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Lo más sublime para llegar al cielo

El documental Retomando el son aboga por la defensa de las tradiciones  y persigue unir a los principales exponentes del género en Cuba y en el resto del mundo, para que mantenga su vigencia y forme parte de la banda sonora contemporánea de las nuevas generaciones

Autor:

Juan Manuel Montoto Pascual

EN la sala Caracol de la Uneac acaba de tener lugar la premier del documental cubano-venezolano Retomando el son, del realizador, compositor y productor Luis Manuel Llamo Castillo, auspiciado por la Sección de Música. En casi 40 minutos, este reportaje, que se filmó entre 2001 y 2012, indaga sobre la vigencia de este género, sello de auténtica identidad en la Isla.

Adalberto Álvarez, César «Pupy» Pedroso, el Septeto Ignacio Piñeiro, la Aragón, Juan Formell y los Van Van, Yumurí y sus Hermanos, Caribe Girls, El Niño y la Verdad, Alexander Abreu y Havana D’ Primera, y Maykel Blanco y su Salsa Mayor, entre muchos otros, están para desmentir una vez más lo que afirmaba Felipe Pirela en el tema El son se fue de Cuba, quien en su canto aseguraba que ese ritmo tan nuestro había partido de la Isla en 1959. La realidad es que existe una legión de músicos que siguen apostando por su promoción y vigencia.

Retomando el son se suma ahora al extenso currículo de su autor, quien posee una trayectoria de más de 20 años de vida artística, y narra de una forma amena las acciones realizadas en Venezuela y Cuba por su director como parte de un ambicioso proyecto que aboga por la defensa de las raíces y tradiciones soneras, uniendo a estrellas de Cuba y del resto del mundo que las cultivan, con la hermosa finalidad de incentivar a las nuevas generaciones a seguir haciendo suya la buena música cubana con imágenes de ayer y de hoy.

En el audiovisual intervienen importantes intérpretes y musicólogos de Cuba, Venezuela y Puerto Rico, como Radamés Giros Almenares, quien comenta que «ninguna música verdaderamente popular, se va de donde nació», mientras que el destacado tresero Pancho Amat, premio nacional de Música, insiste en que «el son no se quedó entre las cuerdas del Septeto Nacional Ignacio Piñeiro, no; el Septeto está ahí, con aquel sonido, su función es mantener vivas esas raíces, esa esencia de Piñeiro, pero a partir de ahí ha habido una evolución: se fue coloreando, no se murió, es que creció, el son se redimensionó».

El Guardián del Caribe, como también le llaman al rey de la improvisación en la música popular, Cándido Fabré, una de las voces más singulares de Cuba, está convencido de que «la garantía del son es permanente, la garantía del son es perenne, aunque se divulgue un poco más o un poco menos; el son tiene nombre y apellidos, el son tiene identidad, el son tiene calidad, el son está presente y aprovecho para agradecerle a Luis Llamo por defenderlo como lo hace».

Fabré no niega su satisfacción de ver cómo existen muchos en el mundo con deseos de seguir llevando hacia adelante este ritmo musical, «porque conocen que se mantiene vivo, que es pasado, presente y futuro».

Y uno de ellos es Orlando Castillo, «Watussi», venezolano, quien asegura estar muy orgulloso, «aunque no soy cubano de nacimiento me siento de esta tierra, de lo que han hecho, de la historia, y de lo que la historia dirá tarde o temprano de esta pequeña Isla que ha sido gigante en su comportamiento ante el mundo.

«Cuba es ejemplo para nosotros, ejemplo a seguir, ahora que lo estoy viviendo, lo digo con más énfasis: esto no tiene nombre, definitivamente se habla demasiada tontería allá afuera, hay que venir acá para ver lo que está pasando de verdad, yo me siento orgulloso de estar aquí».

«Lo que se está haciendo entre Cuba y Venezuela, de hermanar en primer lugar a los pueblos, no hay mejor forma de conseguirlo, a mi juicio, que a través de la música», toma de nuevo convencido la palabra Radamés Giros en Retomando el son.

