Juan Padrón fue un hombre que vivió orgulloso de ser cubano. Autor: Cubadebate Publicado: 16/08/2025 | 09:06 pm
Ya se cumplieron 55 años de aquella vez primera en que el querido pillo manigüero cabalgara por las páginas de la revista Pionero anunciando la historieta Elpidio Valdés contra Gun Market. Ese día, y para siempre, Juan Padrón nos regaló un héroe que —con astucia, carisma y valentía—, no solo ha conectado con miles de cubanos, sino que, de una serie de dibujos para contarnos una historia, devino un personaje de gran popularidad, un ícono de nuestra animación y parte esencial de nuestra cultura.
Elpidio Valdés. Ese nombre llegó —y se ganó un espacio de privilegio— para quedarse en el imaginario popular de varias generaciones de cubanos, desde niños y adolescentes hasta adultos; y también más allá de las fronteras nacionales, porque fue universal. Pero, la obra de Juan Padrón es inmensa. Hablamos del caricaturista, ilustrador, historietista y guionista, quien, además, es considerado uno de los más destacados animadores cinematográficos cubanos. De los imprescindibles al hablar del humor y del periodismo gráfico y, ende, de la comunicación.
Aramis Acosta Caunilau. Foto: Tomada de la Jiribilla.
Por esas razones, más que suficientes, De historietas y animaciones: la vida de Juan Padrón, un libro de la autoría del productor y profesor Aramis Acosta Caunilau, presentado en la última Feria Internacional del Libro de La Habana 2025, resultó un merecido ejercicio de reconocimiento y tributo a la vida y la obra del «padre» de Elpidio Valdés, y a la vez un compromiso entrañable para Aramis, quien tejió con Juan una relación muy hermosa. Y con este texto nos permite vivir de cerca historias, enseñanzas y proyecciones, y ser parte del proceso creativo de su mundo intelectual y cultural.
«Durante más de 40 años trabajé en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), codo a codo con Padroncito. Juntos enfrentamos la producción de sus filmes, y construimos así una amistad que ha durado siempre. Conocí de cerca a ese artista enorme que me prestaba sus libros y me enseñaba todo lo relacionado con el mundo del dibujo animado. Fueron años de constante aprendizaje e intercambio», cuenta a Juventud Rebelde Acosta Caunilau, también Doctor en Arte por la Universidad Politécnica de Valencia, España, y Doctor Honoris Causa por la Universidad Anglo Hispano Mexicana de Puebla, México.
Y sigue detallando: «Fue un hombre muy culto y un investigador profundo del tema y los escenarios que quería desarrollar en sus películas e historietas. Su humor era contagioso y el amor a su familia evidente. Crear un equipo de trabajo bien cohesionado era su máxima aspiración y mi mayor enseñanza. Cada día tengo presente todos los consejos que me dio sobre el modo de hacer películas de la manera más divertida posible».
—De historietas y animaciones: la vida de Juan Padrón atrapa desde la portada. ¿Cómo surge la idea de este libro? ¿Quién lo motivó y por qué?
—Han sido muchas las personas que me han dicho que cuando miran esa portada del libro diseñada por el pintor, dibujante y amigo Reinerio Tamayo, enseguida les dan deseos de tenerlo. Es muy colorida, simpática y sintetiza con los personajes, el mundo creativo de Juan Padrón. Con todo el entusiasmo del mundo y en tiempo récord, Tamayo aceptó la propuesta de ilustrar tan importante espacio, que constituye el primer acercamiento con el lector.
«La Universidad Politécnica de Valencia en España y su catedrática Carmen LLoret me ofrecen hacer un doctorado sobre cine con todo el apoyo de esa institución de altos estudios. Uno de los capítulos de mi tesis trata sobre las estrategias comunicacionales de la obra padroniana. Al graduarme como Doctor en Arte y regresar a Cuba, se me acerca Luciano Castillo, actual director de la Cinemateca, para plantearme la idea de desarrollar aún más ese capítulo y convertirlo en un libro sobre Juan Padrón. Confieso que me llevé tremendo susto. Nunca antes había escrito un libro como el que me estaban proponiendo.
«Tuve todo el apoyo de Luciano, quien con su experiencia y paciencia infinita me dio las herramientas necesarias para encauzar el contenido y lograr coherencia narrativa. Sin sus consejos no hubiese sido posible llegar a buen fin. Luciano ha sido el primero en motivarme para escribir el libro».
