Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Dudas del idioma

Respuestas a las preguntas

palabras claves: género, interrogante

C.Rosa preguntó:

El Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE (2005) sugiere que, cuando la voz interrogante significa pregunta y cuestión dudosa, se admite su uso en ambos géneros, aunque en el nivel culto es predominante el masculino: ej. Tita sabía muy bien que todos estos interrogantes tenían que pasar [...] a formar parte del archivo de preguntas sin respuesta; No dudo que para todas las interrogantes que anteceden hay respuestas.

Mientras que, cuando significa signo de puntuación que señala la modalidad interrogativa de un enunciado, es siempre masculino. Así aparece recogida en el Diccionario de la lengua española (2001):

interrogante. 1. adj. Que interroga.// 2. m. interrogación (‖ signo) . // 3. ambiguo. Pregunta. // 4. ambiguo. Problema no aclarado, cuestión dudosa. (Depto. Lingüística, ILL)

palabras claves: él azúcar, la azúcar, género

Orlando Olano Guevara preguntó:

La voz azúcar es un sustantivo con género ambiguo, puede decirse la azúcar o el azúcar, aunque se usa generalmente en masculino: azúcar refinado, azúcar moreno. Además, señala el Diccionario panhispánico de dudas (2005) que este sustantivo tiene la particularidad de admitir su uso con la forma el del artículo y un adjetivo en forma femenina a pesar de no comenzar por /a/ tónica: ej. Se ponen en una cazuela la leche y el azúcar blanca.

Se trata de un resto del antiguo uso de la forma el del artículo entre nombres femeninos que comenzaban por vocal, tanto átona como tónica, algo que era normal en el español medieval.

Otros sustantivos como alma, agua, hambre son femeninos pero, señala el Diccionario de panhispánico de dudas (2005) que al comenzar por /a/ tónica, exigen el uso de la forma el del artículo si entre ambos elementos no se interpone otra palabra. (Depto. Lingüística, ILL)

palabras claves: género, el calor, la calor

Jesus preguntó:

La palabra calor es masculina aunque se utiliza también en género femenino. Al respecto señala el Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE (2005):

calor. 'Sensación que se experimenta ante una temperatura elevada' y 'propiedad del ambiente y de determinados cuerpos de producir dicha sensación'. Es voz masculina en la lengua general culta: ej. A esa hora el calor lo pone a uno medio zonzo.

Su uso en femenino, normal en el español medieval y clásico, puede aparecer también en textos literarios, con finalidad arcaizante.

En nuestro país es muy común el uso de la forma femenina (la calor) en la zona oriental, lo cual no se considera un error, sino una marca regional que la distingue del resto del territorio. (Depto. Lingüística, ILL)

palabras claves: género, lente, la lente, el lente

Fabrizio preguntó:

La voz lente se usa tanto en femenino como en masculino: la lente, el lente. Al respecto señala el Diccionario Panhispánico de Dudas (2005): Es válido su uso en ambos géneros en cualquiera de sus acepciones, aunque las preferencias son distintas según las zonas; así, cuando significa 'pieza transparente que se emplea en instrumentos ópticos', en España se usa en femenino, mientras que en América alternan ambos géneros, con cierta preferencia por el masculino: «La distancia entre el foco y el centro óptico de la lente se llama distancia focal» (Portillo Energía [Esp. 1985]); «Se acerca al intruso camarógrafo e intenta tapar el lente de la cámara» (Alberto Eternidad [Cuba 1992]).

Lo mismo cabe decir de la expresión lente de contacto, femenina en España y frecuentemente masculina en América. Cuando significa 'juego de dos lentes con armadura para corregir defectos de visión', se usa en plural y normalmente en masculino en todo el ámbito hispánico: «Se quitó la barba postiza y los lentes ahumados» (Mendoza Ciudad [Esp. 1986]). Con este último sentido hay algún ejemplo esporádico de femenino en España: «Buscó las lentes en el bolso, se lamentó de lo poco que veía ya» (Delgado Mirada [Esp. 1995]). (Depto. Lingüística, ILL)

palabras claves: presidenta, presidente, género

María del C Martínez preguntó:

Es correcto el uso de la palabra presidenta. Aparece recogida en los diccionarios de la Lengua española con las siguientes acepciones: presidente, -ta. 1. Persona que preside o dirige un gobierno, una reunión, una empresa, un tribunal, etc.: ej. la presidenta de Nicaragua; presidente del congreso de los diputados; presidenta del jurado.// 2. f. coloq. Esposa del presidente. (Diccionario de uso del español de América y España, 2003) Sobre las marcas de género la Gramática de la lengua española (2010) explica que en tiempos relativamente recientes la lengua ha acogido voces como: jueza, médica, plomera, coronela, gobernadora, reflejo del cambio de costumbres en las sociedades modernas y del progreso en la situación laboral y profesional de la mujer. En la actualidad una amplia lista de sustantivos de persona que designan cargos, títulos, empleos, profesiones y actividades diversas, y hacen el masculino en -o, presentan el femenino en -a: abogado/ abogada; árbitro/ árbitra; arquitecto/arquitecta; banquero/ banquera; biólogo/ bióloga; catedrático/ catedrática; diputado /diputada; magistrado/ magistrado; ministro/ ministra; secretario/ secretaria; etc. Suelen ser comunes en cuanto al género los sustantivos que designan grados de escala militar, sea cual sea su terminación: el alférez/la alférez; el cabo/la cabo; el comandante/la comandante; el coronel/la coronel; el teniente/la teniente, etc. (Depto. Lingüística, ILL)

palabras claves: género, cliente, la cliente, el cliente, clienta, la clienta

Rafael García Sondón preguntó:

