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Encuentro en un lugar sagrado de la Patria

Junto a un centenar de jóvenes dispuestos a revivir el ejemplo imborrable de Martí, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, asistió este lunes a una nueva cita con la historia, justo en el sitio donde el Apóstol cayera en combate hace 130 años

Autor:

Alina Perera Robbio

JIGUANÍ, Granma.— A solo metros del obelisco que marca el sitio de la caída en combate, se produjo el encuentro entre la dirección de la Revolución y un centenar de jóvenes. Fue en un «lugar sagrado por todo lo que entraña», afirmó la primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas, Meyvis Estévez Echeverría, quien dio inicio a un intercambio estremecedor que forma parte «de los encuentros con la historia que venimos desarrollando durante la última etapa de trabajo».

Martí es presente, sus ideas nos impulsan a luchar por causas hermosas. La joven dirigente compartió esa idea antes de presentar al prestigioso historiador Eduardo Torres Cuevas, director de la Oficina del Programa Martiano. 

«Creo que hoy es un día muy feliz», enunció él. Y lo hizo motivado por todo lo visto en estas horas; por el movimiento martiano que en estos días ha revivido al Maestro; por la marcha que tuvo lugar desde La Demajagua hasta Dos Ríos, de la que se cuenta que fue impactante y se hizo por primera vez; por el trabajo que se hace con el rescate de los bustos martianos: «Es decir, que realmente la pasión martiana está aquí, entre todos nosotros; y ha sido manifestada en la medida en que nos vamos acercando más a él y lo vamos entiendo cada vez más».

El historiador afirmó: «Martí es mucho más que todo lo que a veces pensamos que es». Muchas razones tienen que ver con esa certeza. Torres Cuevas enfatizó en que solemos hablar de la frase martiana «Patria es humanidad», pero apuntó que a continuación siguen otras palabras y la idea es más extensa y profunda: Patria es humanidad, es la parte de la humanidad en que nacemos y con la cual estamos más obligados.

El concepto Patria, en Martí, está reiterado en numerosos escritos, comentó el experto, quien, además, trajo a colación el concepto según el cual Patria es fusión —algo que se fusiona y que es indivisible, donde se crea una combinación que es una cualidad nueva—: «Lo cubano es ante todo una cualidad nueva, y esa cualidad nueva está aquí, y siempre seguirá creciendo, permutando, desarrollándose; y entonces, cuando hablamos de la Patria, hay que tomarla como es en su concepto original, que quiere decir madre tierra».

«Creo que ese concepto es el que tenemos que sentir porque es el que nos une, es el que nos fusiona».

Momento muy especial hizo posible el historiador del sagrado sitio, Antonio Espinosa Martínez, también maestro de noveno grado en una secundaria básica del consejo popular Dos Ríos en el municipio de Jiguaní.  

«Como historiador de este sitio, por muchos años, he tenido la oportunidad, dijo, teniendo como mudos testigos a estos árboles que hoy nos cobijan y que son el bosque martiano nuestro, de meditar sobre lo doloroso, sobre lo traumático» de aquel 19 de mayo. 

Espinosa contó a todos que el día de la caída del Apóstol «hubo mucho dolor en el campamento mambí, prácticamente nadie consumió alimentos, no tuvieron, ni siquiera, la oportunidad de tener el cadáver de José Martí, porque había quedado en poder de los españoles que fueron quienes lo sepultaron en una fosa común en el cementerio de Vuelta Grande». Y recordó que, como dijo el Generalísimo Máximo Gómez, «ese día se perdió al hombre más importante para Cuba en ese momento». El viejo guerrero había afirmado que perdieron al mejor de los compañeros, y al alma del levantamiento.

Una semblanza del historiador permitió imaginar aquel día terrible: «Queda la invitación para que Martí se dirija en horas de la mañana, muy temprano, al campamento Vuelta Grande. Allí es recibido con mucho cariño, con mucho patriotismo, por aquella bisoña tropa de unos 250 bayameses, manzanilleros, jiguaniceros, yarenses, hoy diríamos granmenses, que lo van a escuchar por última vez». «Dará un discurso breve, una arenga patriótica, algo muy fuerte, yo diría hoy cultura de resistencia». Espinosa detalló que Martí habló en su arenga de las penurias materiales que sobrevendrían, y también sobre el valor de no apartarse jamás de la senda del deber.

