El boniato es originario de América Central y del Sur Autor: Adán Iglesias Publicado: 26/07/2025 | 09:11 pm
No, no se ha confundido. Ha leído bien: hoy hablaremos del boniato o si prefiere: ¡El boniato! Sí, con signos de admiración porque este tubérculo de origen americano ha alcanzado en nuestra dieta (y la de nuestros animales domésticos) un espacio preponderante.
Quizá por ello su precio ha llegado a cifras que sin exagerar pueden superar los cien pesos la libra, cuando en realidad siempre fue una comida de poca valía. Como dicen nuestros abuelos: «El boniato es pa’ los puercos y los perros». Sin embargo, al parecer, ha llegado la hora de la reivindicación del boniato.
Para mí el boniato tiene aristas familiares y de una alta carga sentimental. Forma parte indisoluble de mi infancia, cuando visitaba la casa de mis abuelos, tíos y primos, allá por los remates de Guane, en la provincia de Pinar del Río. Mi abuelo, cada mañana atizaba el fuego en el patio, y en un bullón de hierro
ponía a hervir medio saco de boniato, mientras que mi abuela ponía a ablandar, sobre la hornilla de carbón, una cazuela de frijoles negros. Día tras días se cumplía ese ritual. Todo el que pasaba por la casa y quería desayunar, merendar, almorzar, o comer, al
menos tenía a su disposición un poco de frijoles y un boniato hervido, aunque hubiera algo más en el menú del día. Era como símbolo de bienvenida y, sobre todo, de compartir con el prójimo. Podía decirse que se trataba del boniato de la paz.
Al final del día, y porque no había luz eléctrica, ni refrigeración, el boniato y los frijoles que sobraban, se ligaban con la leche cortada, un poco de agua y servían de cena al lechón en ceba de turno. Aunque hablé de boniato, frijoles, leche y lechón… mi familia en el campo, como le llamábamos, era y es, de escasos recursos, para no decir pobres, pues pudieran malinterpretar mis palabras.
Lo cierto es que el boniato desempeñó un papel importante en el desarrollo familiar, y sin dudas ha vuelto a los planos estelares, pero con mayor «valor específico».
El boniato no era solo un alimento de baja catadura. También se usaba para hacer comparaciones, dada su fácil cosecha. Para decir que alguien estaba fuera de control, o por «malos pasos» decían: ¡ese muchacho (o muchacha) está rega’o como bejuco’e boniato!
Pero siempre me gusta hablar con una base científica y es por eso que he traído a ustedes una de las más antiguas recetas precolombinas existentes en la actualidad.
El boniato es originario de América Central y del Sur. Y recientemente fue encontrado en escrituras, que podrían ser de origen Mayas, Aztecas o Incas, las instrucciones de cómo cocer una de las más auténticas y deliciosas comidas de los pobladores de estas tierras antes de la llegada del Hernán Cortés.
Paso a paso ha sido traducida la que para muchos consiste en el popular plato de la cocina gourmet, Batata’s Faisán. No olvidar que el boniato, también, es conocido como Ipomoea batatas, camote o papa dulce, entre otros calificativos regionales.
La receta en cuestión dice así: Seleccionar entre diez y 15 batatas de tamaño mediano. Lavar con agua fresca en río cercano. Cortar en lonjas y poner en asado suave sobre hojas de maíz en amplia tortera de barro a fuego mediano. En otra tortera colocar ave faisán previamente descuartizada y embadurnada en yerbas aromáticas y licor. Cuando faisán tomar color rojizo suave, tapar con batatas asadas. Mantener suave cocción por 15 minutos a 35 grados equivalente al calor de la luz solar del mediodía. Destapar lentamente la tortera, dejar que se refresque por unos minutos, botar las batatas y disfrutar del delicioso faisán.
Taller de verano: dedeté en el barrio
Todos los miércoles de agosto, a partir de las dos de la tarde, se impartirá un taller práctico apreciativo sobre el humor gráfico en nuestra sede de Juventud Rebelde. Los requisitos indispensables son tener ganas de conocer un poco más sobre este género y tener paciencia para estar dos horas participando. Desde media hora antes se podrá registrar en nuestra matrícula para al final del curso recibir un certificado junto a su caricatura personal. Niñas y niños que deseen participar deberán ir acompañados de algún familiar adulto. El lugar: ¡Nuestra nueva sede! Calle San Pedro, entre Ermita y Avenida de Independencia, Plaza de la Revolución, La Habana.