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Cuba quiere un planeta libre de plástico

Con el impulso de distintos grupos ambientalistas liderados por jóvenes, la Mayor de las Antillas se consolida como una de las naciones más comprometidas en la región con el saneamiento ambiental

Autores:

Raciel Guanche Ledesma
Rosmery Pineda Mirabal

Si existe una generación en Cuba que poco a poco ha ido ganando en conciencia y creando nuevos mecanismos grupales para el cuidado del entorno donde vivimos, esa es la juventud. Incluso, la propia ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Elba Rosa Pérez Montoya, ha reconocido en varias ocasiones el aporte de las nuevas generaciones en los proyectos de saneamiento que, muchas veces, ellos mismos impulsan.

Durante la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP-27, desarrollada en noviembre pasado en Egipto, Pérez Montoya, apuntaba que «nuestro país continúa avanzando con la experiencia de cinco años de resultados del Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático: la Tarea Vida». Y para seguir consolidando la implementación de esta política se necesita en gran medida del aporte de las nuevas generaciones.

Este 5 de junio las celebraciones a nivel mundial se han concentrado en una temática importante y de gran preocupación para todos: la contaminación por plástico. Cuba no es ajena a los problemas mediombientales que causa el mal manejo de ese material en el planeta. Sin embargo, a su vez, nuestro país se consolida como una de las naciones más comprometidas en la región con el saneamiento costero.

En los últimos cinco años resulta válido reconocer el aporte de distintos proyectos que, al amparo de la fuerza juvenil, se conectan para devolverle la vida a nuestro ecosistema y darle utilidad a cada desecho como un principio básico de la nueva apuesta hacia la economía circular.

Costa Limpia, por ejemplo, es de esos proyectos rectores liderados por jóvenes que desde la reserva de la biósfera en Pinar del Río: la Península de Guanahacabibes, apuestan a una forma de convivencia en la zona resiliente y en armonía con el medio ambiente.

En varias ocasiones, Lázaro Márquez Govea, especialista ambiental y líder del proyecto, ha explicado que desde hace algunos años identificaron una problemática a encarar: el arribo por la costa sur del Parque Nacional Guanahacabibes de desechos oceánicos, sobre todo, el plástico.

Con el apoyo de jóvenes universitarios y de la comunidad, Costa Limpia acopia estos materiales para darles un destino mejor. Así se asociaron en un inicio con ATRES una cooperativa no agropecuaria de Matanzas, para reciclar el plástico procedente del mar. Esta iniciativa matancera fabrica, a través de un proceso de reciclaje, la llamada madera plástica o ecomadera, que se utiliza en la produción de artículos para el turismo, muebles, cercas y todo cuanto se puede hacer con la madera convencional en otros sectores.

Pensar en ríos

De igual forma en plenos días de pandemia de COVID-19 en Cuba, otra joven, Amanda Triana Rubio junto a tres de sus amigos, que siempre les ha interesado los temas ambientales, decidieron hacer algo por la zona del río Almendares en La Habana, muy cercana al lugar en que ella vive.

Primera recogida de desechos por el grupo Pensar en río en la desembocadura del Almendares. Foto cortesía de la entrevistada.

Amanda recuerda que en aquella ocasión recogieron aproximadamente un total de 56 sacos de plástico, los cuales se recepcionaron por el espacio Estudio 50 y luego fueron procesados por la misma cooperativa matancera ATRES, para producir ecomadera.

A través de una publicación en su cuenta en Instagram circuló la convocatoria para que al menos otros se sumaran al grupo que desde entonces lleva por nombre Pensar en río. Esa se convirtió en la primera de varias experiencias similares que le sucedieron después. En la que, provisionales a fin de cuentas, echaron mano de los recursos más cercanos y pidieron ayuda a sus propios contactos.

«Todo fue una idea pensada por amigos. Uno hizo un cartel. El otro me dio guantes y yo recogí los sacos. Realmente así surgió Pensar en río», apunta Amanda. El resultado la motivó muchísimo y quería hacerlo lo más seguido posible, pues asegura que el Medio Ambiente nos afecta o beneficia en dependencia de lo que sea capaz de hacer la acción humana. Sin embargo, no pudo y llegó la Universidad.

