Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La mitad de la vida

Basado en una antigua fábula popular

Autor:

JAPE

A todo mi querido equipo y colaboradores del dedeté

Cuentan que, en cierta ocasión, entre múltiples personas que coincidieron en una renombrada oficina de empleos, había dos jóvenes y un hombre maduro, que entablaron este singular diálogo mientras esperaban ser llamados por la ejecutiva al frente de la agencia:

—¿Ustedes no se cansan de estar el día entero con el telefonito en la mano, sin prestar atención a nada más?, preguntó el hombre maduro, alarmado de verlos durante mucho tiempo en intercambio directo e inalterable con sus teléfonos móviles. Uno, escuchando música, y el otro en un juego virtual de béisbol.

Los jóvenes miraron al hombre y solo se encogieron de hombros. El señor continuó con su diatriba.

—Lo peor que le pudo pasar a la humanidad es el invento de esos telefonitos y de internet… ¡Yo jamás he necesitado ese artefacto! Este es mi teléfono y no necesito nada más, dijo mientras mostraba un antiguo Motorola, del siglo pasado.

«Esto es lo necesario para llamar, enviar o recibir algún que otro mensaje. ¿Para qué más?», agregó. Esos artefactos modernos son una droga, solo valen para embrutecer, fundar hombres inservibles, incapaces de crear nada, de saber nada… El conocimiento será el único que te abrirá todas las puertas, y el conocimiento está aquí, decía mientras se golpeaba con los dedos en la sien. ¡Toda la sabiduría del mundo está en los libros!

Los jóvenes volvieron a mirarlo sin decir palabra, ni dejar de prestar atención a sus teléfonos. El hombre, señalando al joven que escuchaba música, lo requirió:

—¿Qué estás escuchando? ¿Reguetón? Pues de poco te va a servir a la hora de optar por un buen empleo. Seguro que no conoces nada de música. ¿Cuáles son los géneros autóctonos de tu país? ¿Conoces la música universal, los grandes compositores? ¿Quién es Ennio Morricone?

El joven lo miró indiferente y solo se encogió de hombros.

— ¡Claro que no sabes! ¡Es el más grande autor de música para cine de todos los tiempos! Es una pena, hijo mío. Si no sabes nada de la historia de la música has perdido la mitad de tu vida.

Sin perder el aliento el hombre enfiló hacia el otro joven que jugaba en su reluciente Iphone 12 pro max.

—Dime tú: ¿Qué sabes de la historia del deporte? Es evidente que nunca has practicado deporte alguno, y ese jueguito poco te ayudará a la hora de optar por un empleo digno y bien remunerado… ¿Qué sabes de béisbol? ¿Conoces qué equipo es el que más campeonatos nacionales ha ganado en tu país? ¿Sabes quién es George Herman Ruth junior?

El joven ni siquiera levantó la vista de la pantalla donde tenía lugar el encuentro virtual de pelota.

—¡Claro que no sabes! ¡Hablo de Babe Ruth, hijo mío, el más grande pelotero de la historia! ¿Pero, qué se puede esperar? ¡Si no has practicado, ni conoces nada de deporte, has perdido la mitad de tu vida!

En ese mismo instante de la oficina sale una joven que anuncia:

A todos los interesados por las plazas laborales le rogamos que nos disculpen e informamos que la convocatoria se hará por internet, donde podrán encontrar las planillas y toda la información referente. Solo se aceptarán los diez primeros contactos, pues ese es el número de cupos que ofertamos. 

Inmediatamente todo el personal que estaba en el salón de espera tomó su teléfono y comenzó a conectarse. Todos menos el hombre que no paraba de hablar. Solo atinaba a mirar a los demás con cierta mezcla de rabia e impotencia. El joven que antes escuchaba música, lo miró y sin ironía, pero con cierto desparpajo le preguntó:

—¿No tiene cómo acceder a internet? Creo que de poco le va a servir ahora su inmenso conocimiento, si no tiene un buen teléfono. ¡Me parece que ha perdido usted, toda su vida!

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