Sobre la voz cliente y su género señala el Diccionario panhispánico de dudas (RAE, 2005): cliente. «Persona que utiliza los servicios de un profesional o una empresa». Por su terminación, es común en cuanto al género (el/la cliente): Las vendedoras [...] la tenían por una cliente modelo (Mendoza Ciudad [Esp.1986]). Existe también, y es válido, el femenino clienta, muy usado incluso en el nivel culto: De los países vecinos acudían cada vez más clientas ricas, con gusto exigente y refinado (Mutis Ilona [Col. 1988]). (Depto. Lingüística, ILL)

palabras claves: género, hipócrita

Liliana sabel Salazar Vilariño preguntó:

Señala el Diccionario panhispánico de dudas (2005) que la voz hipócrita: '[Persona] que actúa con hipocresía o falsedad' y, referido a cosa, 'del hipócrita'; es adjetivo de una sola terminación, válida para ambos géneros: silencio/actitud hipócrita. Aunque en el español clásico se usó alguna vez, referido a cosa, como adjetivo de dos terminaciones (hipócrito, -ta): «Jamás me contenté ni satisfice de hipócritos melindres» (Cervantes Parnaso [Esp. 1614]), hoy es inusitado y desaconsejable el empleo del masculino hipócrito. Como sustantivo, referido a persona, es común en cuanto al género: Eres un/una hipócrita. (Depto. Lingüística, ILL)

palabras claves: género, masculino, femenino, cubanas, cubanos, ellas, ellos

fernando preguntó:

En ocasiones no es necesario el desdoblamiento de género. En la  designación de seres animados, los sustantivos de género masculino no solo se emplean para referirse a los individuos de ese sexo, sino  también para designar la clase que corresponde a todos los individuos  de la especie, sin distinción de sexos. Por ejemplo, en un enunciado  como «Los niños llegaron temprano a clase», los niños se refiere  tanto a los  niños como a las niñas. La Nueva gramática de la  lengua española (RAE, 2009) explica que existe una tendencia reciente,  y variable según los países, a construir series coordinadas  constituidas por sustantivos de persona que manifiesten los dos  géneros: ej. A todos los vecinos y vecinas; La voluntad de los  peruanos y peruanas. Esta doble mención se ha hecho general en  ciertos usos vocativos en los que el desdoblamiento se interpreta como  señal de cortesía: ej. señoras y señores; damas y caballeros.  Sin embargo, la Nueva gramática sugiere que no se use el circunloquio  cuando el empleo del género no marcado (masculino) es suficientemente  explícito para abarcar a los individuos de uno y otro sexo. En  aquellos casos especiales en los que el contexto podría ser ambiguo  reconoce que este desdoblamiento es aceptado. Por ejemplo, en un  enunciado como Todos los cubanos pueden entrar al ejército, sería  necesario decir todos los cubanos y todas las cubanas, pues es sabido  que hasta hace pocos años el ejército era (y para algunos, sigue  siendo) una profesión de hombres; y realmente lo que se quiere decir  es que «tanto hombres como mujeres pueden entrar al ejército».  Referido al tema también hay que decir que desde la década del 70  del pasado siglo emergieron en las ciencias sociales, particularmente en  la lingüística, las preocupaciones por la representación en el  discurso de las desigualdades entre mujeres y hombres y por la presencia  de las normas masculinas como normas generales para la sociedad y el  lenguaje. Como resultado de esos cuestionamientos, surgió el concepto  de sexismo lingüístico: fenómeno lingüístico que se  caracteriza por la presencia en el discurso de mecanismos que reproducen  desigualdades entre mujeres y hombres. Desde esta perspectiva el uso del  masculino genérico es una clara expresión de discriminación e  invisibilización de la figura femenina en el discurso, de ahí que se  propongan fórmulas desdobladas, como los niños y las niñas, los  combatientes y las combatientes, para combatirlo. Este fenómeno ha  dado lugar a que varias universidades y organizaciones elaboren guías  de lenguaje no sexista, en las que es común encontrar como sugerencia  la sustitución del uso del masculino genérico por fórmulas  desdobladas como las mencionadas. En este sentido, los medios de  comunicación se han hecho eco de esta tendencia y es por ello que  escuchamos con frecuencia esas fórmulas desdobladas en la radio y la  televisión nacionales. Como se puede apreciar, este es un tema que no  está aún concluido y que es extremadamente polémico ya que no solo  tiene que ver con la lengua misma, sino también con un problema social  de vital importancia y alta complejidad: la discriminación de  género. (Depto. Lingüística, ILL)

palabras claves: plural, género, churre, automotor, automotriz, automotora, gripe, dólar, dólares

