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Thiago, el hombre que toca el cielo

Estuvo a punto de decidirse por el baloncesto, pero el voleibol lo terminó envolviendo

Autor:

Javier Rodríguez Perera

 

Asunción.— Thiago Suárez es una torre humana. Altísimo como él solo. Entrevistarlo es muy agotador. Dolores en el cuello y en el brazo izquierdo, que sujeta la grabadora durante cinco minutos. Mide dos metros y 15 centímetros. Es el deportista de mayor estatura al que le he tomado declaraciones. Luce gafas juveniles, guarda sus enormes manos en los bolsillos de su pantalón, habla suelto, parece ser extrovertido y remata cada pregunta con la misma rapidez que remata un balón en un juego de voleibol. 

Conversamos. Los minutos pasan. Yo con la cabeza hacia arriba, él con su cabeza hacia abajo. Cuenta con 20 años y es un jugador con perspectivas gigantes, nunca mejor dicho, en la selección nacional de voleibol. Es central. Hace no mucho tuvo algunos minutos en la Liga de Naciones, el torneo de más nivel que ha jugado.

Además de ser una experiencia súper linda, como lo resumen sus palabras, esa era una de las oportunidades que el pinareño esperaba pacientemente. Menciona a Marlon Yant y a Miguel Ángel López. Ansiaba coincidir con ellos en el equipo cubano de mayores, le dice a Juventud Rebelde.

Hoy Suárez es uno de los voleibolistas que más impresiona del plantel antillano en los Juegos Panamericanos Júnior de Asunción. Su selección está ubicada en la llave de más rigor, con Argentina, República Dominicana y Brasil.

En la temporada de 2023 sus prestaciones fueron reclamadas por el club SCM Zalau, de la primera división de Rumanía. Todavía está vinculado a la disciplina de esa institución y es su jugador más alto. 

Thiago, si lo dejan, aceleraría el tiempo con tal de verse en un Campeonato Mundial absoluto y en unos Juegos Olímpicos. Parecen ser esas sus dos aspiraciones mayúsculas en cuanto a la selección nacional.

«Siempre han existido los críticos, los haters en redes sociales. Eso hay que cogerlo con la mayor calma posible. Muchas veces son críticas infundadas. No conocen lo que uno pasa en los entrenamientos o durante un partido. Leo todos los comentarios, pero me quedo con los que me ayudan a ser un mejor jugador», asegura el hermano de Yandilier Suárez, exmiembro de equipos de Pinar del Río en la Liga Superior de Baloncesto. 

Thiago, casi al final, sonríe. Me dice que esa es la típica pregunta que a él le hacen, con un hermano basquetbolista y una estatura perfecta para ser pívot. Estuvo a punto de decidirse por el baloncesto, pero el voleibol lo terminó envolviendo.

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