Caturla entre canciones y danzas Autor: Juventud Rebelde Publicado: 09/09/2025 | 08:12 pm
EN el panorama cultural cubano, donde la memoria y la innovación se entrelazan, irrumpe con fuerza el disco Caturla entre canciones y danzas, un proyecto que trasciende lo meramente musical para convertirse en un acto de reivindicación histórica. La soprano Ivette Betancourt y la pianista Mayté Aboy asumen con maestría la tarea de revivir el legado de Alejandro García Caturla, uno de los pilares de la vanguardia musical cubana del siglo XX. Este fonograma revela obras inéditas del compositor remediano, asimismo, reafirma su vigencia en el contexto artístico actual.
Alejandro García Caturla, junto a Amadeo Roldán, representó un punto de quiebre en la música cubana. Su obra fusionó los ritmos y sonoridades afrocubanas con las técnicas más avanzadas de la vanguardia europea, como el impresionismo, el expresionismo y el dodecafonismo. Este disco captura esa esencia dual:
desde la intimidad de canciones como Como te amaba mi corazón, que evoca la trova tradicional, hasta la energía arrolladora de piezas como Sangría o Juego Santo, donde lo africano se impone con fuerza. Caturla creó un lenguaje propio que desafió los códigos tonales de su época y enriqueció el patrimonio cultural de la Isla.
Un dúo que trasciende la interpretación
Ivette Betancourt y Mayté Aboy no se limitan a ejecutar las obras; las recrean con una profundidad que revela años de investigación y compromiso artístico. Betancourt, con una voz llena de matices, navega entre lo lírico y lo dramático, imprimiendo a cada canción el color y la expresividad que demandan los textos. Su dicción impecable y su capacidad para transmitir emociones contrastantes —desde la ternura hasta la crudeza— convierten cada pieza en un relato sonoro.
Por su parte, Mayté Aboy redefine el rol del piano, y lo eleva de acompañante a coprotagonista. En las danzas para piano solo, su interpretación evoca la influencia de Cervantes, pero con un lenguaje contemporáneo que honra la visión innovadora de Caturla. El pianismo de Aboy es un despliegue de virtuosismo y sensibilidad, donde cada nota respira dentro de un marco tímbrico y armónico revolucionario.
Un viaje emocional e intelectual
El repertorio, organizado con inteligencia, guía al oyente por un recorrido que va de lo tradicional a lo experimental. Este diseño no es casual: refleja la evolución del estilo caturliano y su diálogo constante entre raíces y modernidad. Canciones como Y si él volviera un día o Serenata muestran cómo Caturla jugaba con las disonancias y los contrastes para subvertir el significado de los textos, creando una tensión poético-musical única.
Caturla entre canciones y danzas rescata del olvido la obra de un genio y la pone en diálogo con las nuevas generaciones. Betancourt y Aboy interpretan y, además, reconstruyen un legado que interroga nuestra identidad y nos recuerda la importancia de preservar la memoria cultural.
Este fonograma es un regalo indispensable para quienes creen en el poder transformador del arte. Ivette Betancourt y Mayté Aboy, con rigor y pasión, demuestran que la música de Caturla sigue viva, desafiando el tiempo y el olvido. Su trabajo es un llamado a la reflexión, a la escucha atenta y al disfrute de una obra que, como bien señala la musicóloga Iliana Z. García García, sintetiza tradición y modernidad con una coherencia admirable.
Caturla entre canciones y danzas es un disco que, sin duda, ocupará un lugar destacado en la discografía cubana y en el corazón de quienes saben apreciar la grandeza de la música hecha con alma.