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Dyango: Los cantantes de mi generación crecimos a pulso

El artista español aseguró a JR que no quería retirarse sin antes ver a sus amigos cubanos. El domingo 15 estará en el capitalino teatro Karl Marx 

Autor:

Yelanys Hernández Fusté

Dyango. Foto: Franklin Reyes

«No pude llegar antes y ustedes lo van a comprender. Estaba mirando el partido de fútbol donde jugaba España contra Rusia en la EUROCOPA. Les hablaré de música, pero es que me atrae tanto ese deporte... Es como la pasión que ustedes sienten por la pelota».

Así nos llegó el cantante español Dyango. Plagado de breves estribillos de canciones, con esa voz romántica inconfundible y admirado de conocer la tierra donde nacen los cantantes. Su rostro está ya lejano del que muestran las fotografías y las imágenes televisivas a las que nos hemos habituado; sin embargo denota que es él mismo en plena madurez.

«Pues aquí estoy. Su amigo Dyango, después de 40 años de ser popular en este país, por primera vez en Cuba. No me preguntéis por qué no vine antes. Hasta ahora no pude y como ya soy viejo, no quiero retirarme antes de ir a ver a mis amigos cubanos», dijo el intérprete de Lejos de ti para romper el hielo ante la prensa nacional y extranjera, en el Museo del Ron de la capital.

Sus vínculos con la música de la Isla datan de mucho tiempo. Recuerda, por ejemplo, su amistad con Antonio Machín, «el primer solista cubano popular en mi tierra. Una persona maravillosa, tan querida que prácticamente era español. Un hombre que parecía que cantaba como los ángeles.

«Cuando yo empezaba, él ya estaba en la plenitud de su carrera. En uno de sus conciertos pude sacar mi trompeta y él cantó El manisero. Pasamos una velada extraordinaria, cosa que el público agradeció mucho».

Un viejo sueño

José Gómez Romero, Dyango, nos confesó: «He venido a cantarle a un pueblo que me ha demostrado que me quiere con locura». Por eso quiso ofrecer dos conciertos como parte del Festival Mundial de la Canción Varadero 2008, uno de ellos ayer en el balneario matancero, y otro el domingo 15 a las 9:00 de la noche, en el capitalino teatro Karl Marx. En ambos, se hace acompañar de Beatriz Márquez, la musicalísima.

«He conocido a muchos cubanos y ellos me enseñaron lo maravilloso que son ustedes. Me decían: “Tienes que ir allí, para ver la calidad de la gente que hay allá”. Y yo voy adonde está la gente que me quiere a mí, pero la gente romántica nada más.»

—Desde que llegó anunció que grabará con un artista de aquí.

—He conocido a una persona entrañable para los músicos de jazz: Chucho Valdés. Él y yo vamos a hacer juntos un disco de boleros que para mí será una joya. Aunque no estemos en este mundo, se seguirá escuchando.

«Para mí es un sortilegio tremendo poder estar al lado de un músico así, sobre todo porque amo el jazz profundamente y porque soy cultor de ese género. Yo empecé a estudiar en el Conservatorio de Música, toco trompeta y violín. Quise ser jazzista y fue realmente un fracaso. No pude porque, claro, estaban los grandes. Entonces me dije: “Dediquémonos a un género menor”. No, no es menor, es la canción romántica. Y ahí no hay quien me pase.

«Con el disco junto a Chucho veremos qué autores cubanos escogemos. El bolero es internacional. Queremos que lo puedan disfrutar todos, que conozcan los temas tocados por él y cantados por mí».

—¿Dónde va a grabarlo?

—Las cosas tienen que ser en el propio lugar. No se puede grabar tangos si no estás en Buenos Aires. Allí grabé mi disco del género, que para mí ha sido una de las cosas más hermosas que he hecho en la vida. El bolero tiene que ser en Cuba, y con la idiosincrasia de aquí, con el matiz y la esencia de la ciudad de La Habana.

—¿Cómo ve Dyango la canción cubana?

—Pienso que se conoce mucho. No nos olvidemos de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez. Tampoco de Amaury Pérez, a quien conocí personalmente. También están las grandes orquestas típicas como los Van Van, la Aragón que aún me acuerdo de cómo sonaba en otros tiempos, Irakere que es cuna de grandes músicos.