—El texto comienza con el nacimiento y termina con la muerte de Juan Padrón. Es un recorrido cronológico en la vida de uno de los más grandes artistas que ha dado este país…
—Mis años de trabajo a su lado me ha permitido insertar en ese camino anécdotas, procesos productivos, nombres de artistas que trabajaron en sus filmes y un análisis crítico de toda su obra. He escrito mis vivencias cotidianas y he querido hacerlo como si dialogara con el lector. Les muestro quién es Juan, cuáles fueron sus sueños y sus desvelos, en qué entorno familiar vivió su infancia y su juventud, su esposa y sus hijos, sus viajes y reconocimientos. Tantos años de trabajar a su lado me permitió conservar en mi memoria y en mis archivos personales la historia de su vida y sus mayores disgustos. La preocupación constante de no saber qué rumbo tomaría el cine de animación en los próximos años.
—Entonces, ¿qué puede descubrir el lector en este texto?
—En este libro el lector descubrirá el largo camino de un niño por cumplir sus sueños y muchas de las trabas encontradas. Incomprensiones y éxitos rotundos están en estas páginas. De cada filme he escrito las frases simpáticas que se han incorporado al refranero popular y también algunos pequeños detalles que escapan de la vista del público, pero que por diferentes motivos no fueron corregidas en su debido tiempo.
«Está en un anexo toda la filmografía de Juan con los cientos de premios recibidos en eventos nacionales e internacionales, así como las publicaciones que hizo para editoras cubanas y foráneas. Es un libro que contiene artículos y entrevistas de y sobre Juan Padrón, y para cerrar he hecho una transcripción de la última entrevista que dio en vida en el año 2020. Quien quiera conocer de cerca al padre de Elpidio Valdés, este libro puede servirle de mucho».
—En su investigación usted alterna entre lo académico y la propia vida personal, de Juan Padrón, lo que convierte al texto en un aporte decisivo a la biografía sobre el cine cubano. ¿Por qué utiliza esa estructura?
—Este no es un libro para minorías especializadas. Mi objetivo fundamental siempre ha sido hablar sobre Juan, compartir con el lector el privilegio que yo tuve de conversar con él y disfrutar su sello de «cubano cubanísimo». Se podrán imaginar que no solo tocábamos el tema del cine. Su risa y el chiste de doble sentido, la lasca que sacaba de las situaciones más absurdas, el sentido de lealtad a los suyos y a sus principios, determinaron que lo que yo fuera a escribir de su vida y obra tenía que llegar a todo tipo de público. El lector debía entender fácilmente lo que yo quería expresar sobre mi amigo Juan.
«Por supuesto, que hay momentos en que prima una redacción un poco más rebuscada y con el empleo de cierta terminología técnica específica del cine de animación, pero confieso que está escrito para que resulte digerible. Me propuse conversar con el lector y que todo girase sobre la figura de Juan. Son muchas las personas que me han dicho que se han leído el libro de un tirón y que han disfrutado grandemente su contenido. El mundo académico, con todo lo que de específico contiene, se mezcla con lo anecdótico y coloquial a modo de conversación entre amigos».
—Cuando han pasado ya varios meses de que esta obra se presentara en la Feria Internacional del Libro de La Habana 2025. ¿Qué recuerdos movilizan a Aramis?
—Lo primero que me viene a la mente fue la presentación del libro, en la Sala Taganana del Hotel Nacional, el 9 de diciembre de 2024 durante el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana. Inicialmente se había pensado presentarlo en un espacio más cerrado entre colegas y artistas del gremio y, para ello, Mercy Ruíz, directora de Ediciones Icaic, con su equipo de especialistas y colaboradores había organizado spots, venta, palabras iniciales y un conversatorio entre amigos.
«Un buen día Alexis Triana, presidente del Icaic, anuncia que el lanzamiento sería en el Hotel Nacional con una tirada de 300 ejemplares y que había que promocionar ese encuentro por todos los medios posibles. La venta se agotó de inmediato. La sala repleta pedía tener mi libro, me dolía la mano de firmar tantos ejemplares y estaba muy feliz. Desde ese día hasta hoy el libro se ha presentado en más de 15 espacios culturales incluyendo la Feria Internacional del Libro de La Habana 2025.
