Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La autoridad del pueblo

Tres jóvenes cubanas, quienes forman parte de las autoridades para los próximos comicios del 27 de noviembre, cuentan sus impresiones sobre el sistema electoral cubano 

Autores:

Ana María Domínguez Cruz
Luis Raúl Vázquez Muñoz
Laura Brunet Portela

Oskeily Sánchez Délices casi toca su sueño de niña con las manos. Ha transitado más de la mitad de su carrera universitaria para vestir de bata blanca.

Ser médico ha sido su propósito más importante, aunque ha sabido conjugarlo con otros que no tenía en sus planes.

Si bien la Medicina ha sido el centro de sus últimos cuatro años, esta cienfueguera se ha sumado a otras responsabilidades que no piensa abandonar.

«Nunca me imaginé como vocal en un proceso eleccionario cubano, sobre todo por la responsabilidad que entraña estar ahí, pero me ha gustado mucho», comentó la joven de 22 años.

La cienfueguera Oskeily Sánchez Délices se desempeña como vocal de su colegio electoral. Foto: Laura Brunet Portela

En Cuba unos 24 000 colaboradores, entre ellos estudiantes, apoyan el desarrollo de las elecciones municipales del Poder Popular a efectuarse el próximo domingo 27 de noviembre.

Pero desde los primeros momentos, esa juventud se ha adentrado en los detalles del mecanismo electoral cubano, que tiene sus singularidades.

«La primera vez que me convocaron fue en 2019. ¡Me sorprendió muchísimo! Pero creo que el trabajo en mi CDR me puso en la mira», respondió desde la sala de su casa, a pocas cuadras de uno de los tres colegios electorales que atiende en el consejo popular Punta Gorda, en el municipio de Cienfuegos.

«Hago cosas sencillas —al menos así me parece cuando veo lo que le corresponde a los demás—, pero también son importantes. Creo que garantizar que las personas mayores con problemas de movilidad, enfermos y encamados puedan ejercer el derecho al voto es la mejor de ellas; y me demuestra la justeza de este proceso en nuestro país», reconoció.

Para la sureña, «el acto de colocar la boleta en la urna es lo que la mayoría entiende como las elecciones, pero detrás hay muchísimo trabajo por parte de las comisiones».

A ella corresponde también organizar los listados de electores, acompañar a los pioneros y apoyar a la jefatura en otros asuntos que deben tener listos para abrir puntuales a las seis de la mañana.

«Me han coincidido guardias en el hospital, que es algo que tampoco puedo abandonar, pero he logrado completar el trabajo antes de irme, porque en la Asamblea no puedo fallar», contó.

«Para integrar la parte organizadora de este proceso, ante todo hay que tener claro que la transparencia y la honestidad son lo más importante. El pueblo es siempre el que decide».

Vocal de bata blanca

Es cierto. Resulta poco frecuente encontrar jóvenes en una mesa electoral. La mayoría que asume esa responsabilidad son personas adultas. Sin embargo, la realidad de hoy devela otros detalles.

Junto al de la joven cienfueguera, otro caso es el de la estudiante de segundo año de Estomatología, Claudia Fernanda Gálvez, de la Facultad de Ciencias Medicas Victoria de Girón, en La Habana.

«Fui vocal en las elecciones del referendo a propósito del nuevo Código de las Familias. Me encantó la experiencia —cuenta—. Fui a la casa de las personas que, por cierta discapacidad, no podían acudir a las urnas. Me sentí muy útil».

Esa vivencia, cuenta, dejó una huella impresionante en ella porque esas personas querían decidir con su elección y no se les dejó fuera por su incapacidad física y la edad.

El próximo 27 de noviembre se realizará el proceso eleccionario para los delegados a la Asamblea Municipal del Poder Popular. Claudia, quien es presidenta de la FEU, será vocal en la mesa electoral otra vez y está segura, desde ahora, que será una experiencia intensa.

«Me encargaré de la revisión de los listados. Mucha responsabilidad exige llevar a cabo este proceso, ligado al futuro del país. Estaré ahí durante toda la jornada y apoyaré en lo que sea necesario al presidente electoral y a todos los demás».

Camino marcado

Leidy Laura Contreras Rivero, funcionaria de la Central de Trabajadores de Cuba en su muncipio, recibe a Juventud Rebelde en su casa de la ciudad de Ciego de Ávila bajo un estado gripal.

La noche antes había apagón y ella organizaba las cosas del hogar en medio de las penumbras.

«¿Podemos hablar mañana? —preguntó con suavidad la joven de 26 años y maestra de formación—. Pido disculpas. Es que estoy complicada».

Con 26 años, Leidy Laura Contreras Rivero es presidenta de una Comisión Electoral en la ciudad de Ciego de Ávila. Foto: Luis Raúl Vázquez Muñoz

La complicación a esa hora no era solo la casa y el trabajo. Era también el funcionamiento de los tres colegios que tiene bajo su responsabilidad como presidenta de la Comisión Electoral de la Circunscripción no. 16 del consejo popular Centro  Ciudad.

«Es un trabajo de coordinación muy intenso y de muchos detalles —expresa—. Esta es la primera vez que dirijo un proceso eleccionario de candidatos a delegados del Poder Popular. El anterior había sido el del referendo del Código de las Familias. Fue muy importante, pero este es distinto».

Con el Código, recuerda, se debió dialogar. Ya era una cuestión personal y de comprensión hacia nuevas formas de organización de la familia, lo cual no implica desechar las otras.

«Era un problema de matiz importante en ese y otros temas del documento —señala—. Por eso la cuestión era dialogar, no imponer y respetar la diversidad de criterios; aun cuando finalmente no estuvieran de acuerdo».

Para Leidy Laura esa es una particularidad del sistema electoral cubano: la de guiarse por un carácter inclusivo, que tenga en cuenta el criterio de la población en su base.

«La diferencia ahora con el referendo —expresa— es que aquí interviene el criterio de la población con relación a las personas que los van a representar, y sobre ese principio es toda la votación».

Confiesa que tanto ella como los integrantes de los colegios han tenido que estudiar la Ley Electoral.

Dice: «Por ahí se escucha: “No, que las elecciones son preparadas. Que no dejan promover a un candidato. De que porqué hay que votar”. Opiniones siempre hay, y eso es bueno.

«Lo que pasa es que se olvidan o no se tienen en cuenta ciertos elementos, que nosotros, como autoridad electoral, sí tenemos el deber y la obligación de hacer cumplir.

«Por ejemplo, el acceso al colegio es abierto. Las personas pueden observar el proceso y eso los hace observadores populares.

«A la mesa y a la urna solo puede pasar el elector porque hay que respetar su espacio, es cierto. Pero las demás personas pueden estar fuera y escuchar los partes.

«Otro elemento es el inicio, cuando se valida que la urna no tiene ningún voto y que es sellada. El otro consiste en el conteo. Se exige que tiene que ser ante la presencia del pueblo. Son los ciudadanos los que realmente certifican con su presencia. La Ley así lo expresa».

«Las elecciones en Cuba tienen un basamento moral. Se persigue buscar el mérito ante una comunidad. Puede que al final eso no se logre en la práctica, porque la persona elegida no hizo bien su papel. Pero el principio está ahí marcando el camino.

«Por eso, mientras más tú te pegues a la transparencia, al sentir del bien común que está muy presente en los cubanos a pesar de mil dificultades, las elecciones salen bien. Porque el secreto está ahí: en pegarse al pueblo».

 

 

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.