Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Contar con la juventud del campo

Jóvenes delegados al 13er. Congreso de la ANAP comparten sus expectativas y experiencias desde el surco, consecuentes con la misión de producir los alimentos que necesita el país

Autores:

Odalis Riquenes Cutiño
Hugo García
Adianez Fernández Izquierdo
Yaniuska Pérez Verdecia

Hacen del surco su razón de vida. Saben que su sudor decide en el anhelo insatisfecho de colmar la mesa de un pueblo, por eso madrugan, se empeñan, retan, sin dejar de soñar con el empuje de sus años. Y con ese mismo vigor por estos días han cambiado el atuendo y las herramientas para alzar su voz desde el surco en las sesiones del 13er. Congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), que hasta este 17 de mayo se desarrolla en la capital cubana.

«Con la juventud se puede contar. Con nuestra incorporación al campo, se apuesta por la seguridad alimentaria de los municipios, la provincia y, por ende, del país, por eso  el asunto requiere miradas y acciones diferentes que aseguren esa permanencia», le comentaba al Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Miguel Díaz – Canel Bermúdez, en encuentro el pasado 24 de febrero, en Las Golondrinas, muy cerca de Baire, sitio protagónico en el reinicio de la Guerra Necesaria organizada por nuestro Héroe Nacional, y en sus palabras enarbolaba el ímpetu con que los nuevos asumen las batallas de la Cuba de hoy.

Quien así se expresa es el santiaguero Ramón Fabré Fonseca, un joven campesino del municipio Mella que, como premio a sus desvelos y aportes en el empeño de impulsar la producción de alimentos, se ganó el derecho de ser el único delegado de su territorio y el más bisoño integrante de la representación santiaguera al cónclave, que pone su mirada en el perfeccionamiento del accionar campesino en estos tiempos de bloqueo recrudecido y carencias múltiples.

«Pertenezco a la Cooperativa de Créditos y Servicios Fructuoso Rodríguez y en mi finca que tiene cerca de tres caballerías ya cuento con más de 69 reses; mi aporte fundamental es la producción de leche y cumplo con la entrega de alrededor de 50 litros diarios para los niños de mi localidad, que son vendidos en la bodega de los consejos populares Regina y Baragua, relata orgulloso.

«También incursiono en la siembra de cultivos varios, porque hoy es palabra de orden la diversificación en las fincas. La mayor satisfacción de un campesino la experimentas cuando sabes que tu aporte es vital para la alimentación de todos, en especial de los grupos etarios más vulnerables, enfatiza con natural vehemencia.

«Tengo 34 años y en este Congreso represento con orgullo a los jóvenes que en Santiago de Cuba suman más de 1 900 en el sector agropecuario y campesino. Es de mucha satisfacción y una gran responsabilidad aportar mis experiencias en este evento, en el que pienso compartir mis reflexiones, porque creo que la juventud es la fuerza esencial que tiene el campo para empujar una de las tareas decisivas del país en el contexto actual: la producción de alimentos.

«Estamos llamados a ser el futuro agropecuario, y hay que buscar mecanismos y formas de atraer a los jóvenes al sector y mantenerlos ahí, donde son fuerza imprescindible, acotó Fabré Fonseca, quien ostenta la doble militancia del PCC y la UJC y este 15 de mayo fue uno de los santiagueros condecorados como parte de las actividades centrales por el Día del Campesino, al recibir la distinción Antero Regalado.

«De este congreso campesino espero mucho, y confío en que se tendrán en cuenta nuestras inquietudes, pues con la juventud se puede contar», enfatiza, y otra vez el mañana echa a andar en sus palabras.

El reto de conducir

La convicción de Ramón Fabré es también compartida por la alquizareña Dayanis Alonso Molina, quien a sus 34 años de edad bien sabe de las dinámicas del campo y el campesinado, pues desde hace poco más de un año está al frente del Comité municipal de la ANAP en el municipio artemiseño de Alquízar, un importante polo productivo del país, de donde salen alimentos para la provincia de Artemisa, la capital y otros destinos que trascienden incluso las fronteras cubanas.

A su corta edad ya es máster en Gestión de cooperativas, con la experiencia de haber sido contadora en la CCS Rubén Martínez Villena; luego fue presidenta de la organización de base de la ANAP en esa propia cooperativa hasta que pasó a ser la especialista de la provincia a cargo de coordinar el proyecto Apocoop (Apoyo a la Intercooperación agropecuaria) hasta la culminación de esa iniciativa de colaboración, que intervenía en tres municipios.

Desde que comenzó su vida laboral ha estado siempre ligada a las cooperativas. «En el sector me hice licenciada en Contabilidad y Finanzas; luego hice la maestría, he cursado diplomados, cursos, todo relacionado con la gestión de cooperativas.