«Está es una isla pequeña, pero pueden estar muy contentos de tener personajes musicales tan interesantes. Cuando yo conocí a René Touzet era ya una persona mayor, pero componía temas extraordinarios como La noche de anoche. Era un hombre que amaba la música, para él no existía nada más.

«No tuve la suerte de conocer a Isolina Carrillo, pero a través de los años he conocido la importancia de Dos gardenias, tema que escuché por primera vez en la voz de Antonio Machín. Es un título extraordinario que salió en un disco mío que se llamó Corazón de bolero. Era un álbum doble que contenía al menos 30 sencillos y entre ellos estaba Dos gardenias, uno de los mejores del CD.

Eternamente bolerista

Dyango es un cantante que logra imprimirle un especial tono a sus interpretaciones. No en balde el cantautor Joan Manuel Serrat afirma que es el vocalista de mayor sentimiento. Su trayectoria en el mundo sonoro lo ha llevado a alcanzar 55 discos de oro y 40 de platino a lo largo de su carrera tanto en su país como en Estados Unidos y en otras naciones de América Latina.

Nació en Barcelona, el 5 de marzo de 1940. Era una época difícil, «donde no había modo de alimentar a los hijos». Su padre, músico al fin, lo inscribió el 8 de mayo, «pues cuando me trajeron al mundo, él estaba de gira por Portugal, y Franco ponía multas a los que no inscribieran de inmediato a sus vástagos», afirma.

—¿Por qué insiste en el bolero?

—Porque es nuestra música. Es cubano, mexicano también, y España siempre ha sido receptora de todo lo que viene de América. Soy bolerista por los cuatro costados. Además, lo canto de una manera distinta a como podría cantarlo un cubano, modestia aparte, mejor. Creo que el bolero va a seguir inventándose porque hay compositores fantásticos.

—¿Cómo se ve Dyango?

—Me considero un amante de la música. Escucho la de los demás, la de los grandes y disfruto haciendo la mía. Me apasiona el arte en general porque también soy pintor. En casa no sé poner un clavo. Mi esposa ya no me pide que haga cosas sencillas como cambiar un bombillo, pero igual sabe que soy una persona de música».

La canción es el futuro

Para el compositor de temas conocidos como La radio y Ausencia, es la canción el reto más grande. Asegura que para interpretar alguna debe calarle bien hondo, y eso tiene que ver con la calidad de los textos y el respeto que siente por los autores, por lo que no le gusta violar los arreglos originales.

«Siempre han surgido grandes cantantes», contesta cuando se le interpela sobre si le resulta difícil sobrevivir en el mercado actual.

«En la música siempre ha sucedido que hay alguien que viene después y lo hace mejor. Lo único que hoy, para difundir, para que se enteren todos, hay gran dificultad. La gente no le da tanta importancia a la música. Si la puede bajar de internet o comprarla por dos pesetas en alguna tienda, no tienen problemas. Y el gran inconveniente que entraña es que a la juventud no le hemos enseñado a valorar todo lo que ha sido la música».

El vocalista español le otorga un mérito mayor a la música auténtica y no «maquillada» por fórmulas comerciales y promociones mediáticas.

«Los de mi generación no teníamos Operación Triunfo. Crecimos a pulso, recorriendo los países, con las ganas de llegar a triunfar cantando; y en la televisión y la radio locales, con el disco bajo del brazo, para que nos conocieran.

«Eso que hacíamos nosotros es difícil de superar. Es poco probable que alguien componga como Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina y José Luis Perales, o que canten mejor que Dyango —sonríe—; imposible».

Dyango para rato

«Vengo de España, pero he hecho una gira por Argentina, Chile, Paraguay, Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia y Estados Unidos. Un periplo que todos los años tengo la suerte de hacer, y ahora estoy en esta Isla, y en julio me iré nuevamente a Perú y Bolivia».

«Ahora presento un disco que es fantástico, se llama Por una noche más, que es una canción mía. En este momento hago un álbum de coplas. Está cantado a mi manera, con orquesta de violines y estilo jazzístico. Será el CD 49, y el que haré con Chucho Valdés, el 50».

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