimiento, y entonces organizó la defensa. Eso fue lo que impide... Porque realmente la posta cosaca era una cosa nueva, que la habían puesto con motivo de los carnavales. El plan realmente... Le voy a decir... Yo no sé si se podrá caminar por aquí, pero ahí no había árboles —creo yo— en esta época. Entonces el asalto empezaba allí, allí.

PERIODISTA: Allí tenía que empezar.

FIDEL: Allí tenía que empezar cuando nos franqueara la posta. Pero resulta que el encuentro con la posta cosaca, que en realidad yo tuve dos intenciones: uno, proteger la gente que había tomado la posta; segundo, quitarle las armas a la posta cosaca. Yo creo que si hubiéramos seguido de largo, sin hacerle caso a la posta los otros carros, habríamos tomado el Cuartel.

Pozo donde se ocultaron las armas de los asaltantes en la Granjita Siboney. Foto: Raúl Abreu

PERIODISTA: En esos momentos.

FIDEL: Sí, sí, lo hubiéramos sorprendido; porque él hubiera visto un carro delante, otro detrás, otro detrás, y la posta cosaca no habría tirado. Hoy me doy cuenta de eso, pero en aquel momento yo traté de proteger a la gente que tomó la posta y quitarle las armas a la posta cosaca. Y como resultado de eso se produce el combate fuera del Cuartel; y la gente que no conocía bien el Cuartel, asalta todos aquellos lugares. Y yo tengo entonces que dedicarme a reorganizar a la gente para el encuentro... Cuando vamos a penetrar en el Cuartel, se produce un accidente de un carro que choca con el carro mío.

PERIODISTA: Porque la gente suya no conocía a Santiago realmente.

FIDEL: La gente no conocía, la gente tenía que pararse donde yo me parara. Pero realmente en ese momento, cuando yo veo que la posta cosaca va a tirarle a la gente nuestra en el Cuartel, traté de protegerlos y fui a arrestar la posta cosaca. Entonces la posta nos descubre, va a tirar, yo le tiro el carro arriba a la posta cosaca, y en ese momento se empieza a armar el tiroteo. Pero el tiroteo se arma fuera del Cuartel.

PERIODISTA: Entonces ese incidente fue el más grave.

FIDEL: Ese fue el más grave. Si no llega a ocurrir el incidente de la posta cosaca, nosotros tomamos el Cuartel, porque la sorpresa era total. El plan era un buen plan. Y si fuera necesario hacer un plan ahora, con la experiencia que ya tenemos, haríamos un plan más o menos igual. El plan era bueno. Es decir que se produce un incidente, una cosa accidental, que dio al traste con todo el plan; esa es la realidad. El fracaso de la toma del Cuartel fue el encuentro con la posta cosaca, que en realidad debimos haber seguido de largo.

PERIODISTA: ¿Por qué le llamaban posta cosaca?

FIDEL: Porque le llaman así a la posta que hace recorrido alrededor del Cuartel, y esta iba de aquí hasta la avenida, y volvía. Y la pusieron con motivo de los carnavales, es decir que eso no estaba previsto, la posta. Parece que con motivo de los carnavales, quizá para prevenir incidentes de menor importancia, pusieron la posta cosaca; porque ellos no tenían la menor sospecha de que se iba a atacar el Cuartel, pero la posta la pusieron con motivo de los carnavales de Santiago; anteriormente no tenían esa posta; la pusieron esos días.

PERIODISTA: Por otro lado, los carnavales eran un elemento favorable.

FIDEL: Nos ayudaban, porque facilitaban el movimiento con menos sospecha. Es decir, el carnaval nos favoreció pero por otro lado el carnaval originó que ellos pusieran una posta extra que no ponían normalmente, y esa posta tiene el choque con nosotros allí, a 80 metros de la entrada del Cuartel. Pero de lo contrario, de los carros se habría bajado aquí todo el mundo y habría tomado el Cuartel, lo habrían tomado. Y estábamos 116 vestidos de soldados además. Y si se toma la posta, se atrincheran aquí, porque el problema es que ellos movilizan al Regimiento; de lo contrario, nosotros hubiéramos agarrado al Regimiento dormido y lo habríamos cercado, porque teníamos tomado el edificio de la Audiencia, los edificios que rodean, los edificios principales los habíamos tomado ya, los que rodean el Cuartel. Entonces nosotros habríamos tomado esta parte y lo habríamos puesto para el patio a ellos. Claro, habría sido una carnicería; porque lo que se demostró allí cuando chocamos con la posta cosaca, empezó el tiroteo violento, muy violento... Yo pienso que como la gente nuestra todavía no tenía mucha disciplina de fuego, al llegar aquí habría disparado también, y habría sido una carnicería. No dudo eso. (...)