Ya suman 16 años en los que ha tenido crecimientos profesionales, pérdidas familiares, «en los que ha visto nacer y crecer a mi niño y en los que también he estado al lado de los campesinos, desde la base, ganando mucho en responsabilidad, sencillez, humanidad».

La alquizareña Dayanis Alonso Molina, a sus 34 años de edad bien sabe de las dinámicas del campo y el campesinado. Foto Cortesía de la entrevistada

Con ese sentido de pertenencia asegura que desde la base, pese a las cuestiones complejas y difíciles por las que atraviesa la agricultura, sin recursos, con crisis energética, tecnología obsoleta y prácticamente sin semillas, se trabaja y duro, para que haya más alimentos, y se produce a base de la voluntad del campesinado.

No obstante, explica, «hay que seguir buscando alternativas para lograr mayores rendimientos, aplicar la ciencia y la técnica, la agroecología y también hay que ganar en el tema de la comercialización, pues, aunque no es un asunto propiamente del surco, es algo que influye para que haya más producción».

«Intermediarios, empresas comercializadoras, inciden en que el pueblo pague mucho más por cada producto que sale del campo. Más puntos de venta, llevar a las comunidades rurales, implementar correctamente el plan de soberanía alimentaria, son factores que puedan ayudar a que llegue más comida a la mesa del cubano, incluso a tener rubros exportables que aporten divisas al país».

«Decir hoy que al campesino le hace falta más recursos para producir es una aberración. Hoy ya el campesino no lo está pidiendo, porque sabe que el país no los tiene, pero sí necesitamos que lo poquito que hay llegue a las manos correctas. Potenciar la agricultura con nuevas tecnologías sería ideal, pero para eso también debemos aportar con la confección y redacción de nuevos proyectos.

«Hay que consolidar los mecanismos e implementar bien las medidas que hoy ha puesto el país en función de dinamizar la agricultura, que no existan trabas desde las propias entidades que hoy mantienen vínculos y relaciones de trabajo con los campesinos, para que podamos tener acceso a créditos bancarios con tasas e intereses que beneficien al campesino y quizás no con tantos requisitos que se le piden para poder invertir en la agricultura propiamente».

«Cada ley o medida hay que dictarla desde el surco, junto con el campesino. Hoy hemos ganado en el tema precios y los campesinos tienen el derecho de mostrar su ficha de costo, lo que gastan en un cultivo, porque todos no producen bajo las mismas condiciones, y eso se tiene en cuenta ahora para llegar a un consenso».

«Hoy la ANAP no asume un rol solo político; también tenemos una amplia responsabilidad con el cumplimiento de los indicadores económicos y productivos y los movimientos de los campesinos de avanzada, de las cooperativas de frutales, entre otros. Dificultades siempre existen y son en las que tenemos la mira puesta. Podemos mencionar el éxodo de personas que hemos tenido por varios motivos, pero eso nos ha hecho fortalecer el trabajo con los jóvenes, con las mujeres.

«Hoy nosotros tenemos trabajo conjunto con la Unión de Jóvenes Comunistas para el vínculo de estos jóvenes hijos de campesinos a las cooperativas, el trabajo con la Federación de Mujeres Cubanas, con la que hemos creado ya 11 brigadas de enfermeras que agrupan a las 597 féminas que tiene la organización dentro de la localidad.

«En las escuelas mantenemos círculos de interés, tenemos vínculo con las carreras de agronomía y de veterinaria, con las aulas anexas, para seguir incentivando el amor por la carrera agropecuarias y garantizar el relevo. También estamos valorando mucho el tema capacitación, desde el diagnóstico de las necesidades de nuestros campesinos, para que sepan de leyes, de aspectos jurídicos de funcionamiento de las cooperativas, de la comercialización, de la seguridad social…

«A los problemas actuales de la agricultura hay que hacerles frente con inteligencia y creatividad, hacer mejor uso de lo que llega por proyectos de colaboración, y producir rubros exportables para que las cooperativas y los campesinos puedan exportar y de ahí obtener moneda dura para que se puedan invertir en esos recursos que tanto nos limitan hoy».

Más allá de esas limitaciones, esta dinámica muchacha recalca que entre los hombres y mujeres del campo hay un quehacer diario surco a surco, de sol a sol, el día entero de trabajo, de necesidades, de agonía, pero con mucho amor, mucha responsabilidad y sentido de pertenencia por llevar la comida al pueblo.

