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Juan Formell cambió el curso de la música

En más de medio siglo de trabajo «Juanito» lo hizo casi todo: canciones (baladas bailables), música para documentales, cine, TV, teatro. Produjo orquestaciones y discos por decenas. A propósito de conmemorarse hoy el aniversario 80 de su natalicio, hablamos de su obra y la dicha de varias generaciones de cubanos que lo tuvieron y lo tendrán en sus vidas

Autor:

Rafael Lam

El Maestro cumpliría este martes 80 años. La impronta de su vida y su obra en el alma de la nación cubana, porque no es solo de la música ni de los bailadores, merecen la evocación perenne.

Juan Formell nació en La Habana el 2 de agosto de 1942, y Cuba celebra con admiración esta fecha del compositor que cambió el curso de la música cubana.

Aunque su padre y su abuelo eran músicos, Juanito nació para  crear su propia historia. Al inicio su padre se resistió a los estudios de su hijo en la música; pero lo que cada individuo trae dentro de su alma, nadie lo puede predecir.

En su camino, además de su padre, tuvo maestros como los integrantes de la Banda de la Policía Nacional Revolucionaria y la del Ejército de Occidente. Generoso Jiménez, Félix Guerrero, Tony Taño, Rey Díaz Calvet, Valdés Arnau, Gonzalo Rubalcaba, Juanito Márquez, Carlos Faxas, las experiencias de Elio Revé. «Todos ellos me dieron bagaje, y yo no dejé escapar nada».

Cuando se sintió libre de todo, comenzó a experimentar con todos los dioses de la música que lo influyeron: Elvis Presley, Bill Haley, el rock and roll, Benny Moré, La Aragón, Arsenio, Matamoros, Piñeiro, Chapottín y toda la década del 50.

Después de terminada la década del 50, el chachachá había cumplido su misión; aparece abruptamente el advenimiento de la «pachanga». Comenzaba una nueva era y Juan Formell era quien estaba destinado a iniciar ese revolucionario y audaz cambio.

En la década del 60 llega la avalancha de Los Beatles y el pop español (shake, go-go, Beat). Eso lleva a Formell a darle un vuelco atrevido a todo lo anterior, y llega a cambiar hasta el tradicional «tiempo fuerte» del compás.

Para algunos —incluyendo a César Pedroso «Pupy»— esa fue una música totalmente atrevida, sorprendente, que dejó a más de uno decepcionado. «Fue un acto temerario que me salió a pedir de boca, al que le tocó, le tocó».

Pero los genios siempre se la arreglan para adaptar sus creaciones con los tiempos. Eso es lo que el teórico Arnold Hauser llama «una rotación» (una vuelta mágica y misteriosa). Eso solo lo pueden hacer los elegidos, como fue el caso del trovador Silvio Rodríguez.

 Unido a su concepto nuevo, Formell tuvo el don de componer como si tuviera un llamado del más allá: Sus composiciones salían a chorro y con mucha gracia en el contenido. Con sus creaciones toca todos los temas de su tiempo. Se convierte en el cronista de la música de su época.

A ello hay que añadir que siempre fue trabajador incansable, como si fuera un jesuita. Parece que estaba comprometido con su tiempo, tenía un llamado y, quería hacerlo todo.

Como Chucho Valdés, no se detuvo en el «figurado», en darse autobombo, en prodigarse hasta el cansancio. Tenía una misión que cumplir y no había tiempo para nada de eso.

En más de medio siglo de trabajo lo hizo casi todo: canciones (baladas bailables), música para documentales, cine, TV, teatro. Produjo orquestaciones y discos por decenas.

En todos estos años colocó una cantidad incontable de éxitos musicales en el Hit Parade, en bailes, fiestas, carnavales. Dieron alegría a millones de
cubanos y muchos miles en el exterior. «He tenido la dicha de entrar en la vida de varias generaciones de cubanos».

 Juan Formell falleció el 1ro. de mayo de 2014, dejó una huella entre todos los seguidores de su arte; llenó de éxito y prestigio la música bailable de su país (alma de la cultura cubana, al decir del profesor Guillermo Rodríguez Rodríguez).

Formell recibió en vida todos los honores que merecía: En Cuba le otorgaron la Orden Félix Varela de Primer Grado (2002), por acuerdo del Consejo de Estado; en el  año 2003 fue acreedor del Premio Nacional de Música, y en marzo de 2010 recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de las Artes.

 Internacionalmente, en 2013 recibió el Premio Womex al Artista 2013. El premio es otorgado desde 1999 a figuras relevantes de la música internacional como reconocimiento a la excelencia musical, la importancia social, el éxito comercial, el impacto político y la trayectoria de dichos proyectos, desglosados en tres categorías: Premio Womex para Artistas, Premio Womex a la Excelencia Profesional y Womex Label Award.

 También la Academia Latina de Grabación decidió reconocer con el Premio Especial a la Excelencia Musical 2013 al compositor y director de orquesta cubano Juan Formell.

 En la ciudad norteamericana de Los Ángeles, la Academia hizo saber que este lauro enaltece «a artistas que han realizado contribuciones creativas de importancia en sus carreras», y en el caso del cubano puntualizó: «Juan Formell es la verdadera definición de un innovador de la música».

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