Rafael López Arafet preguntó:

La palabra automotor presenta dos categorías gramaticales. En  dependencia del uso y significado puede ser un adjetivo o un sustantivo.  El adjetivo automotor presenta dos formas de femenino: automotoraautomotriz. Sus acepciones aparecen recogidas en el Diccionario de uso  del español de América y España (VOX, 2003): automotor, -ra. adjetivo. 1 [máquina, aparato] Que funciona sin la  intervención directa de una acción exterior, especialmente un  vehículo de tracción mecánica: ej. tren automotor. NOTA Tiene  doble forma de femenino: automotora y automotriz. automotor sustantivo masculino. 2 Vehículo provisto de un motor de  explosión o combustión que circula por la vía férrea. En el caso del ejemplo «hoy es el día de la técnica automotor» se  debió utilizar el adjetivo en una de sus formas de femenino: «técnica automotriz / técnica automotora», pues la concordancia  entre el sustantivo y el adjetivo se establece en género y número. Por otra parte, el empleo de los sustantivos gripe y churre en femenino  y masculino, respectivamente, es característico de algunas regiones de  nuestro país, fundamentalmente en las zonas rurales. No obstante,  recomendamos que en contextos formales de la lengua escrita u oral, se  haga uso de gripe en femenino y churre en masculino. A continuación  ponemos sendas definiciones de los diccionarios consultados: gripe. sustantivo femenino. Enfermedad infecciosa, aguda y contagiosa,  causada por un virus, que ataca a las vías respiratorias y produce  fiebre, dolor de cabeza y una sensación de malestar general: ej. vacunarse contra la gripe. sin gripa. (Diccionario de uso del español  de América y España (VOX, 2003). churre. 1. m. coloq. Pringue gruesa y sucia que corre de una cosa grasa.  // 2. m. coloq. Lo que se parece a ella.// 3. m. Cuba. Suciedad  acumulada. (Diccionario de la lengua española (RAE, 2001). Por otra parte, el sustantivo masculino dólar, siguiendo las reglas de  formación del plural en lengua española, hace el plural en -es  (dólares). (Depto. Lingüística, ILL)

palabras claves: gente

Jorge Luis Rodrígez Díaz preguntó:

La voz gente aparece recogida en el Diccionario de la lengua española (2001) con el siguiente significado: gente. (Del lat. gens, gentis). 1. f. Pluralidad de personas. //2. f. Con respecto a quien manda, conjunto de quienes dependen de él.// 3. f. Cada una de las clases que pueden distinguirse en la sociedad. Gente del pueblo. Gente rica o de dinero. //4. f. coloq. (grupo de personas que viven juntas). ¿Cómo está tu gente? //5. f. Am. persona (individuo). //6. f. Am. Persona decente. Ser gente. Creerse gente. Hacerse gente. //7. f. desus. pueblo (conjunto de personas de un lugar). //8. f. pl. desus. Entre los judíos, gentiles. El Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE (2005) establece que en el español general, este sustantivo femenino se emplea como nombre colectivo no contable y significa ‘personas’: «La gente acudía a su bar» (Obligado Salsa [Arg. 2002]); «En torno a nosotros había un grupo de gente joven que reía y voceaba» (Salisachs Gangrena [Esp. 1975]). Como otros nombres colectivos, admite un plural expresivo, usado casi exclusivamente en la lengua literaria: «Fue ella quien me introdujo en las cosas, en las comidas, en las gentes de aquí» (Benedetti Primavera [Ur. 1982]). La divergencia entre su referente (plural) y su número gramatical(singular) puede dar lugar a errores de concordancia. En el español de ciertas zonas de América, especialmente en México y varios países centroamericanos, se usa también con el sentido de ‘persona o individuo’, es decir, como sustantivo contable y no colectivo: ej. «Luis era una gente muy caballerosa» (Prensa [Nic.] 3.2.97); con este sentido, su uso en plural es obligado cuando se desea aludir a más de una persona: «Alrededor de la tina, en la que podían caber cinco gentes, había muchas plantas» (Mastretta Vida [Méx. 1990]). En España solo es normal el uso de gente con referente singular en la expresión buena (o mala) gente, que también se documenta en el español americano: «Yo soy muy buena gente» (Gala Invitados [Esp. 2002]); «Tato, por su parte, no era mala gente» (ÁlvzGil Naufragios [Cuba 2002]). En el español coloquial de muchos países de América se emplea también, como adjetivo o como sustantivo, con el sentido de ‘[persona] honesta, amable y servicial’ y ‘[persona] distinguida o de buena posición’: «Sería conveniente que llamara al doctor Pereyda [...]; él es muy gente y seguramente no le cobrará» (Olivera Enfermera [Méx. 1991]); «Ese es para mí menos que nada, aunque estos caballeros hablen de él como si fuera gente» (Piglia Respiración [Arg. 1980]). (Depto. de Lingüística, ILL)

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