El lugar que merece

No escasea el reconocimiento de los artistas nuestros hacia el proyecto que durante años ha liderado Luis Manuel Llamo Castillo, y que tiene su expresión en el mencionado documental. Alguien como Félix Valoy Valdés lo vio como obra que inspirará aún más a los cultivadores de este género, mientras que Ricardo Oropesa Fernández, representante del Septeto Nacional Ignacio Piñeiro, es de la opinión de que, sobre todo, beneficiará a la música cubana, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

Para Rafael Lay, director de la Aragón, resulta muy interesante y necesaria esta idea de Retomando el son, «para seguirlo promocionando como verdaderamente se merece y para que extienda sus valores por todos los lares. Es indiscutible la influencia que ha tenido el son en toda esta área latinoamericana, el surgimiento de la salsa es una muestra de ello».

Uno de los más fieles defensores de la música popular en programas como Un domingo con Rosillo y Alegrías de sobremesa, Eduardo Rosillo, el ya desaparecido insigne locutor de la radio, también dejó su testimonio en Retomando el son:

«Se trata de promover, de popularizar a nivel continental a figuras importantes de la música, no solo cubana, sino también venezolana, de Puerto Rico, del área donde se cultiva con mucha fuerza y con mucha fe. Aplaudo el empeño de Luis Llamo. Estoy seguro de que el documental y el proyecto tendrán un éxito tremendo, sobre todo en nuestro país y Venezuela; es un trabajo que pone de manifiesto que son dos países hermanos».

El periodista y vicepresidente de la Uneac, Pedro de la Hoz, es del criterio de que «la línea de continuidad que se ha dado del son a la salsa, es un movimiento ascendente de una espiral que nos involucra a todos, es una identidad compartida y es algo que verdaderamente nos fortifica y nos hace proyectarnos hacia el futuro, yo creo que el son sigue siendo lo más sublime para llegar al cielo».

Según Jesús «Aguaje» Ramos, exdirector de la afamada agrupación Buena Vista Social Club, no queda otra alternativa que «ponernos fuertes y de nuevo hacer que el son esté en los primeros lugares del mundo, hacer que valga y brille; debemos unirnos para que no se mueran las raíces de la música tradicional, al menos yo me apunto en este proyecto».

Al Caballero del Son no le quedan dudas de que si se logra aglutinar a todas las importantes figuras soneras que existen en diferentes partes del planeta, fundamentalmente en América Latina y el Caribe, este ritmo adquiera el protagonismo que en verdad nos exige. Un proyecto como este que nos ocupa puede darle un soplo de energía a esas raíces que están ahí, puede lograr que el son se difunda en los más diversos espacios. Pienso que Retomando el son puede contribuir a esta causa, y mucha gente lo va a agradecer, porque le gusta, porque lo baila, porque la hace sentirse feliz. Se trata de hacer converger todas las fuerzas y ponerlo en el lugar que merece».

Moisés Valle, más conocido por Yumurí, se siente honrado por saberse parte de Retomando el son, «una propuesta maravillosa del compositor Luis Llamo: todo lo que sea unir es importante en estos tiempos, en este mundo en que vivimos, más si nos referimos a una “confabulación” internacional de grandes soneros, músicos y cantantes que representamos esta música que es identidad de los latinos en general, no solo de los cubanos. Es algo grande en la actualidad defender esta música que es sinónimo de vida.

«Tuve la oportunidad en 2016 de viajar a Venezuela y de participar en un intercambio cultural, lo cual me permitió compartir la tarima con Dimensión Latina y otros importantes grupos venezolanos, me sentí muy honrado por eso. Yo, Moisés Valle, «Yumurí», digo que pueden contar con mi apoyo y colaboración en todo momento, que aquí estoy para guarachear con la música cubana, con el son».

Cándido Fabré, rey de la improvisación en la música popular cubana.

Orlando Castillo, «Watussi», emblemático sonero venezolano.

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