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Los cinco días que han sacudido a Cuba, y las lecciones ganadas para siempre

El Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, chequeó las acciones de enfrentamiento al incendio en Matanzas y recorrió varios puntos de importancia en el territorio

 

Autor:

Alina Perera Robbio

MATANZAS.— Como de tantas otras historias grandes, algún día habrá que contar en calma sobre estos últimos cinco días que han estremecido a Cuba desde el dolor del fuego —literal y del alma—, y también desde una voluntad que todo el tiempo se supera a sí misma.

Hay que decir que la adversidad más extrema no solo ha entrañado sufrimiento: ha sido, otra vez, la posibilidad del aprendizaje, y la ratificación, Isla adentro, de que las piedras encontradas en la lucha no han sido vistas como obstáculos, sino como benditas piezas con las cuales hacer caminos, puentes y brocales nuevos en la ruta de la resistencia.

Era lo que decía en la mañana de este miércoles el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante la reunión que aquí pasó revista a lo hecho en la madrugada y noche precedentes, a propósito del combate contra el siniestro en la zona industrial de Matanzas: lo acontecido en las últimas horas no paralizó al país, porque se han venido haciendo muchas cosas para seguir mejorando, y eso es demostrativo, reflexionó el Jefe de Estado, de las capacidades que hay en la Revolución Cubana para seguir adelante y aprender todos los días.

En medio de la terrible envergadura de los hechos —valoró el mandatario— hubo serenidad, capacidad para hacer consensos de cómo trabajar; y ahí están los resultados: «En cinco días aproximadamente hemos logrado el control de un incendio de gran envergadura», apuntó Díaz-Canel. E hizo énfasis: «Ahora lo importante es no retroceder».

El incendio está controlado, con pequeños focos en extinción. Esa fue la mejor noticia escuchada en el encuentro que también contó desde la presidencia con el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, y con el Secretario de Organización en el Comité Central del Partido, Roberto Morales Ojeda —ambos miembros del Buró Político—, así como con la primera secretaria del Partido en la provincia, Susely Morfa González, y el gobernador del territorio, Mario Sabines Lorenzo.

El ministro de Salud Pública de Cuba, José Angel Portal Miranda, enunció que al cierre de este martes había un total de 128 personas atendidas a raíz del incendio; sumaban 108 las altas médicas; no se reportaba un nuevo fallecido identificado; y a la altura de este miércoles el número de ingresados ascendía a 20 (con cinco pacientes en estado crítico, dos graves, y 13 en condición de cuidados).

El titular informó que se han venido preparando los expertos que tendrán a su cargo el rescate e identificación de los desaparecidos en el siniestro. Y en lo concerniente al medio ambiente, afirmó que se ha mantenido el monitoreo de las condiciones medioambientales en las zonas impactadas por el incendio.

A propósito, la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Elba Rosa Pérez Montoya, detalló que se ha producido una pérdida de la altura de la base de la columna de humo, y se pronostica que así siga sucediendo. «Continuamos, dijo, con el monitoreo de la calidad del aire, sobre todo en Matanzas». También, comentó que se observan las provincias de Mayabeque, La Habana, Artemisa y Pinar del Río.

Luego de ser escuchados datos referentes al estado de las aguas cercanas al lugar del desastre, el Primer Ministro expresó que se ratifica que los indicadores de contaminación están por debajo de cifras de peligro, y que no han llegado pacientes a los hospitales con afectaciones relacionadas con la contaminación.

La situación electroenergética del país —en especial lo relacionado con el funcionamiento de la central termoeléctrica Antonio Guiteras—; la labor, paso a paso, de los bomberos que ya no enfrentan peligro de propagación o de explosiones; los más de 240 vuelos de los helicópteros que en cada misión vertían dos toneladas de agua….

Es muy importante reflexionar —expresó Morales Ojeda— sobre qué hubiera significado no haber desplegado, como se hizo, un trabajo integrado, coordinado, con un esfuerzo extraordinario, que constituye una verdadera proeza.

Se habló, además, de los 25 vuelos procedentes de México y Venezuela, llegados a la Isla; de cómo han tenido lugar múltiples muestras de solidaridad por parte de los transportistas de todo el país, tanto estatales como no estatales; de cómo el siniestro no ha causado afectación alguna al turismo; y de cómo los bomberos siguen trabajando en los diques de contención al fuego, haciendo todo por tierra para sofocar lo que queda.

