Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Una voz joven contra el oportunismo

Este 18 de marzo se cumplirán cien años del histórico hecho, protagonizado por el escritor y revolucionario Rubén Martínez Villena

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

De pie, firmes y consecuentes se encontraban aquellos jóvenes intelectuales frente a un nutrido auditorio en el salón de actos de la Academia de Ciencias de Cuba el 18 de marzo de 1923. Eran estos inquietos, quizá sin sospecharlo, la representación del nuevo pensamiento revolucionario que emergía en la Cuba vilipendiada de las primeras tres décadas neocoloniales.

Por unos minutos dentro del hemiciclo habanero, ubicado entonces en la calle Cuba, entre Amargura y Teniente Rey,  reinó el silencio y solo una voz se escuchaba vibrante arremetiendo contra los males de la distorsionada República: la de Rubén Martínez Villena.

Es difícil que tiemblen las palabras cuando llevas contigo la fuerza de la verdad y la coherencia. Más si sientes que el engaño se convierte en práctica mísera de quienes se hacen llamar patriotas. Y ello les sucedió a Villena y sus compañeros de ideas ese 18 de marzo de 1923, luego de la compra fraudulenta por parte del presidente Alfredo Zayas, con fondos del Estado y a precios exorbitantes, del Convento de Santa Clara de Asís.

«Protestamos contra el funcionario tachado por la opinión (Erasmo Regüeiferos, secretario de Justicia de Zayas), y que ha preferido rendir una alta prueba de adhesión al amigo (el presidente), antes que defender los intereses nacionales», dijo frente a todos Rubén Martínez Villena.

Eran intelectuales aquellos muchachos valerosos, y a la vez jóvenes que entendieron el sentido de la palabra como forma primaria para encarar la desfachatez política.

Para inicios de la década de 1920 y al decir de uno de sus protagonistas, el ensayista y revolucionario Juan Marinello: «el proceso de entreguismo había llegado a una de sus más vergonzosas etapas (…) y tras la denuncia del peculado latía, sin expresión inmediata, una inconformidad de mayor anchura y trascendencia».

En realidad punzaban estos sucesos a todo el pueblo, a una sociedad que andaba fatigada de incomprensiones y desmanes. Fue la Protesta de los Trece, como se conoció a este hecho, una acción que marcó la postura clara de un grupo de intelectuales cubanos contra la situación por la que atravesaba entonces la nación y todos los males que aquejaban a la República mediatizada.  

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.