«En todo su recorrido por ciudades y provincias he dejado al menos un ejemplar para que forme parte del tesauro de las bibliotecas municipales y escolares para que el pueblo interesado tenga la posibilidad de leerlo ya que los ejemplares están agotados a la venta. Visité todas las provincias a las que fui invitado a presentar el libro donde fui recibido con mucho calor humano y largas charlas con el público conocedor de la obra de Padrón y deseosos de tener su libro en mano. Para mí, que nunca antes había escrito un libro de esta envergadura, ha sido una experiencia inolvidable, realmente solidaria, que me ha demostrado una vez más que el nombre y la figura de Juan Padrón forma parte del pueblo cubano al que dedicó su fecunda obra artística».
—¿Cómo definiría a Juan Padrón? ¿Cómo calificaría su obra?
—Desde que lo conocí me di cuenta de que tenía delante a un gigante del humor y la comunicación visual, pero Juan no se lo creía. Jamás pensó que su arte había llegado a alcanzar los niveles más altos de aceptación entre público y crítica especializada. Ser un consagrado no formaba parte de su pensamiento ni su realidad. La modestia y la sencillez lo identificaron siempre.
«Sin embargo, todos los que convivimos con él, los que han estudiado su legado cultural, los amigos cercanos, colegas y familiares, sabemos que Juan Padrón fue un genio de la narración expresada en imágenes y un maestro del humor y las ideas. Un hombre que vivió orgulloso de ser cubano y que asumió como nadie el reto de hacer reír de la manera más seria. De lo que sí vivió convencido fue del amor tan grande que recibió de los niños, a quienes les dedicó su obra toda. Como dijo su hermano Ernesto: Juan Padrón es un genio apropiado por el pueblo».
—¿En qué otros proyectos podemos encontrar ahora a Aramis?
—Ahora mismo no tengo planificado escribir otro libro. Tendría que pensarlo muy bien (Sonríe) Sigo vinculado como Productor a mi querido Icaic en los Estudios de Animación, y desde hace ya algunos años me he dedicado a organizar, asesorar y realizar cortometrajes animados con grupos independientes de toda Cuba. Con el apoyo de Esther Hirzel, la directora de Animados Icaic, hemos decidido (desde el año 2021 hasta la fecha) destinar financiamientos a proyectos presentados por estos grupos que existen en el país con muchos deseos de comunicarse artísticamente a través del mundo animado y que, por diversas razones de índole financiera, tecnológica y material, no lo habían podido hacer.
«Cuando conocen los objetivos de nuestro empeño, estos grupos independientes de inmediato deciden coproducir con Animados Icaic. Y analizamos juntos sus guiones y diseños, intercambiamos sobre la mejor manera de producir, se les imprimen los afiches de sus obras y desde la institución sus películas comienzan a presentarse en festivales y muestras.
«Hay grupos trabajando directamente con niños de Primaria, quienes aprenden a hacer sus propias películas participan del diseño de los personajes, los escenarios, ponen sus voces y sus canciones, aprenden a animar y disfrutan de la proyección de sus cortometrajes junto a amigos, profesores y familiares. Este es un trabajo realmente muy agradecido que ha recibido el invaluable apoyo de la Federación de Cine Clubes de Cuba.
«Otros deciden hacer historias para adultos donde la realidad cubana y la fantasía se mezclan con finales sorprendentes. Se usa todo tipo de técnica, desde la animación 2D y la 3D hasta el stop motion o una mezcla de todas ellas. Hasta la fecha hemos logrado terminar 65 cortometrajes de animación y algunos de ellos ya han recibido premios en eventos nacionales y otros han representado al Icaic en festivales internacionales».
—Alguien escribió que usted era «un incansable promotor de la nueva generación de artistas del animado cubano»…
—Soy un hombre de acción y resultados. Creo profundamente en la importancia de transmitir el conocimiento del cine de animación y sus maneras de hacer desde edades muy tempranas. Es una manera de lograr la alfabetización audiovisual y un especio de esparcimiento del niño y el adolescente frente al impacto violento que reciben diariamente por los diferentes medios. Al que escribió que era un incansable promotor de la nueva generación de artistas del animado cubano, tengo que darle la razón.