De cómo se han seguido asegurando las actividades económicas y sociales en el territorio, de los más de 5 000  evacuados a causa del incendio, de lo que se hará con las viviendas afectadas, de la generosidad llegada desde otras latitudes, y también desde otros lugares del país, habló en el encuentro Mario Sabines Lorenzo.

Y Susely Morfa González argumentó sobre la importancia de la comunicación, sobre el pueblo matancero que en sus opiniones más recurrentes agradece a la dirección histórica de la Revolución y a los máximos dirigentes de hoy por la compañía incesante y experiencia compartida. Las tareas fundamentales de la provincia, dijo, no se detuvieron: «Ahora lo que queda es trabajar», aseveró.

«Aquí uno de los elementos fundamentales que nos permitió avanzar sobre todo en los últimos días fue el esfuerzo que se hizo con los compañeros de Cupet (Unión Cuba Petróleo), de Recursos Hidráulicos, de la Unión Eléctrica, para garantizar los caudales de agua que se necesitaban, para operar el propio sistema de la base de supertanqueros, que fue afectado en algunos lugares por el incendio», dijo el Presidente cubano.

El dignatario habló de los esfuerzos para poder sumar a ese sistema las tecnologías procedentes de Venezuela y de México. Como él razonó, se dice fácil, pero el trabajo ha sido descomunal; porque, por ejemplo, las tuberías solo podían ser cargadas con grúas, y el trabajo se hacía a muy altas temperaturas, muchas veces interrumpido por las turbulencias del siniestro.

Él habló del coraje de todos, de las fuerzas de la construcción haciendo diques de arena; de los helicópteros; de los consejos de Defensa que se activaron; de la manera en que fluyó la información a la población; de no confiarse, porque el trabajo duro no ha terminado; del mérito que entraña haber logrado que no colapsaran más tanques.

La agenda de la máxima dirección del país incluyó luego un recorrido —que encabezó Díaz-Canel— por la central termoeléctrica Antonio Guiteras, donde hoy se buscan las vías para mantener el suministro necesario de agua que demanda la entidad generadora para sus operaciones.

El siguiente punto en el itinerario fue la llegada, no lejos del siniestro, a la conductora que lleva el agua a la Guiteras, y a los supertanqueros, la que tuvo una avería por cuenta de la cual ha disminuido el caudal de agua que necesita la Central Termoeléctrica.

Ya era mediodía cuando el Jefe de Estado visitó la entrada al muelle Uno de la base de supertanqueros de Matanzas. Allí conversó con hermanos venezolanos que han venido a ayudarnos en estas horas difíciles. Allí, donde también había hombres valiosos de Cuba y de México, el Presidente habló de unidad.

Las emociones, en medio de un paisaje de grises y de trazos negros por culpa del siniestro, marcaban múltiples encuentros. Fueron las mismas emociones vividas después en la sede Camilo Cienfuegos de la Universidad de Matanzas, donde el mandatario conversó con familiares, allí evacuados, y que fueron afectados por el peligro del incendio.

Del imperio que absurdamente no afloja tuercas, de la estoica juventud que tenemos —y tal verdad ha sido bien constatada en estas horas—, del pueblo noble y grande que es Cuba, habló el Presidente. Y como siempre sucede, las mujeres reinaron en diálogos conmovedores.

Un estudiante universitario dijo a Díaz-Canel: «Confiamos en usted. Todo el pueblo confía en usted, porque confiar en usted es confiar también en nosotros mismos, porque cada uno tiene que poner su grano de arena». Y el Presidente respondió que él solo ¿qué significaría? Entonces el joven universitario, quien antes había dado una explicación sobre proyectos locales, volvió a la carga: «Son usted y el pueblo. Somos nosotros, pues todos somos pueblo».

Se escucharon vivas a la Revolución y a sus líderes históricos, vivas al pueblo de Matanzas. Y otra vez la voz del joven expresó a Díaz-Canel: «Seguiremos adelante; Patria o Muerte: Venceremos; … Y estamos con usted».

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