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El arte de crear palabras con las manos

Cuba trabaja en la formación de profesionales que faciliten la vida de las personas sordas mediante el uso de la lengua de señas para acceder a la información televisiva y numerosos servicios esenciales

Autores:

Eberth Casanoba Poll

La lengua de señas cubana (LSC), elemento cultural más significativo de la comunidad sorda, se consolida no solo como un puente esencial para la comunicación, sino también como un poderoso símbolo de reivindicación para las personas sin audición por diversas causas.

En un contexto donde la inclusión social es mandato constitucional, nuestro país ha dado pasos firmes para garantizar los derechos de sus ciudadanos sin audición y enriquecer su lengua como representación de identidad y diversidad cultural.

Este código comunicativo gestual fue reconocido como idioma natural y oficial de la comunidad sorda en más de 70 naciones, hecho que incluye a la Mayor de las Antillas desde febrero último, con la puesta en práctica del Decreto-Ley 24/2024 De la Lengua de Señas Cubana, donde se describe un conjunto de sus rasgos socioculturales como forma de expresión de pensamientos y sentimientos, y como patrimonio e identidad lingüístico-cultural.

En su capítulo II, este documento menciona los derechos de las personas sordas garantizados mediante la oficialización de la LSC, como el acceso a proyectos de desarrollo científicos, tecnológicos, promocionales y de divulgación, y mayor calidad en los servicios de interpretación, con énfasis en los productos comunicativos televisados, de forma obligatoria. 

También exige a varias instituciones (hospitales, escuelas y oficinas gubernamentales) el servicio de interpretación para sus clientes, en correspondencia con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Para ello, el país necesita ubicar personal preparado en todos esos ámbitos, que actúen como nexos comunicativos, y con ese propósito surgió el plan de estudios de Técnico Superior para la carrera de Interpretación de la Lengua de Señas Cubana, en la Facultad de Lenguas Extranjeras (FLEX), de la Universidad de La Habana. 

A pesar de la creciente necesidad de esta profesión, solo se han graduado 13 estudiantes desde el año 2021, cuando se concretó la carrera, apuntó la Doctora en Ciencias Lingüísticas Marianela Garau Cordovés, vicedecana de la FLEX y presidenta de la Comisión Nacional del plan de estudios.

 

Una opción provechosa 

Sheila Delgado Cal, hoy estudiante de 1er. año de esa especialidad, se sintió atraída por este sistema de estudio corto, tras culminar sus pruebas de ingreso a la universidad. Aunque todavía no ha hecho prácticas, los encuentros que ha mantenido con personas de la comunidad sorda le han sido provechosos. 

En 2do. año espera obtener experiencia profesional mediante las visitas a la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (Ansoc) y el Centro Nacional de Superación y Desarrollo del Sordo (Cendsor). Su camino apenas empieza y ya se propuso trabajar con niños en ámbitos educacionales y culturales.

Anteriormente, el idioma de las señas lo aprendían en Cuba de forma empírica familiares de personas sordas o individuos interesados por activismo o curiosidad. Hoy constituye una opción provechosa de continuación de estudios para quienes concluyen el 12mo. grado.

Garau Cordovés explicó que esta carrera nació como respuesta a las necesidades de la Ansoc. Cuenta con una duración de dos años y medio, y constituye un subsistema dentro de la Enseñanza Superior, aprobado por el Ministerio de Educación. 

A pesar de que cuentan con pocos graduados, ya han logrado parte de sus objetivos y avanzan en la preparación a distancia de profesionales de este perfil. No obstante, enfatizó, es importante lograr que más jóvenes se interesen en la carrera.

Los futuros intérpretes son preparados con rigor, tanto en Lengua de Señas Cubana como en Lengua Española. Para ello, cuentan con un claustro prestigioso, integrado por profesores del Cendsor y de la propia FLEX. La enseñanza fue concebida a partir del método interpretativo por el que se rigen las lenguas habladas.

Según reflejó la Gaceta Oficial de Cuba en su edición extraordinaria No. 59 de 2018, el plan de estudios representa una oferta atractiva, porque propicia una inserción rápida en la vida laboral, y a la par da la posibilidad de continuar estudios superiores.

 

Como vía de educación

En nuestro país, la comunidad sorda contaba hace años con servicio de intérpretes en el ámbito escolar, incluso antes de aprobarse la LSC como lengua oficial. Ampliar el uso de medios de comunicación masiva (sobre todo la televisión) como método educativo constituye una meta de especial interés, pero eso demanda de un mayor número de intérpretes preparados para ese fin.

Zoe Esquijarosa Olivera, especialista en el área de sordoceguera en el departamento de Interpretación de la Ansoc en la provincia de Pinar del Río, y rostro frecuente en Tele Pinar, describe los requisitos para asumir esa tarea: ser confiables, tener un excelente dominio de la lengua de señas, poseer un amplio conocimiento de cultura general y estar dispuestos a asumir cualquier reto.

Además, para trabajar en esa función deben matricular un curso emergente, luego de pasar una prueba de aptitud, o cursar la nueva modalidad de técnico superior, como la que se imparte en La Habana. La vía depende de las necesidades y disponibilidades existentes, pero la preparación siempre emana de la Ansoc.

«No es necesario que el intérprete haya participado en congresos para brindar servicio en la televisión. Al contrario: para llegar a interpretar en un congreso de la Ansoc se necesita acumular otras experiencias», aclaró Esquijarosa Olivera.

Como especialista, ella está capacitada para asistir a personas sordas en hospitales, en ámbitos jurídicos, en eventos de todo tipo, y además puede participar en la formación y asesoramiento de intérpretes. Aún falta mucho por lograr a favor de este sensible grupo social, pero la comunidad sorda sabe al menos que cuenta con leyes a su favor y acciones para materializarlas. 

La Carta Magna de nuestra nación establece, en su artículo 89, la protección y garantía de los derechos de las personas con discapacidad auditiva, y mandata al Estado para crear condiciones que propicien su plena inserción en la sociedad.

La formación de intérpretes y la legitimación de la Lengua de Señas Cubana en ámbitos televisivos son apenas un nuevo comienzo para que cada vez más ciudadanos logren comunicarse mediante el arte de crear palabras con las manos.

Acercamiento al idioma de los gestos

La lengua de señas está reconocida como el idioma natural y oficial de la comunidad sorda en más de 70 naciones. Se trata de una lengua viso-gestual-espacial que involucra las manos, el rostro y el cuerpo, y cumple la misma función que las expresiones orales. Su objetivo es servir de puente comunicativo a las personas sordas, representadas en nuestro país por la Ansoc, organización de la sociedad civil fundada el 3 de enero de 1978.

Un error recurrente es llamarla «lenguaje» de señas. Lo correcto es decir lengua, ya que no se sobrepone al idioma del país, pero tampoco representa un método de comunicación inferior, en tanto refleja todo un sistema complejo y completo, con características gramaticales propias y ajustado a la cultura de cada nación.

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