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Terapia de pareja

Lázaro Manuel, alias El Lachy, y su esposa Yumilka Gómez, alias La Yaya, de 25 años de matrimonio, están presentando problemas con su relación

Autor:

JAPE

Europa. Cualquier país. El Sr. Fontana, y su esposa, la Sra. Stuard, de 25 años de casados, están presentando serios problemas en su relación. Su sicólogo les sugiere separarse un tiempo, darle un «aire» al matrimonio para poder reflexionar y para que sus hijos, adolescentes, no sufran la tensión y los malos momentos por los que están transitando ambos.  El Sr. Fontana ha decidido ir a visitar a unos parientes en el interior de la nación, pero tras sacar varias cuentas, ha visto que sus ahorros le alcanzan para hacer un pequeño viaje a Francia y quizá también por Italia. A fin de cuentas, eso era lo que habían pensado hacer en familia durante las vacaciones.

Desde la distancia mantiene comunicación con sus hijos y su esposa.

La Habana, Cuba. Lázaro Manuel  Sánchez, alias El Lachy, y su esposa Yumilka Gómez, alias La Yaya, de 25 años de matrimonio, están presentando serios problemas con su relación y un amigo cercano les sugirió separarse un tiempo, darse un «chance», reflexionar y para que sus hijos adolescentes, la tía Rosa, los dos cuñados y la abuela, quienes viven con ellos, no sufran la tensión y los malos momentos por los que están transitando ambos.

Lachy pensó en pasarse unos días en Las Tunas, en casa de un hermano, pero no hay pasajes hasta dentro de dos meses, por lo que finalmente optó por dejar de compartir el catre con su esposa por un tiempo, tirar una sábana divisoria en la sala-cocina comedor a modo de cortina o pared, y dormir en el sofá. Esta supuesta separación serviría de terapia de pareja para él y su querida Yaya.

El Sr. Fontana ha llamado por teléfono y ha dejado un mensaje en la contestadora: «Estoy bien. Francia es hermosa. Ahora estoy por Lyon. Los extraño a todos».

Lachy se ha levantado temprano, apenas pudo dormir. Ese sofá está «duro de matar». Fue a buscar el pan. Cuando regresó a casa tomó su unidad y le entregó el resto a su hijo menor y le dijo: «Dile a tu madre que aquí está el pan de hoy y de mañana que en la panadería no van a trabajar porque es feriado».

La Sra. Stuard ha dejado un mensaje a su esposo en WhatsApp: «Estamos bien, disfruta de tu viaje. Hoy fuimos a casa de mis padres y nos hicieron una barbacoa deliciosa.  También te extrañamos». 

Yumilka la Yaya le comunicó a Lachy, mediante su hijo, que los dos perritos que había en la sartén eran de él, y que cuando fuera al baño orinara adentro del inodoro que no estaba en un hotel y ella no era esclava de nadie.

El Sr. Fontana respondió vía SMS: «Me siento mucho mejor,  muy relajado. Hoy viajo a Milán,  a casa de una pareja de amigos que me han invitado. Me alegra que les vaya bien. Saludos para tus padres. Dejé dinero en la cuenta común para el gasto del mes».

El hijo mayor de Lachy y La Yaya le comunica a su madre: «Dice papá que le gustaría tomar un poco de café».

La Yaya contestó inmediatamente: «Dile a tu padre que si él no sabe que hace tres meses que no viene café a la bodega. Que el que estábamos tomando lo compré en una mypime y ya lo subieron… y dile también que ya estamos a 15 y no me ha dado el dinero de ustedes, que no se haga el bobo, ni el separa’o».

Han pasado algunos días y el Sr. Fontana y la señora Stuard apenas se intercambian mensajes. En su última notificación él confesó: «Mis amigos italianos han sido muy hospitalarios. Me he sentido muy a gusto. He conocido a una vecina de ellos que es genial. Creo que estaré mucho tiempo por acá».

En Centro Habana se ha ido la luz. Lachy no logra conciliar el sueño. Los mosquitos lo acribillan. Recuerda que en el cuarto hay una ventana y por lo menos corre un poco de brisa. Coge su almohada, camina silencioso. Se acuesta en el catre junto a la Yaya sin decir nada. Ella tampoco dice y se acurruca en su regazo.

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