PERIODISTA: Comandante, yo, como le mencioné, quería pasar a otro punto antes de hablar de cosas políticas más generales. Una cuestión que ha impresionado bastante a cualquiera que conozca la historia de Cuba un poquito, fue ese proceso de su aislamiento después de la derrota del Moncada, con la tragedia de tantos compañeros muertos. Una derrota, claramente... ¿Cómo en ese aislamiento, esa celda de aislamiento, usted no perdió el ánimo, no abandonó la lucha; siguió pensando, siguió preparando La historia me absolverá, hizo un documento político que fue la base de la continuación de la lucha y el programa de la Revolución?

FIDEL: En realidad nosotros trabajamos para la victoria, no para la derrota, y sufrimos un revés muy duro. Pero además, ese revés había costado el sacrificio de muchos compañeros. Si antes del ataque al Moncada me sentía obligado con el país, después del ataque me sentí mucho más obligado. Yo creo que dadas nuestras intenciones, nuestro propósito, no podía reaccionar de otra forma que como reaccioné, todavía con más decisión, más espíritu de lucha. Nadie sabía cómo podía terminar todo aquello. No sabíamos, incluso, si nos iban a asesinar. Pero, desde luego, teníamos que defender nuestras ideas, teníamos que defender nuestra verdad. Puede decirse que en circunstancias como esas, el hombre tiene mucho más estímulo que en circunstancias normales, y de esas dificultades saca fuerzas para enfrentarse a los problemas. Pero lo más esencial de todo es que nosotros estábamos absolutamente convencidos de que teníamos la razón. Y ese factor nos daba fuerzas para enfrentarnos a aquellos momentos tan difíciles, profundizar más, exponer ante el pueblo los objetivos de nuestra lucha, enfrentarnos a la campaña de calumnias del gobierno y crear las condiciones para que si nuestra generación no podía realizar esas tareas, las pudiera realizar otra generación. Es decir, sembrar la semilla y ofrecer el ejemplo que ya no era el ejemplo personal mío, sino era el ejemplo de todos los compañeros que habían luchado y se habían sacrificado. Teníamos el deber de hacer el máximo esfuerzo para que ese sacrificio no fuera inútil.

En el asalto al Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, la mayoría de los jóvenes combatientes fueron capturados y vilmente masacrados por la tiranía. Foto: Archivo de JR

PERIODISTA: En ese momento tan tremendo, usted se inspiró mucho en Martí, ¿verdad, Comandante?

FIDEL: En realidad siempre todos nosotros y toda nuestra generación recibió una gran influencia de Martí y una gran influencia de las tradiciones históricas de nuestra patria, que habían sido tradiciones de lucha muy dura por su independencia, y tradiciones realmente muy heroicas, que ejercían una gran influencia en todos nosotros. Yo en ese momento tenía una doble influencia, que la sigo teniendo hoy: una influencia de la historia de nuestra patria, de sus tradiciones, del pensamiento de Martí, y otra de la formación marxista-leninista que habíamos adquirido ya en nuestra vida universitaria.

(…) Martí significó el pensamiento de nuestra sociedad, de nuestro pueblo en la lucha por la liberación nacional. Marx, Engels y Lenin significaban el pensamiento revolucionario en la lucha por la liberación social. En nuestra patria, liberación nacional y revolución social se unieron como las banderas de la lucha de nuestra generación.

Fuente: Fragmentos de la entrevista La estrategia del Moncada, publicada en la Revista Casa de las Américas, Ciudad de La Habana, julio-agosto de 1978, a. XIX, n. 109, pp. 11-18.

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