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Vocación de impulsar destinos

La Editorial de la Mujer celebró 45 años de existencia con el compromiso de luchar por una sociedad más justa, equitativa e inclusiva

Autor:

Lourdes Benítez Cereijo

Desde su fundación el 18 de enero de 1978 como una dependencia de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Editorial de la Mujer abrió caminos, forjó destinos, acercó horizontes y mostró otras formas de contar la vida. Acompañar, dignificar, visibilizar, defender, empoderar y aspirar a una sociedad más equitativa e inclusiva han sido propósitos clave de su quehacer.

Inestimable ha sido, a lo largo de sus 45 años de existencia, su vocación de impulsar sueños. Acerca de los retos, proyecciones e intenciones de la editorial conversamos con su directora, Marilys Zayas Shuman.

—En el recuento de estos 45 años, ¿qué momentos y nombres no podrían faltar?

—Debemos comenzar por la fundación misma, que fue el resultado de una evolución del trabajo de la revista Mujeres, que existía desde el año 1961; de la revista Romances; y de los cambios necesarios que se fueron gestando con el surgimiento de la FMC y de la importancia de tener un órgano de prensa que la acompañara. Mujeres nace a partir de Vanidades, la cual no reflejaba los intereses de las cubanas en esos tiempos.

«Fue entonces que asumió el rol de ir junto a la organización en temas relacionados con el empoderamiento, la incorporación al trabajo, la salud y la educación de los hijos. Sin embargo, se hizo difícil consolidar todo ese volumen de contenidos y se propone que Romances se una a la editorial en enero de 1978. Además, ya se había demostrado que era posible hacer libros en muy pequeñas escalas. Ese momento fue muy importante porque dinamizó el posicionamiento de las publicaciones dedicadas a la mujer.

«Significativo fue también el período especial, etapa en la que cerró sus puertas y las periodistas fueron reubicadas. Fue entonces que Vilma Espín, la principal impulsora y gestora de esos proyectos, sugirió que Mujeres no podía desaparecer, como tampoco podía hacerlo Muchacha, creada en 1980 como un reclamo de las federadas más jóvenes. Apareció entonces el tabloide
Mujeres en campaña. Y aunque en esos duros años Muchacha deja de salir como revista, se convierte en una separata de Mujeres, lo cual salvó la permanencia de la publicación.

«Luego de esos tiempos complejos, asume Isabel Moya la dirección; y ella con su sapiencia logró incentivar el periodismo inclusivo y la comunicación de género. Esa forma de hacer se hizo extensiva a todos los medios de Cuba mediante cursos y talleres en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, también en eventos como el Encuentro Iberoamericano de Género y Comunicación que, desde el punto de vista más académico, es la expresión máxima del desarrollo de esos temas en Cuba.

«Al hablar de personas que no se pueden olvidar, una de ellas es Carolina Aguiar, la primera directora de la editorial. Argentina de nacimiento, la vida la trajo a Cuba y fue miembro del comité nacional de la FMC, trabajó junto a Vilma y una de sus tareas fue precisamente asumir esa labor, que realizó durante muchos años en más de una etapa. Sobresalen también los nombres de Gladys Egües, María del Carmen Mesta, Iraida Campos y Marilys Suárez.

«En cuanto a producciones de libros destacan 40 preguntas sobre sexo, de Aloyma Ravelo; Abracadabra ¡tú haces la magia!, de Nerys Pupo y Enrique Pérez Díaz; Macho, varón, masculino y Por andar vestida de hombre, del doctor Julio César González Pagés; y por supuesto los volúmenes de Isabel Moya, como El sexo de los ángeles, que son imprescindibles».

—¿Cuáles son los desafíos actuales?

—Uno que es común a todos los medios de prensa que dependen de la poligrafía: el del papel. Las dificultades con las impresiones nos han conducido a los espacios digitales; y en ese sentido el reto es continuar llegando a nuestros públicos meta, conquistarlos, captarlos».

—¿Qué le falta a la editorial, si es que algo le faltara, para parecerse más a las mujeres de estos tiempos?

—Creer que no falta nada sería el peor error. Nos toca fortalecer el trabajo con los lectores y lectoras, poniendo en nuestras páginas los problemas más relevantes y críticos. Debemos seguir siendo ese vínculo certero entre las mujeres y su organización, que a nuestras redacciones lleguen las problemáticas que quizá no sean para publicar, pero sí para encaminar el tema.

«A veces siento que nosotras nos perdemos un pedazo de Cuba, pues por la falta de transporte y combustible, no podemos hacer visitas a otras provincias y parece que el país es solo La Habana, o el occidente. Es preciso también entrar en las nuevas formas de gestión de los medios de prensa».

—Sobre la visibilización de los debates de género desde la comunicación son muchas las insatisfacciones que persisten...

—Hoy la editorial va más allá de ser solo un medio de prensa escrita o página web, soñamos con ser una multiplataforma. En ese perfil estamos trabajando con una web serie que está saliendo por Muchacha, titulada La palabra maldita. Para nosotros esa iniciativa ha sido nuestro producto estrella, porque es una manera efectiva de visibilizar esos debates ya sea desde la cultura, el deporte, la visión de los hombres, de las feministas o desde construcciones institucionales, pero siempre estimulando el debate y la comprensión.

—¿Cuáles son los contenidos que más fuerza han ganado en los últimos tiempos?

—Sexualidad, autoayuda y familia son muy seguidos. Los libros de recetas de cocina familiar son demandados. Pero en los últimos tiempos ha cobrado relevancia el tema de los adultos mayores. A ello se suman los volúmenes especializados y de investigaciones de género. Hay una colección que es una suerte de best seller y es la de los libros de Acompañarte a la
escuela
. Otra joya son las producciones editoriales sobre historia al estilo de compilaciones como Vilma Espín, el fuego de la libertad.

—¿Cuál es su proyección futura?

—En principio, apostar por la sensibilización, la educación, la capacitación desde la equidad de género en todos los ámbitos. Ampliar el alcance con productos comunicativos dirigidos a la población, potenciar los talleres dedicados a jóvenes y adolescentes, donde la intención fundamental sea formar hombres y mujeres de bien. Debemos enfatizar en temas difíciles como sexualidad temprana, embarazo en la adolescencia y violencia de género. Se impone el intercambio con el entorno, y potenciar nuestra labor en la conservación de la Historia.

«Para los 50 años la proyección va encaminada fundamentalmente a seguir siendo fieles al público y a nuestras publicaciones. No podemos desechar la revista de papel porque hay un sector de la sociedad que por razones diversas no puede leer desde la pantalla de un teléfono. Aspiro a que podamos tener nuestro propio canal, con producciones de radio y televisión, y que se puedan poner en internet. Realmente son muchos los sueños».

—Si miráramos la Editorial como una mujer, ¿cómo sería?

—Me la imagino como una cubana empoderada que ha vencido muchísimas batallas. Una mujer que no se sienta a contemplar los problemas, sino que asume los retos. Es una mujer habitada por muchas mujeres que crean y fundan; de las cuales bebe y aprende, por las cuales sueña y construye.

«Me la imagino emprendiendo junto a todas y haciendo suya esa revolución dentro de la Revolución de la que hablaba Fidel. Creo que la define la sororidad y el compromiso con las causas justas del mundo. No discrimina y lucha contra el patriarcado y el machismo. Es una mujer de esas con las que sabemos que podemos contar».

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