Desde hace algún tiempo volvió a retomar la idea inicial y en abril, junto al amigo que aún vive aquí y ella, resolvieron por sus medios lo necesario para involucrarse de nuevo en sanear la desembocadura del río Almendares. «Nos propusimos hacerlo una vez al mes o en poco más, sin que se extienda tanto su sistematicidad. Aunque aún estamos gestionándolo porque para la próxima ocasión se nos ha complicado el destino del plástico y no tenemos todavía dónde donar la cantidad prevista a recoger» explica Amanda.

Es este uno de los tantos grupos que poco a poco han surgido por iniciativa propia para despuntar con un solo objetivo: salvar y proteger la madre Naturaleza. Si bien ella asegura que «no se ha consolidado lo suficiente y han faltado más acciones como le gustaría», durante estos meses se ha enfocado en crear alianzas con otros proyectos como Terra y Mar Vivo y la plataforma Red Verde para que el impulso nunca se pierda.

Recicla, reutiliza y reduce

Virida.Renace es otro proyecto bastante insipiente y novel en su nombre. Sin embargo, desde antes, su fundadora y coordinadora, Claudia Pérez Portas, venía trabajando los temas ambientalistas en clases con sus estudiantes, pues, además, se desempeña como profesora de inglés y organizó en enero de 2022 una campaña de reciclaje combinando esta actividad con diversos estilos de vida.

Siendo coherente con su historial ecológico hasta el momento, nació Virida.Renace bajo búsquedas conceptuales de la fundadora. «Virida», del latín, viene de virido y significa «ponte verde» y «Renace» se inspira en «las 3R: recicla, reutiliza y reduce».

Claudia siente que cuidar su alrededor es una necesidad inminente y asegura que, en Cuba, ahora, se está despertando un poco más ese deseo de protegerlo por nosotros mismos, aunque queda muchísimo por hacer debido a la falta de conciencia.

Para sus actividades le gusta utilizar las fechas señaladas por el calendario de los objetivos sostenibles propuestos para la Agenda de 2030 y a partir de ellas —digamos de su enfoque— construye sus ideas. Asimismo, como otra de las características particulares del proyecto, insiste siempre en tener acompañantes e invitar a instituciones, proyectos, negocios, aliados y amistades de diferentes lugares, que, aunque muchas veces coinciden, intenta diversificarlos como otra forma para incluir a más y alcanzar mayor visibilidad.

Su objetivo es el de abogar por la preservación del Medio Ambiente, reducir el consumo y hacer una labor ecológica fundada en reutilizar y darles segundas oportunidades a objetos que ya no tenían una función visible. Además, apuesta con fuerza en ir más allá de lo anterior, para promover la educación ambiental de una manera lúdica, dinámica y divertida no solo en los niños sino también en los adultos.

Y el hecho de que trascienda más allá de sus intereses y propósitos para satisfacer una necesidad de gran parte de la población -y ojalá fuese de toda- le ha permitido realizarse personalmente. Explica Claudia que, poco a poco, han surgido actividades y eventos y han salido bien porque, entre tantas deudas, las personas están necesitadas de este tipo de espacios y cuando preservas tu entorno, te preservas a ti mismo, «es como un instinto de conservación natural». 

El proyecto Virida.Renace realizando un taller sobre reciclaje junto a niños de la escuela Estados de Cambodia. Foto cortesía de la entrevistada.

EcoFest 2023, una gran fiesta

Desde el pasado viernes y hasta el próximo 10 de junio se realiza en toda La Habana el evento EcoFest 2023 para celebrar por todo lo alto la efeméride internacional que pretende ganar conciencia en el cuidado de los recursos naturales y la salud del Medio Ambiente.

Según Lorena Avia Interián, una de las fundadoras de la plataforma de intercambio y colaboración sobre medio ambiente Red Verde y organizadora del Festival, la iniciativa surge a partir de un taller realizado en abril último al que se fueron sumando diversos proyectos como el Grupo Nicho, Virida. Renace y Bike and Flow.

Con diferentes sedes como la Casa de las Tejas Verde en Miramar, el gran parque Metropolitano Almendares y el Proyecto Cimarrón en el Vedado; busca promover la educación ambiental en espacios académicos, culturales y sociales. Así también como compartir buenas prácticas ambientales para nuestra vida cotidiana a través del intercambio con especialistas e implicados en el trabajo ecológico en la capital.

Entre las actividades que incluyen para celebrar la jornada se encuentran paneles sobre Diseño para la Sostenibilidad, talleres para niños de reciclaje y pintura, recogidas de residuos y siembra de árboles en escuelas de La Habana.

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