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Lo mío es la investigación

Liset López Francisco es una de las compiladoras del libro Pienso, luego investigo. (In)Experiencias y motivaciones de jóvenes cubanos, presentado al calor del 4to. Congreso de la Asociación Hermanos Saíz

Autor:

Lisandra Gómez Guerra

SANCTI SPÍRITUS.— La boleta en blanco en las manos. La incertidumbre propia de los 17 años. Tras mucho pensar, selecciona Licenciatura en Sociología. De obtenerla «sabré de qué se trata», se dijo, como si se diera una palmadita de ánimo. Marcó así Liset López Francisco más que un papel, su propio destino.

«Solo tenía claro que no quería estudiar ninguna de las carreras de ciencias exactas y sí ir para la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV), en Villa Clara».

Egresada del Instituto Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) Eusebio Olivera, de Sancti Spíritus, hizo las maletas y durante cinco años viajó entre libros y proyectos investigativos junto a su hermana gemela.

«En la universidad descubrí un universo completamente diferente. Los profesores supieron inculcarme el amor hacia la carrera, y eso poco a poco me permitió entender el mundo desde una perspectiva diferente. Fue interesante conocer especificidades como la sociología de la salud, de género, de la educación… Cuando terminé el quinto año estaba convencida de que era mi camino porque llegó a enamorarme».

De vuelta a la Ciudad del Yayabo, a la joven, que físicamente poco ha cambiado, quizá por su complexión delgada, la recibieron en el Centro de Superación para la Cultura. No imaginó entonces cuántas alegrías le depararía su estancia en ese local de pequeños salones.

«Cuando una imparte clases, es más lo que aprende que lo que aporta. Por eso guardo ese período con mucho cariño. En 2013 voy a la República Bolivariana de Venezuela como parte de la Misión Cultura Corazón Adentro. Me ubican en el estado de Zulia, totalmente opositor. Tengo experiencias únicas de esa estancia, por lo enriquecedor del trabajo y, en el plano personal, de mucho crecimiento».

El tiempo transcurrió rápido. Liset López Francisco regresó a casa, donde colgó el título de Máster en Historia de la formación nacional y el pensamiento cubano.

«Empiezo a trabajar en la Dirección Provincial de Joven club y pienso cómo hacer para mantener mis vínculos con el sector cultural. Ahí es cuando aparece en mi horizonte la Asociación Hermanos Saíz (AHS). Siempre digo que llegó en el momento exacto. Sabía que existía, pero la relacionaba solo con las manifestaciones artísticas. Una amiga me comenta que para los investigadores había cobija. Presento el expediente e ingreso en 2018 a la sección de crítica e investigación, la cual lidero un tiempo después y luego funjo como vicepresidenta de la filial espirituana».

Al unísono, varias investigaciones hacen crecer su portafolio personal: una sobre las necesidades y anhelos de los espirituanos en vísperas del aniversario 500 de la cuarta villa de Cuba; otra sobre la percepción que tenían los ciudadanos de la añeja urbe sobre las instituciones culturales del territorio y, una de las últimas, sobre los hábitos de lectura.

Todas le han robado muchas horas de sueño: «En ese último estudio estuvimos concentrados durante dos años y fuimos a todos los municipios del territorio. Obtuvimos una panorámica bastante completa de los textos —físicos y digitales— que leían los espirituanos. Tuvimos el reconocimiento del Observatorio Cubano del Libro y la Literatura, ya que uno de sus anhelos es lograr algo así en el resto de las provincias. Hoy esperamos por que salgan a la luz esos resultados por la Editorial Samuel Feijóo, de la UCLV.

«Esa experiencia hizo que la Directora del Museo de arte colonial me pidiera encauzar una investigación que les permitiera hacer un montaje museológico más parecido al Sancti Spíritus actual y a la vez ajustado al escenario internacional. Tengo la alegría de que con ese estudio recibimos recientemente el Premio de la Ciudad».

Entre tantos orgullos, Liset jamás olvida que mereció en 2022 la categoría de Investigador agregado del Ministerio de Cultura. «Me satisface porque definitivamente lo mío es la investigación. Cuando te lo otorgan confirmas que has avanzado. Aún queda mucho por hacer. Fíjate si es algo con un alto valor personal que a diferencia del resto de las categorías científicas, como las existentes en la Educación Superior, esta no se paga».

Esa satisfacción y pasión por el estudio fueron impulsoras de la creación del grupo de WhatsApp Comunidad científica, jóvenes investigadores… con la presencia de residentes en todo el país y cubanos anclados en el exterior por cursar estudios en otras naciones.

«En 2019, la AHS retoma el evento Pensamos Cuba, con la asistencia de todos los jefes de sección del país y coordinadores de espacios de debates y crítica. Al llegar a Sancti Spíritus reflexionamos en hacer un espacio para visibilizar nuestros resultados. No es menor cierto que dentro de la organización somos los de menor presencia y menor reconocimiento mediático.

«Hicimos el espacio teórico del evento de arte callejero Lunas de invierno, el más importante de nuestra filial. Pero llegó la COVID-19 y nos movimos al escenario digital. En nuestro grupo logramos que mensualmente se impartiera una acción de superación, gracias a profesores de importantes nichos académicos como el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello y las universidades de La Habana y Central de Las Villas.

«Entre las inquietudes detectadas en ese grupo están las escasas vías para publicar investigaciones. Entonces, presentamos la convocatoria del libro Pienso, luego investigo. (In)Experiencias y motivaciones de jóvenes cubanos. Para nuestra alegría, la editorial Aldabó, de la AHS en Matanzas, asumió el reto de sacarlo a la luz».

El 4to. Congreso de la organización de la joven vanguardia artística fue el escenario perfecto para la presentación del título, en el que Liset López funge como compiladora, junto a Anette María Jiménez. «Muestra las investigaciones más recientes de jóvenes cubanos, pues algunos son asociados. Hay una mirada crítica y plural a diferentes fenómenos y procesos de nuestra actualidad.

«Agrupados en cuatro grandes temas, se puede leer sobre la gestión cultural, los desafíos demográficos del país, la comunicación vinculada con las artes, los retos del trabajo informal, la ley de memoria histórica, la cohesión social y el papel de los expertos en el diseño de las políticas públicas, entre otros.

«Después de la presentación del texto se nos acercaron algunos jóvenes interesados en tener un espacio en este tipo de compilaciones, por tanto, desde ya estamos pensando preparar una próxima convocatoria, que se dará a conocer en la 5ta. edición del evento Comunidad científica, en diciembre venidero, durante las Lunas de invierno de la AHS en Sancti Spíritus».

—Después de tantos regocijos, ¿qué te llevas de la AHS?

—De la AHS nunca me voy a ir, porque es un espacio que me ha dado muchas satisfacciones, me ha permitido soñar y concretar proyectos. Me ha dado muchos aprendizajes, amistades especiales de toda Cuba y la posibilidad de ser visible, aunque sé que debí ser más atrevida. Por eso, siempre que veo a un joven le hablo de ella para que se acerque por sus múltiples oportunidades. La AHS no nos pide mucho a cambio: nuestra misión es que la Asociación no pierda legitimidad.

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