Un día normal en su vida suele dividirse entre el ajetreo del trabajo y las tareas propias de la casa. «Por más que uno intente tener el tiempo propio, es bien complejo cuando sobre tus hombros tienes responsabilidades que no puedes dejar para después. Entre la familia, un bebé pequeño que demanda atención y el trabajo, no hay tiempo para mucho más, pero los resultados se ven. Este año Alquízar conquistó la sede provincial de los festejos por el 17 de Mayo, y llevamos cuatro años con la condición de Vanguardia Nacional, entre otros logros, y eso nos reconforta»» asegura.

Los campesinos siempre responden

En tierras matanceras, vive Maikel Pérez Solano, un joven de 33 años, natural de La Isabel, en el municipio de Jovellanos, quien también se desempeña como presidente municipal de la ANAP. Ser Licenciado en Derecho le ha servido de mucho, comenta, principalmente para entender la legislación agraria, lo que le ha posibilitado aclararles a los asociados cualquier duda en materia jurídica.

«Es muy importante estar a tono con todas las legislaciones que se aprueban en el país, no solo las agrarias, somos una organización de masas y tenemos la misión de atender y conducir a los campesinos y a sus familiares. Conocer la legislación es una ventaja a la hora de acompañar a las cooperativas y campesinos en los procesos legales, en la búsqueda de alternativas, las negociaciones con entidades, la contratación y la solución de conflictos, entre otros.

El municipio Jovellanos cuenta con tres Cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA) y seis CCS, agrupando a un total de 1 765 asociados a la organización en el territorio. «Mi familia siempre ha sido campesina, empezando por mis abuelos, con los cuales desde temprana edad me iba para la finca en los tiempos libres, y aunque mis padres no son campesinos, si lo son varios tíos y otros familiares.

Necesitamos que el ordenamiento jurídico siga beneficiando a las cooperativas y los campesinos, demanda el dirigente campesino matancero Maikel Pérez Solano. Foto: Hugo García

«Las satisfacciones son varias también, hemos tenido la posibilidad de conocer aún más la vida de nuestros campesinos, lo sacrificado y comprometidos que son, aún en condiciones difíciles nuestros campesinos siempre responden.

«Me da mucho gusto pertenecer a la ANAP, pienso que hoy la organización juega un papel fundamental a partir de la crisis que enfrenta nuestro país en los momentos actuales, ya sea en el impulso a la producción de alimentos, o mantener la unidad de nuestros campesinos en torno al Partido, en el apoyo a las medidas aprobadas por el Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, mantener la vitalidad de los programas de la revolución, entre muchos otros.

«Las problemáticas de los campesinos jovellanenses son las mismas de todos los campesinos en Cuba, al campesino le gusta trabajar su tierra y vivir de ella, no es un secreto para nadie las limitaciones que presentamos actualmente, la situación energética, los combustibles, los lubricantes, insumos agrícolas, maquinarias, entre otros; el bloqueo del Gobierno de los Estados Unidos y las medidas impuestas a nuestro país desde el primer mandato de Donald Trump afectan grandemente la producción de alimentos y el buen desarrollo de los procesos productivos en todos sus niveles», amplía Pérez Solano.

«Mis expectativas con el 13er. Congreso están en que el ordenamiento jurídico en materia agraria siga teniendo transformaciones en lo adelante, con el fin de que continuemos beneficiando las cooperativas y campesinos, y con ello la producción de alimentos; que la organización se siga fortaleciendo principalmente desde la base, que continúe ganándose el espacio que le corresponde en los territorios por las responsabilidades que posee, las misiones y funciones que realiza.

«Hoy todavía sobreabunda la burocracia sobre todo en los municipios, considero que para elevar los niveles de producción y aumentar la eficiencia se deben continuar eliminando trabas en los territorios, muchos campesinos y cooperativistas tienen ideas de cómo agregarle valor a los productos, transformándolos, procesándolos y no se pueden concretar esas ideas porque necesitan demasiados permisos o licencias, y no queremos decir con esto que tratemos la alimentación como algo ligero, sabemos que debe existir una responsabilidad a la hora de alimentar a una población, pero  considero que si existe más unidad y apoyo de todos los que intervienen en estos procesos, se pueden hacer muchas más cosas.

«Al menos en mi municipio no conozco un campesino que haya podido legalizar una maquinaria rústica (hecha por él) o un molino que es más simple; tenemos campesinos con altos niveles de conocimientos, innovadores, y se atreven a crear desde chapeadoras con tracción animal hasta una máquina para extraer aceite, solo les falta el apoyo de todos; creo que es esencial para llegar a donde queremos, el autoabastecimiento municipal.

«Como dirigente de la organización en mi propio municipio quisiera ver a todos enfocados en la producción de alimentos, que aumenten los rendimientos productivos, los encadenamientos entre campesinos, cooperativas y otros actores económicos; eso ayudaría considerablemente a bajar precios y sustituir importaciones», concluyó el joven matancero.

 

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.