Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Alkaria suma, de pueblo a pueblo

Una brigada catalana de visita en Santa Clara demuestra por estos días que la solidaridad puede pintarse de muchos colores

 

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila

 

SANTA CLARA, Villa Clara.— La convocatoria circuló por los municipios de Santa Perpetua de Mogoda y Mollet de Valles: Alkaria armaba otra brigada de voluntarios para viajar a Cuba este verano, con el afán de impartir nuevos talleres de manualidades, donar medicamentos e intencionar proyectos de cooperación pueblo a pueblo.

Para Roser Riera, una joven enamorada del trabajo educativo social en la primera de esas localidades catalanas, leer la invitación y actuar fue lo mismo. Con ella vino su novio, el informático Joan Travé, y de la segunda municipalidad se sumaron José López, su madre Eva Font, y Sandra Molina, todos pedagogos, y la atleta y estudiante de Sicología Marta Herrera.

También de Mollet es la comunicadora Mariona Rabasa, quien trabaja en Barcelona y ya tiene una historia afectiva con Alkaria y sus gestos solidarios con países en desarrollo.

«En Cuba estamos desde 2022 colaborando con acciones en salud, deporte, educación, humor gráfico…», precisa a JR Xavier Barreda (Xavi), director de Alkaria, la ongd (organización no gubernamental para el desarrollo) que hizo posible este viaje, en coordinación con el Gobierno de Villa Clara y el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).

«Empezamos en la capital cubana con recursos para hogares de ancianos, federaciones deportivas y hospitales, como el materno González Coro, a donde siempre vamos a regresar. Ya el año pasado sumamos los talleres de artes plásticas en el Centro de Estudios Fidel Castro, que retomaremos la próxima semana porque fue una experiencia muy buena, como es ahora en Santa Clara», valora.

Basta mirar cada mañana la expectativa en los rostros de las niñas, niños y adolescentes que desde el pasado lunes visitan la Galería Provincial de Arte, y la gratitud de familiares y educadores de la secundaria Capitán Roberto Rodríguez y de la primaria Fernando Cuesta Piloto, otro de los lugares que conmovió a la brigada en su recorrido de esta semana.

Francisquito disfruta conocer nuevos modos de emplear sus vacaciones. Foto: Mariona Rabasa

Este jueves la fiesta fue mayor porque ya dieron colores a sus máscaras de yeso, las imaginativas figuras de papel maché y las flores de envases reciclados. «Nada más por verlos socializar con otros muchachos y pasar horas divertidos sin estar pegados al celular, ya vale la pena traerlos a talleres como este», confiesa entusiasmada Magaly Rangel, la abuela de Francisquito.

Ilusión hay también en los ojos de los visitantes. Eva es todo vitalidad cuando narra sus cuentos y revolotea por las mesas con susurros creativos.
José olvida la formalidad del ayuntamiento en que trabaja mientras enseña juegos típicos de su tierra. Joan quisiera regresar cargado de ordenadores nuevos para la biblioteca provincial santaclareña. El corazón de Martha daba saltos más largos en la polivalente, cuando regaló su camiseta y zapatillas de atleta, que los que le han sacado sus premios en terrenos de España. Sandra ya no se sorprende de que la gente la crea una cubana más, por su jovial sonrisa.

Conmueve oírlos proyectarse con natural esperanza: «En el próximo viaje traemos… A la vuelta haremos… Pudiéramos lograr… Deja que se sumen los chicos de…». Parlotean en catalán, pero no es dificil entenderlos porque el lenguaje amoroso de la generosidad es universal.                 

Visión de pueblo

Alkaria es un vocablo árabe que significa pueblo, y tiene mucho sentido su elección cuando ves a Xavi preguntarles a los directivos a boca de jarro: «¡¿Qué les hace falta?!». Las casitas de niños sin amparo parental mandarán un proyecto de paneles solares. El hogar de ancianos de la carretera a Camajuaní agradecerá cualquier ayuda para reponer sus ventiladores, ollas y lavadoras. Pronto llegarán nuevas pelotas para los chicos del baloncesto…

Laritza Torres, la directora de Comercio Exterior, Inversión Extranjera y Cooperación del Gobierno villaclareño, ha puesto a correr a su equipo técnico para aprovechar el ímpetu de estos amigos y propiciar que tan buenas intenciones se concreten en un proyecto formal a largo plazo.

Marta (a la derecha) entrega implementos a representantes de la Federación de Atletismo en Villa Clara. Foto: Mariona Rabasa

Xavi confía en que así sea, y moviliza el apoyo de varios municipios de la provincia de Barcelona, sensibilizados con el valor de esta cooperación pueblo a pueblo. Los primeros pasos de Alkaria fueron en Marruecos, al norte de África. Luego sumaron Senegal y varios países de Sudamérica hasta llegar a Cuba, meta siempre dificil por la hostilidad de las políticas en Europa hacia esta digna Isla.

«Queremos consolidar una colaboración bidireccional —insiste—. Nosotros gestionamos fondos en Catalunya y proponemos en qué emplearlos, según las necesidades detectadas y las fundamentaciones técnicas que facilitan las instituciones, un paso vital para clasificar entre otras organizaciones que también aspiran a la ayuda financiera de los donantes.

«Pero, además, nos interesa mucho lo que puede significar esta experiencia para los jóvenes nuestros, que se pagan sus pasajes y ponen su tiempo y sus conocimientos en función de los lugares visitados. Ese es el aporte de mi generación, la de los 70 y 80, a la de ahora: enseñarles a vivir sin el individualismo y el tecnologicismo que promueve la cultura global de este siglo. Luego ellos se encargan de contagiar a otros para armar más brigadas y la solidaridad no muere».

Mientras dialogo con Roser, se acerca uno de los participantes del taller: «Me dijeron que te sentías mal, ¿ya estás mejor?». Ella se sonroja y balbucea un agradecimiento. No atinamos a preguntarle nombre, pero apuesto a que esa expresión tierna y atenta no se irá del alma de esta joven, acostumbrada a trabajar con adolescentes en situación de vulnerabilidad en Santa Perpetua.

Al rato ella y Joan se acercan a la mesa del chico, y las risas atraen la mirada de Xavi, atrapado en mil gestiones paralelas. Satisfecho, sonríe ante la escena, hincha el pecho y vuelve a lo suyo: él sabe que Alkaria suma, pero Cuba le multiplica sus bríos.

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