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Yoan Hernández Flores, profesor de la Facultad de Turismo de la Universidad de La Habana. Autor: Tomada de su perfil en Facebook Publicado: 05/09/2023 | 10:24 pm
Impulsar cualquier sociedad en sus disímiles ámbitos requiere de una combinación de experiencia y empirismo que solo es posible cuando varias generaciones confluyen. En ese choque está el potencial necesario para apostar por proyectos nuevos que busquen como ruta final el desarrollo.
Por ejemplo, la actividad turística en la Isla, considerada hoy el principal motor de nuestra economía, no está ajena al intercambio de ideas y transformaciones innovadoras: más bien aboga por que estas complementen sus líneas de trabajo.
En ese espíritu, del 25 al 28 de octubre próximo se desarrollará la 2da. edición del Encuentro Internacional de Estudiantes de Turismo, incluida dentro de las actividades de la 6ta. edición de la Convención Internacional de Estudios Turísticos: Cietcuba 2023, que realiza la Facultad de Turismo de la Universidad de La Habana.
Bajo el lema Por un turismo inteligente, el macroevento tendrá por sede el destino cubano Ciénaga de Zapata, reconocido como el mayor humedal del Caribe insular, según explicó a Juventud Rebelde Yoan Hernández Flores, presidente del comité organizador y máster en Gestión turística.
—¿Cuáles son los objetivos de esta 2da. edición del Encuentro Internacional de Estudiantes de Turismo?
—En primer orden, tiene entre sus propósitos intercambiar las experiencias adquiridas por los alumnos de pregrado asociados al turismo a nivel internacional. El evento incluye no solo la preparación de los jóvenes de la educación superior que adquieren una licenciatura, sino que también impulsa el desarrollo de varios técnicos medio de esta rama, como es el caso en nuestro país de la carrera de técnico superior en Asistencia turística.
«Asimismo, busca establecer un espacio de socialización que vincule a los estudiantes con los diferentes procesos sustantivos de su formación. De ahí el término «encuentro», pues además de enfocarse en el quehacer científico del aporte de los jóvenes con soluciones innovadoras a problemas identificados en los territorios, pretende crear alianzas entre los futuros líderes de otras naciones para nuevas alianzas y propuestas».
El turismo es considerado como el principal motor de ingresos para nuestra economía. Foto: Enrique González Díaz
—¿Qué peculiaridades la diferencian de la cita anterior?
—El primer encuentro lo celebramos en 2021 de forma virtual debido a la pandemia de la COVID-19. La diferencia está en que por primera vez sesionaremos en un espacio físico, donde podremos concretar mejor las actividades extensionistas. Como novedad, también estamos pensando en ferias de intercambio donde los delegados puedan representar a los diferentes mercados emisores más importantes a nivel internacional.
«Por otro lado, pretendemos que los paneles, seminarios y talleres del encuentro cuenten con la presencia de especialistas foráneos que están aportando actualmente al desarrollo educativo de los turismólogos en varios países. Hasta el momento, hay confirmación de las universidades de Buenos Aires, Argentina, Ecuador y España.
«Tendremos paneles con ponencias relacionadas con los fundamentos para la gestión de destinos turísticos, el marketing digital aplicado a la gestión de destino y la interpretación del patrimonio natural y su vinculación con la gente del territorio. Además, habrá un seminario sobre tips para el diseño de productos turísticos que nos permita finalizar el encuentro con un taller donde se realizará una propuesta de uso funcional para la Ciénaga de Zapata».
—Este año la Organización Mundial del Turismo propone como temática para celebrar su Día Internacional un mayor crecimiento inclusivo en este ámbito. ¿Cómo crees que el encuentro fomenta dicha prioridad?
—Una de nuestras premisas siempre ha sido lograr una mayor inclusión en el sector. Desde que surgió el encuentro este no estuvo dirigido solamente a estudiantes de la Licenciatura en Turismo, como lo encierra su nombre, sino a todos aquellos que tuviesen investigaciones asociadas al desarrollo turístico. Participaron entonces jóvenes de las carreras de Periodismo, Comunicación Social, Derecho y Economía con trabajos que planteaban diversos puntos de vista, desde lo social hasta lo geográfico.
«Igualmente potenciamos la inclusión cuando abogamos por un turismo para todas las personas. Esta vez, la propia convención tiene un taller dedicado al turismo inclusivo. En ese sentido, la Ciénaga de Zapata ha sido un espacio clave, por la buena interacción lograda entre el comité organizador y los propios actores económicos de la zona. Esa inserción favorece nuevas experiencias y permite que los pobladores locales quieran sumarse a la actividad turística en sus territorios».
—¿Qué le aportan los jóvenes al desarrollo de la gestión turística en el país?
—Es válido resaltar que desde la propia facultad, como centro rector de estos estudios en el país, se ha abogado durante los últimos 15 años por la formación del personal joven. Estamos hablando de licenciados en Turismo y técnicos en Asistencia turística, pero también de una maestría en la gestión turística y doctorados en Ciencias Económicas con perfiles terminales en turismo.
«El turismo por el que estamos apostando hoy necesita de un análisis científico joven, y de la innovación para una mejor gestión desde las localidades, sobre todo a partir de las grandes experiencias internacionales y los pasos de avance de Cuba.
«Considero que el aporte de los jóvenes en este sector es esencial, más para un país que ha apostado desde los años 90 por el desarrollo de la actividad turística y enfrenta continuamente presiones del principal mercado emisor en la región, el de Estados Unidos, así como las limitantes a causa de la pandemia y, por supuesto, la crisis económica real que ha ralentizado su recuperación en comparación con otros grandes destinos competidores en el Caribe».
—A tu juicio, ¿qué desafíos y perspectivas tiene el desarrollo del turismo en Cuba?
—Me sumo a los criterios señalados por la mayoría de los expertos y analistas de la academia, que Cuba debe cambiar su modelo de desarrollo. En los últimos años nuestro país ha apostado por aumentar la planta habitacional en detrimento del número de atractivos de los destinos. Los atractivos son aquellos elementos que configuran y cautivan el mayor número de demanda, lo cual genera que el visitante tenga actividades que hacer y cosas para ver, pues finalmente uno no viaja hacia un destino para dormir o comer, además de que, por supuesto, también pueda interesarle la cultura culinaria de ese territorio específico.
«A Cuba le ha faltado dentro de su modelo consolidar la innovación y el lanzamiento de nuevos productos y servicios basados en los atractivos que tenemos. Además, considero como otro de los desafíos de la nación para ir en consonancia con la política del país de la descentralización y la toma de decisiones, darles una mayor autonomía a los territorios para su planificación. Y lograr así una verdadera gestión del destino donde ese sea el producto turístico integrado que se venda al visitante tanto nacional como extranjero.
«El reto está en superar los niveles prepandémicos en cuanto al arribo de visitantes a la Isla en relación con las ofertas de los países líderes de este sector en el Caribe, que a través de la mejora del servicio y la calidad de su personal han ido recuperándose.
«Creo que cada uno de estos elementos se logra mediante el autodesafío, que es la correcta interrelación entre los actores de los territorios inmersos en la actividad turística, y el aporte que se debe reconocer desde la academia en esta interrelación universidad-empresa por la cual abogamos. Incluso, el evento sería parte de esas líneas de acción para aportar su granito de arena a los desafíos y retos que tiene hoy el sector de turismo en nuestro país».
