Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Un creador que no conoce fronteras

El artista visual Michel Mirabal participará en la venidera 18va. Bienal de Arquitectura de Venecia con su muestra personal Arquitectura de un sistema

Autor:

Sergio Félix González Murguía

Desde que el mundo es mundo, el ser humano se encuentra en permanente estado de movimiento. Para el artista visual cubano Michel Mirabal, el tema de las migraciones supone un asunto que transversaliza toda su obra, internacionalmente conocida. Ese aspecto de la realidad hoy motiva su más reciente muestra que presentará en la edición 18 de la Bienal de Arquitectura de Venecia, a desarrollarse del 20 de mayo al 26 de noviembre de 2023. Arquitectura de un sistema es fruto del trabajo que comenzó el creador hace dos años y ha unido al dibujante con un grupo de reconocidos artistas imbricados en la primera exposición personal del cubano en esa ciudad europea.

«Esta es una exposición llena de novedades para mí, no solo por el espacio, en el Palacio Loredan, sino por los materiales y las facturas que vamos a utilizar. Imagínate que estamos trabajando con una empresa que se dedica a hacer efectos especiales, utilizaremos pantallas led de última generación, con globos que van a generar un sistema solar, con luces interiores que se moverán, haremos un cine real, entre otras instalaciones», comenta Mirabal a JR, a propósito de la exhibición que incluirá seis instalaciones de gran formato.

La muestra abarca casi todas las facetas creativas del artista cubano, desde la pintura, la instalación, el videoarte, el dibujo, la escultura. «Sí, falta la fotografía, que hasta ahora no tenemos pensado incluirla, pero estarán casi todas las cosas que he hecho a lo largo de mi carrera. Quisimos utilizar la mayoría de los recursos que tengo para expresarme, para que la gente vea el fenómeno desde diferentes puntos de vista».

La primera vez que Michel Mirabal abordó el tema de las migraciones se remonta a 1992, con la serie Manos. Eran los años del período especial y todo cuanto aconteció en aquel tiempo fue caldo de cultivo para la creación artística de quien había nacido en 1974. «Yo me ocupo mucho de escuchar las historias de la gente que me rodea y eso me inspira. Siempre he pensado que como artista puedo ser internacional desde mi propio país, porque temas como la migración son transversales a todas las realidades de este mundo.

«Desde mi obra intento proponer que el mañana puede ser mejor. No me siento cómodo teniendo un punto de vista trágico, aunque es perfectamente válido, pero intento buscar un motivo para seguir adelante, trabajar y hacer un mundo mejor. Cuando alguien emigra, aunque sea exitoso económica o espiritualmente, siempre tiene una pena en su corazón. Esa es la idea de esta exposición que no solo habla de la gente que se quedó en el camino, sino de los que también fueron exitosos pero les falta una esencia», explica el creador, cuyas obras forman parte de importantes colecciones internacionales.

Para este trabajo expositivo, Michel Mirabal ha contado con el apoyo de un equipo creativo en el que ha sido esencial la labor del curador cubano Nelson Herrera Ysla, quien colabora en darle sentido y dramaturgia a este viaje que propone el artista visual.

Uno de los platos fuertes de la propuesta es un videoarte dirigido por el realizador Alejandro Pérez, con música original del maestro Frank Fernández. Se trata de un producto audiovisual que utiliza elementos de la poética visual de Mirabal junto a imágenes reales de procesos migratorios convulsos en el mundo, realidades duras que dan fe del drama que viven muchas personas al intentar llegar a diferentes destinos buscando prosperidad.

El audiovisual fue presentado recientemente en el Museo Nacional de Bellas Artes. La idea, cuenta Mirabal, «es que después de este periplo por Europa y varios lugares del mundo, podamos traer la muestra a Cuba y que la gente la vea. La exposición puede mutar y recibir aportes de la realidad, a medida que el tiempo pase. Creo que el hecho de que Arquitectura de un sistema llegue a Cuba, sería como cumplir el ciclo del emigrante: salir para regresar algún día».

Creación sin límites

Michel Mirabal confiesa que el dibujo lo apasiona. Precisamente, es en esa manifestación artística donde están sus primeras incursiones, luego de egresar del Instituto Superior de Diseño (ISDi).

«Yo dibujaba desde niño y tuve grandes maestros que siempre me decían que explotara más esa actividad», comenta el multifacético artista, cuyo primer trabajo fue como dibujante escenográfico en el Ballet Nacional de Cuba y luego como dibujante rápido en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic).

Comenta orgulloso que su principal referente artístico es el maestro Roberto Fabelo. Precisamente de Fabelo, premio nacional de Artes Plásticas 2004, Mirabal conserva uno de los mayores recuerdos que lo decidió a dar el salto como artista visual con obra propia. «Me le acerqué una vez en una exposición suya en La Habana Vieja y le pregunté cómo era posible para un artista vender su propia obra y él me dijo sabiamente que no me preocupara por vender, sino por tener la obra. Al otro día ya estaba trabajando en serio. Me enfoqué y a los dos años me dieron una beca artística en Venecia».

Volver a esa ciudad ahora, con su primera muestra personal en esa urbe europea, supone para él retornar al lugar donde forjó su carrera», una especie de cierre del círculo. Hasta concretarse esta exhibición en la Bienal veneciana, Mirabal ya acumula un amplio repertorio creativo de 11 series representativas —Manos, Interior de solares, Cristos criollos, Banderas—, en las que se destacan sus trabajos alegóricos a elementos patrios como la bandera nacional, lo que lo ha hecho conocido internacionalmente como el «pintor de las Banderas».

Nacido y criado en la barriada habanera de Cayo Hueso, Mirabal se ha convertido en uno de los exponentes del arte contemporáneo cubano, con más de 40 exposiciones personales y más de 50 muestras colectivas. Desde su espacio de creación en la Mayor de las Antillas, Finca Calunga, salen las más diversas expresiones de una obra que no conoce fronteras y de la que da fe Arquitectura de un sistema.

Michel Mirabal se define como un hombre feliz y realizado, emocionado cada vez que lo reconocen por las calles habaneras o ve en redes sociales cómo los usuarios comparten fotos con obras suyas como Cachita, ampara a todos los cubanos, situada en el aeropuerto José Martí. De igual forma espera que la repercusión de su propuesta en Venecia sea compartida por los visitantes, pero también motivo de reflexión sobre las realidades que se viven en el mundo.

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