Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Acoso digital

Cada día me chatea alguna supermodelo, dejo que me tome el pelo y escriba que me desea

Autor:

Juventud Rebelde



Cada día me chatea

alguna supermodelo,

dejo que me tome el pelo

y escriba que me desea.

Reconozco que hackea

«a la cara», sé en qué anda,

finjo cumplir su demanda

de atención, pero, ipso facto,

le escribe a cada contacto

mío y screenshots les manda.

 

Antier, el falso perfil,

me juró estar sola, plena,

muy caliente, en cuarentena

y desde el hotel Deauville.

Me hablaba en modo pueril

de morbosas teorías

y me invitó, por mil vías 

a que fuese al sitio aquel,

incluso cuando el hotel

no alquila a nadie estos días.

 

Anteayer, 15 de abril,

casi detrás del saludo:

«Mándame fotos desnudo»,

me escribió el falso perfil. 

Tono jovial, juvenil,

ligero, como se espera.

Dijo que su sueño era

«una experiencia cubana».

Dijo que era mexicana

y música, “metalera”.

 

Su fórmula es indiscreta:

me contacta de una vez

y se hace amiga después 

de todo el que me etiqueta.

Se propaga cual saeta,

cual bacteria mercenaria.

Se me declara adversaria

si no soy «su amor hermoso».

Luego se cree, tras su acoso,

justiciera solitaria.

 

Qué retorcida entrevista:

me pide el miembro viril

una foto de perfil

con el logo feminista.

¿Kafkiano protagonista

soy de una robot que usa

mi bondad y luego abusa?

Siempre que me llama Amor

luego me dice traidor.

Yo nunca sé quién me acusa.

 

Todos los días recibo

solicitud de amistad

de una insólita «beldad»,

y a veces respondo, escribo.

Todos los días archivo

ese puntual bombardeo.

Palabras cuyo deseo 

no me acabo de creer.

¿Qué he hecho para merecer

esto?, pregunto y bloqueo.

 

Y yo con tan buenos tratos

echando verbos al juego.

Y ella todo mimo y fuego.

Y yo gastando mis datos.

Y ella los quiere mulatos

para un show interracial.

Me aburren. Siempre es igual.

Me encuentro desde anteayer

a punto de padecer

fotofobia digital.

 

Primero fue una italiana

de virginal juventud.

Qué inverosimilitud.

Antier se hizo mexicana.

Pero hoy mismo es colombiana.

¿Cómo logro que no vuelva

a comentarme y revuelva

con sus post el «qué dirán»?

Mark Zuckerberg, brother, man,

controla más esta selva.

 

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