Conmovedoras fueron las palabras de Lil María Pichs Hernández, subdirectora de la Oficina del Programa Martiano, quien —acudiendo a la mirada del Apóstol— recordó que hay sentido de vida en el homenaje del 19 de mayo; y que, como dijera un día el Héroe Nacional, el mejor árbol es aquel que tiene debajo a un muerto. También subrayó: 

«Martí es naturaleza. De alguna manera su pensamiento con respecto al lugar que ocupa el Hombre en el mundo, con respecto a la responsabilidad que los individuos tenemos para con nosotros mismos, para con nuestros semejantes y para con nuestro planeta, forma parte de una mística que convierte a este lugar en un gran santuario, no en una tumba ni en un mausoleo».

Se sumaron otras voces jóvenes. Hay que llegar al corazón, es muy importante tocar el corazón de los seres humanos, sobre todo si se trata de convocar y de conmover con una causa. Ese eje conceptual fue compartido por Tin Cremata, quien estaba allí con La Colmenita, esa experiencia con niños y adolescentes, que se ha multiplicado a lo largo de la Isla. 

De optimismo reforzado por todo lo visto habló en el encuentro la directora del Centro de Estudios Martianos, Marlene Vázquez Pérez, quien alertó que, «en medio de la guerra simbólica, si algo nos quieren quitar es a Martí; y nosotros no vamos a permitir que nos lo falseen, ni, mucho menos, que nos lo quiten».

«Una vez más, estamos en una cita con la historia; y este encuentro ha sido tan emotivo, tan patriótico, tan lleno de enseñanzas, que merece que lo llevemos al podcast Desde la Presidencia, para que también lo podamos compartir con otros jóvenes de Cuba y con nuestro pueblo». Así expresó el Presidente Díaz-Canel Bermúdez hacia el final del intercambio.

El dignatario recordó una máxima martiana de tan solo dos palabras: «Honrar honra». Y, al propósito, reflexionó: «Eso es lo que estamos haciendo aquí; y eso es lo que estamos tratando de hacer cada vez que tenemos un encuentro de este tipo: honramos nuestra historia, honramos a nuestros próceres,
honramos a nuestros pensadores, honramos a nuestros héroes, honramos a nuestros mártires».

«Y nos estamos honrando a nosotros porque estamos creciendo, nos estamos superando, estamos aprendiendo, nos estamos emocionando, nos estamos comprometiendo más, y se nos están fortaleciendo las convicciones con la Patria, con la Revolución, con esa historia que tenemos y con el socialismo». 

El Jefe de Estado hizo referencia a una «coincidencia significativa». Recordó al líder vietnamita Ho Chi Mihn, nacido un 19 de mayo, hace 135 años, y destacó las coincidencias, en el pensamiento humanista entre Martí y el luchador asiático. 

«Cuando vivimos tiempos difíciles, yo creo que a Martí es necesario traerlo, pensarlo, creerlo, asumirlo», resaltó el Jefe de Estado, quien compartió esta convicción: «Nosotros necesitamos que cada ciudadano cubano, que cada joven cubano sea un martiano; y acudiendo a Martí lo podemos lograr; primero, por el patriotismo y el amor a Cuba que siempre profesó Martí; y en segundo lugar, porque Martí tuvo una vida limpia». La ética, la moralidad en la vida del Apóstol, afirmó, es suficiente para inspirar.

Por otra parte —razonó el mandatario—, «Martí siempre tuvo una resistencia ante la adversidad, y toda su vida fue una vida llena de adversidades, y toda su vida fue una superación de adversidades; y, como él lo dijo en muchos de sus escritos, (lo hizo) sin acumular odio, nunca acumuló odio, se fue por encima del odio. Su alma era tan grande que no había espacio para el odio, y eso tiene que ver mucho con los valores que nosotros creemos que en estos tiempos queremos fomentar».

Un artículo del maestro y martiano Cintio Vitier —Martí en la hora actual de Cuba, publicado en el periódico Juventud Rebelde en septiembre de 1994— trajo a colación el Presidente Cubano, quien expresó: «Traigamos a Martí a la situación actual, conviértanse ustedes, los jóvenes, en los abanderados de ese movimiento, porque nos estaríamos rencontrando con el pensamiento y con la acción del poeta político que más conoció a su pueblo, y ese fue José Martí. Por eso quisimos estar hoy aquí con ustedes, y esa es la convocatoria que les hacemos».   

Como otro símbolo hermoso —y hoy se recordó que la primera cruz que marcó el lugar donde Martí cayó fue hecha de caguairán—, hoy quedó sembrado en el escenario del homenaje el primero de los cien caguairanes que se plantarán a lo largo de Cuba con motivo del centenario del natalicio, a cumplirse en futuro cercano, del perfecto discípulo del Apóstol: el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

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